México bajo la lluvia

Con autorización de La Vanguardia, publicamos este homenaje a Vicente Rojo, quien murió en Ciudad de México el pasado 17 de marzo; es un texto que recuerda sobre todo su obra maestra, una serie abstracta dedicada a nuestro país.

México bajo la lluvia, por Vicente rojo (Cortesía: MUAC)
Juan Bufill
Barcelona /

Vicente Rojo falleció el pasado 17 de marzo, a los 89 años, por una enfermedad del corazón. Descubrí su pintura en México, D.F., en 1985, pocas semanas antes del gran terremoto. Para mí fue una revelación, sobre todo las pinturas que componen la que considero su obra maestra: su extensa serie “México bajo la lluvia”, realizada a lo largo de los años ochenta. Esta serie espléndida significaba un raro ejemplo de pintura abstracta y, sin embargo, claramente evocadora de sensaciones y paisajes reales, y muy especialmente de la realidad visible y vivible en un posible México presente y a la vez ancestral.

Sus cuadros tenían una concepción poética y musical –con ritmos y tonos, con temas y variaciones– y una estructura geométrica inusual: la de la lluvia en el viento. Su estructura era oblicua, configurada por muchas líneas diagonales paralelas e irregulares, a veces quebradas, o escalonadas como las pirámides precolombinas, y a veces diluidas o manchadas. Los cuadros eran espacios saturados y sin centro, ejemplos de un barroco visionario y moderno. Percibían el mundo a través del recuerdo de una lluvia dinámica y transfiguradora. Y parecían paisajes capaces de integrar en sus tonos, texturas y colores casi todo: las ruinas y las fiestas, todos los colores del paisaje, el orden y el desorden, lo exterior y lo interior, la negrura y lo solar, todas las experiencias y todos los estados de ánimo.

La substancia plástica y poética de esta serie situaba a Vicente Rojo en plena sintonía con el programa de Paul Klee, ese que solo Joan Miró y unos pocos más han logrado realizar con plenitud y que se podría resumir con esta difícil fórmula: “soy abstracto con recuerdos”. Y, en mi opinión, esa serie diluvial le situaba entre los mejores pintores de la América ibérica, no anglosajona, junto al cubano Wifredo Lam, el chileno Roberto Matta y la mexicana Frida Kahlo.

Vicente Rojo vivió en México desde los 17 años, pero nació en Barcelona en 1932, en una familia verdaderamente roja, pues su tío homónimo fue el último general del ejército republicano. Sin embargo, en su ciudad natal no se ha celebrado todavía ninguna exposición retrospectiva de su pintura. La galería Joan Prats expuso en 1987 una parte de la serie “México bajo la lluvia”, en una muestra memorable. En 1999 se celebró en la Sala d’Art Artur Ramon la exposición “Escenarios junto al mar”, cuyo catálogo incluía, además de un texto mío, uno de Gabriel García Márquez, en separata. La obra del barcelonés y mexicano Vicente Rojo se ha expuesto más y mejor en los museos y centros de arte de Madrid. La retrospectiva de Tecla Sala (L’Hospitalet) se limitaba a su obra sobre papel, y Barcelona debe todavía a este artista una gran exposición centrada en sus mejores series pictóricas, sin olvidar “Códices”, donde lo mexicano prehispánico se mezcla con el románico catalán, un arte muy admirado por este pintor, diseñador gráfico, escultor, escritor y editor.

En una ocasión pude entrevistar a fondo a Vicente Rojo, para La Vanguardia (30 de marzo de 1996). Citaré algunas frases suyas. Sobre la serie “México bajo la lluvia”: “Siempre me parecía que ese tema era imposible de pintar, y eso es lo que me atraía. Lo intenté, porque hay que proponerse cosas imposibles. Si uno va sobre seguro, solo se pueden lograr resultados obvios”.

Sobre la posguerra franquista en Barcelona: “Mi familia quedó en una situación muy precaria y recuerdo con precisión y emoción la ayuda que recibimos de numerosos amigos. (...) Recuerdo que en la radio sonaban canciones mexicanas, pero la censura franquista prohibía que se citara su país de origen, como venganza por la ayuda que México había prestado a la República. Pero yo sabía que ‘Bésame mucho’ y otras muchas canciones venían del país lejano donde mi padre estaba a salvo”.

“En cuanto a la poesía, que parece minoritaria, ya he dicho alguna vez que la poesía mueve el mundo. Yo daría todo por poder plasmar en una obra mía una determinada frase leída en un poema”.

Juan Bufill es cineasta, poeta, fotógrafo y crítico barcelonés. En La Vanguardia publica cada lunes la sección Arte y artes, en donde apareció originalmente “México bajo la lluvia”

ÁSS

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