Hadrones exóticos, Higgs, tetraquarks, pentaquarks, hexaquarks, pomerones, odderones, glueballs, son especies raras de partículas subatómicas que han ido apareciendo poco a poco. Las palabras son raras, nunca escuchadas fuera del estrecho campo de conocimiento donde se las estudia.
Una propiedad curiosa de estos nuevos términos para el diccionario es que ahuyentan a los lectores escurridizos, esos que no superan la primera línea de un texto donde se mencionen extravagancias.
Las palabras que representan teorías o ideas científicas de la física moderna: gluinos, selectrons, higgsinos; encuentran resistencia en la sociedad que no quiere escucharlas ni leerlas.
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Por si esto fuera poco, diremos que no son los únicos vocablos nuevos para una nueva realidad. Hay una lista de objetos hipotéticos y especulativos que evaden los oídos comunes. Las ideas enmarcadas por estos productos de la imaginación también escapan a los modelos actuales del mundo microscópico: axiones, wimps, machos, neutrinos estériles, fotones oscuros, gravitones, son algunos de los que no están asociados con la descripción actual de la materia y que representan una ampliación del pensamiento.
Nuevas palabras para entes raros que son parte del inventario de la naturaleza y sus maneras de presentarse. Palabras nuevas también para los productos de la imaginación, modelos matemáticos y abstracciones teóricas.
Algunos filósofos posmodernos han llegado defender que nada existe fuera del texto y que todo es construcción social, confundiendo así la realidad con las palabras. “Solo existe lo que se puede nombrar”, dice la sentencia filosófica del posmodernismo. Y no obstante hemos visto aparecer cosas que no habíamos nombrado, objetos sin estructura semántica o gramatical pero tan reales como una traza en la niebla densa producida en el laboratorio: en contraposición con la consigna posmodernista no hemos visto objetos que nombramos desde hace mucho tiempo.
Ya en los libros y bajo la reglamentación lingüística delineada por ecuaciones, hay entes cuya observación ha sido reclamada una y otra vez. Las “bolas de gluones” son uno de esos, ahora anunciado con mayor contundencia que antes por investigadores que reclaman para sí el hallazgo definitivo.
Al modelo que tenemos de las partículas elementales se lo conoce como “modelo estándar” y predice la existencia de corpúsculos hechos de quarks que están unidos por gluones. Los gluones son el pegamento, es decir, la fuerza natural.
Lo que ahora ven los aparatos de medición es un agregado de esa sustancia; es decir un paquete de gluones que están formando, por sí mismos, una bola inusual, una partícula hecha de fuerza. No es un conjunto de quarks unidos por gluones sino los gluones unidos para formar un corpúsculo.
Todo lo que nos rodea está hecho de quarks. Los quarks están presentes en todos los objetos porque los átomos están formados por protones y neutrones que a su vez son arreglos de tres quarks unidos por la fuerza fuerte o fuerza nuclear. La fuerza fuerte como las otras fuerzas en la naturaleza es mediada por partículas. De la misma manera como los fotones median a la fuerza electromagnética, los bosones W y Z median la fuerza débil y los gluones la fuerza nuclear que enlaza a los quarks. La palabra gluon proviene del inglés glue, que significa “pegamento”. Lo que se anuncia ahora es un nuevo tipo de aglomerado consistente de solo esta sustancia llamada gluón, es decir una partícula hecha de fuerza.
BES III es el nombre de la Colaboración basada en China que construyó un detector para ver qué pasa cuando electrones chocan con anti-electrones. Las letras de su nombre significan Beijing Espectrómetro; es un aparato que comenzó a registrar datos en 2008 y que ahora publica en una revista norteamericana el espectacular hallazgo. Este experimento dice estar viendo a la bola de gluones que se genera en el decaimiento de una partícula familiar y abundante.
Ya antes, el experimento TOTEM del Gran Colisionador de Hadrones en Ginebra Suiza, en colaboración con el experimento D0 de los laboratorios Fermi en Estados Unidos, publicó evidencia de un grupo de gluones que recibe el nombre de Oderón. Este tipo de objeto se parece al que ahora se anuncia; es también una bola de gluones, pero tiene un carácter distinto. A diferencia del oderón, lo que el laboratorio chino reporta es una efímera partícula a la que ha llamado X(2370). Esta aparece como producto de decaimiento que a su vez se desintegra rápidamente en otras dos.
Siempre tuvimos grupos de especialistas buscando esta curiosa forma de materia. Ahora mismo hay experimentos dedicados o en proceso de construcción que pretenden estudiar a tan singular objeto. La colaboración GlueX ha construido un detector especializado para tomar datos en el Laboratorio Jefferson de Newport News, Virginia en los Estados Unidos y tiene como objetivo la búsqueda de cosas raras: híbridos exóticos.
El experimento GlueX ve lo que ocurre cuando se hace incidir luz en un blanco de hidrógeno. Como éste, el experimento PANDA en Darmstadt, Alemania también se prepara. PANDA es un acrónimo para decir: anti-Proton ANhiliation at DArmstadt. Será uno de los experimentos más importantes del complejo de aceleradores alemán FAIR. Donde se verá lo que ocurre cuando protones chocan con antiprotones a baja energía.
Poco a poco se ha venido revelando una nueva realidad, nuevos ordenamientos de la materia, nuevas formas de organización del mundo microscópico que desde la diminuta escala dan forma a todo lo que nos rodea.
AQ