Manuel María Ponce fue uno de los más grandes y prolíficos músicos mexicanos; maestro, editor y crítico, pero sobre todo autor de obras tan entrañables como “Estrellita”.
Manuel M. Ponce es la biografía del artista nacido en Fresnillo, Zacatecas, el 8 de diciembre de 1882, en una familia pobre y numerosa que emigró de Aguascalientes en busca de mejores condiciones económicas. Nada presagiaba entonces que su pasión por la música lo llevaría a estudiar en Europa para convertirse en concertista y compositor de memorables obras.
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Escrito por el musicólogo y pianista Ricardo Miranda y publicado por la editorial Akal, el libro se divide en dos partes. La primera es la biografía propiamente dicha, en la que el autor rehúye la tentación del mármol y en cambio recupera hechos, cartas y testimonios de sus contemporáneos, entre ellos Ramón López Velarde y su gran amigo y admirador Luis G. Urbina.
En esta primera parte se habla también de su complicada relación con Carlos Chávez, de su amistad y colaboración con Andrés Segovia, de su actividad e influencia en países como Cuba, Uruguay, Argentina y España; de las vicisitudes políticas que lo identificaron con el gobierno de Victoriano Huerta, de la pobreza que lo acompañó hasta su muerte en 1948.
La segunda parte del libro es “un estudio crítico de la obra de Ponce”, una invitación a sumergirse en su trabajo que abrevó de la canción mexicana pero también de muchas otras fuentes para construir, como dice Miranda: “un repertorio tan vasto como interesante”, que muestra la curiosidad de Ponce y su voluntad de explorar los más diversos ambientes y estilos”.
Manuel M. Ponce es un trabajo exhaustivo sobre el músico zacatecano cuya obra, amplia y diversa, es necesario valorar en su real dimensión. Fue, asegura Miranda en una reciente publicación del INBAL, “una persona prodigiosa y con reconocimiento a nivel internacional”, por lo que es y seguirá siendo “un ejemplo para las nuevas generaciones”.
El pasado lunes se cumplieron 75 años de la muerte del compositor, quien para su biógrafo destaca también por su “formación polifacética: Ponce estudió piano e hizo muchas composiciones; también fue periodista y cronista musical; fue un artista con una visión profesional amplia, un modelo para las juventudes”.
El valor de Ponce está en su música, pero también en su archivo, resguardado en el Instituto Cultural Aguascalientes, que por su gran valor fue declarado por el Comité Mexicano de Memoria del Mundo de la UNESCO como patrimonio nacional.
AQ