El mago

La guardia del viento

Colm Tóibín publica una biografía ficcionalizada sobre Thomas Mann que pone en la balanza al escritor con el hombre de familia.

Thomas Mann en 1943. (Foto: Fred Stein | Archivo)
Alonso Cueto
Ciudad de México /

Seguimos leyendo y admirando a Thomas Mann. Nos quedamos con algunas de sus frases y personajes. Sus obras integran la belleza formal y la profundidad de la visión. Entre tantos otros géneros cultivó la novela biográfica en Lotte in Weimar, alrededor de Goethe, a quien veía como un emblema del alma humanista alemana.

Ahora el escritor irlandés Colm Tóibín escribe una novela biográfica sobre Mann en The Magician (Scribner, 2021). Tóibín ya había escrito la magnífica The Master, basada en un episodio de la vida secreta de Henry James. En las casi quinientas páginas de El Mago, Tóibín traza un arco empezando con el retrato de la familia burguesa de los Mann en Lübeck. Mann fue el segundo hijo de Thomas Heinrich Mann, un senador y comerciante de granos, y de Julia Da Silva, una inmigrante brasileña. Su hermano mayor, Heinrich, autor de la novela El Ángel Azul, es uno de los referentes de que se vale Tóibín para contar una vida llena de logros literarios y de conflictos familiares.

El nombre de El mago tiene un origen familiar. Tóibín cuenta que Mann solía hacer algunos trucos para impresionar a los niños en el comedor. En una ocasión, su pequeño hijo Klaus (que luego sería también un escritor de mérito cuya vida terminó en un suicidio) le contó de una pesadilla. Había visto a un hombre decapitado con su cabeza en la mano. Mann le contestó que debía informar a ese hombre que él era hijo de un mago y que no le iba a permitir que volviera. Al día siguiente, en el desayuno, Klaus anunció a la familia: “Papá es un mago”.

Uno de los pasajes más bellos es sin duda el del viaje familiar a Venecia en 1911. Es allí donde Mann se entera de la muerte de su admirado Mahler. En el famoso Grand Hotel des Bains del Lido, Mann observa a un joven polaco y escucha rumores sobre la llegada de la peste a la ciudad. Esos son los materiales que van a confluir en su gran novela corta. Tóibín nos recuerda que la esposa de Mann, Katia, siempre asumió los deseos homosexuales de Mann como una evidencia, y que incluso lo ayudó a elegir a alguno de sus amantes al paso.

Uno de los puntos centrales del libro es el que cuenta su inicial negativa a condenar a los nazis (por miedo a que sus obras fueran prohibidas). Cuando finalmente lo hizo, Mann se fue a vivir a los Estados Unidos, primero en Princeton y luego en Pacific Palisades, en Los Ángeles. Es allí que asocia el clima tropical con el de Brasil de su madre. También allí recibe a otra inmigrante, la viperina Alma Mahler, que se encarga de enemistarlo en Los Ángeles con Schoenberg, todo alrededor de las supuestas alusiones en “Doktor Faustus”.

Uno de los momentos conmovedores del libro es el del suicidio de su hijo Klaus y la carta incriminatoria que su otro hijo Michael le manda a Thomas. La pregunta que sobrevuela esta historia es si es posible ser un gran artista y un hombre querido y responsable de su familia y amigos. Tóibín parece decirnos que no, incluso si se tiene de aliada a una esposa como Katia.

AQ

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