Marlon Brando: un mito cultural

Personajes

El actor nunca disfrutó ser una estrella de cine, pero lo fue, y de las más portentosas que han existido.

Marlon Brando como Vito Corleone en 'El Padrino'. (Foto vía AP)
Andrea Serdio
Ciudad de México /

El 1 de julio de 2004 murió Marlon Brando. Tenía 80 años y una historia de tormentas. Había nacido el 3 de abril de 1924 en la ciudad de Omaha, en Nebraska. Fue el menor de tres hijos en una familia víctima de la violencia, con una madre alcohólica y un padre cruel y borracho que nunca dejaría de humillarlo.

Siempre se llevó bien con sus hermanas Jocelyn y Frances, pero en la escuela fue un caso perdido. Expulsado de una academia militar en la que lo había inscrito su padre para doblegarlo, viajó a Nueva York con el deseo de convertirse en actor.

Marlon tenía 19 años cuando llegó a Nueva York, donde vivían sus hermanas. En esa ciudad tuvo su iniciación sexual y aprendió a tocar la conga. Era libre, asistía a conciertos de música afrocubana, vagabundeaba por las calles y se volvió adicto a las clases de Stella Adler, su maestra de actuación.

Brando debutó profesionalmente en 1944 con I Remember Mama y en 1947 le llegó la oportunidad de su vida cuando por recomendación del propio autor fue elegido para interpretar a Stanley Kowalski en la obra Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams, bajo la dirección de Elia Kazan.

Después de dos años de representar la obra de Williams, viajó a París. Al retornar a Estados Unidos filmó su primera película: The Men, sobre los conflictos que enfrentan los veteranos de guerra, y enseguida la versión cinematográfica de Un tranvía llamado deseo, en la que alterna con Vivien Leigh. Esta película lo proyectó al estrellato.

La defensa de los derechos civiles, la lucha en contra de la discriminación, su ingente necesidad de ser un tipo duro, todo esto fue conformando la imagen pública de Marlon Brando, quien después de su primer triunfo filmó ¡Viva Zapata!, Julio César y El salvaje, que marcó a toda una generación por la manera como aborda la rebelión juvenil.

La siguiente película de Brando fue Nido de ratas, en la que interpreta a un exboxeador que mira impasible cómo su hermano, un corrupto y mafioso líder sindical, doblega a los trabajadores del muelle. Esta actuación le valió el Óscar como mejor actor en 1954.

Ídolo de James Dean, amante de Marilyn Monroe, propietario de una isla en Tahití, Brando volvería a ganar el Óscar como mejor actor en 1972 por su papel de Vito Corleone en El Padrino, la extraordinaria película de Francis Ford Coppola sobre la mafia, pero lo rechazó. En su lugar, una joven india habló del trato infame que Hollywood le daba a los indios.

En sus últimos años, la carrera de Marlon parecería naufragar. Endeudado y con problemas familiares, hizo algunas películas solo por dinero. Pero también dos que quedan como muestra de su enorme calidad y talento, la controvertida El último tango en París y la inolvidable Apocalipsis Now.

El actor nunca disfrutó ser una estrella de cine, pero lo fue, y de las más portentosas que han existido, como escribe Richard Schikel en Marlon Brando, la biografía (Paidós Ibérica), donde también argumenta su conversión en mito cultural, “una de esas raras figuras cuya vida pública invade permanentemente —y en cierta medida conforma— nuestras fantasías privadas”.

​RP | ÁSS

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