En cierta obra titulada El escándalo de Grecia contra las santas imágenes, atribuida a Calderón de la Barca, uno de los personajes dice: “Antes que llegue el sereno, es importante que un cordial se recete, que como dice Avicena, Marcial, Tito Livio, Averroes, Virgilio, Horacio y Licurgo…”, y entonces viene una frase en latín.
Don Quijote dice en cierto pasaje: “Y así lo ha de hacer y hace el que quiere alcanzar nombre de prudente y sufrido, imitando a Ulises, en cuya persona y trabajos nos pinta Homero un retrato vivo de prudencia y de sufrimiento; como también nos mostró Virgilio, en persona de Eneas…”.
En unos versos de Lope de Vega dialogan Apolo y Caronte. Mencionan a Sófocles, al “divino Homero”, se dice que Virgilio está en el infierno porque “infamó la castidad de Dido”, que “de Ovidio soy amigo”, y hay espacio para hablar de poetas como Anacreonte, Persio y Juvenal, entre otros.
En nuestros clásicos hallamos numerosas referencias a los clásicos grecolatinos.
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En la literatura rusa ocurre que los autores tratan a sus contemporáneos o a muertos recientes como referencias clásicas, siempre suponiendo que el lector los ha leído. Para mostrar la ignorancia de una mujer, Chéjov hace mencionar la novela Oblómov adjudicándosela a Turguéniev.
En una escena de viaje en ferrocarril, un joven besa a cierta chica, y dice: “No la beso a usted, encanto, sino al sufrimiento humano. ¿Recuerda a Raskólnikov?”. Para cualquier lector era clara la alusión a la famosa escena de Crimen y castigo.
Otro de sus personajes dice: “Esta noche, por ejemplo, me consolaba todo el tiempo al pensar: ¡Ah, qué razón tiene Tolstói, qué cruel razón! Y eso me aliviaba. ¡De veras, hermano, un gran escritor!”.
Dostoyevski, en Los demonios: “¡Oh, no ocurre así con Pushkin, con Gogol, con Molière, con Voltaire, con esos creadores que realmente tienen algo nuevo que decir!” y Pásternak en Doctor Zhivago: “Se respira una atmósfera a lo Pugachov, tal como la interpretó Pushkin, o algo parecido al Asia de las descripciones de Aksákov”.
En Vida y destino, hay una discusión sobre literatura en la que alguien demerita a Chéjov, y: “No se atreva a decir nada contra Chéjov —dijo María Ivánovna—. Lo amo por encima de todos los escritores”.
Así es con los demás autores. Resulta difícil hallar una novela rusa que no hable de otros autores rusos. En cada una de estas referencias, el traductor o editor suele agregar alguna nota.
Hoy día es más común que la literatura acuda al cine y no a la propia literatura. Acabo de leer esta frase en una novela: “Tal vez con un tiro en la cabeza si la película es de Spike Lee o de los hermanos Coen o de Tarantino o de Guy Ritchie. O de tantos si nos ponemos a pensar”. Y no supe qué pensar. Es aquí donde yo necesito una nota al pie.
AQ