Numerones y numeritos | Por David Toscana

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Dado que los números juegan a la política, cada quien puede creer en la magnitud que mejor le acomode, aunque le acomode la cifra falsa.

Aspecto de la "Marcha por la democracia" . (Foto: Ariana Pérez)
David Toscana
Ciudad de México /

En aquellos concursos de “¿cuántas canicas hay en el bote?” se puede hacer un cálculo si uno se aproxima a las dimensiones del recipiente, de las canicas y del vacío que queda entre ellas. En cambio, si todo lo dejamos al tanteo, las respuestas pueden variar en proporciones de veinte a uno, porque el cerebro no es bueno para tantear. De ahí el famoso chiste del ejército que se aproximaba con mil y un soldados.

La mente no procesa de una vez más de siete elementos. O sea, podemos imaginar una fotografía con tres personas. Pero si se trata de imaginar siete, quizás habremos de dividirlo en tres personas a la izquierda, tres a la derecha y uno al centro. La fotografía de graduación de contadores públicos se escapa de todo cerebro.

Cuando vamos a abordar un vuelo y vemos la fila de ansiosos pasajeros, difícilmente sabemos calcular cuántos son, y a veces nos preguntamos si toda esa gente cabrá en el avión. Antier tomé un tren en Cataluña. Un letrero avisaba que el vagón era para 68 personas sentadas y hasta 229 en total. No sé quién se ponga a contar para impedir la entrada al pasajero 230.

Las cifras gordas de seres humanos son difíciles de calcular. La Biblia dice que alrededor de dos millones y medio de judíos fueron encabezados por Moisés fuera de Egipto; pero algunos historiadores ven la imposibilidad de tal éxodo y consideran la cifra tan exagerada como la que da Heródoto acerca del ejército persa. Heródoto dice que fueron dos millones seiscientos mil; los historiadores modernos calculan alrededor de doscientos mil.

Así ocurre con las marchas. Quienes la organizan tienen un numerón; quienes las sufren tienen un numerito. Cantidades muy dispares hallé cuando allá en el 2006, la APPO organizó una marcha contra Ulises Ruiz. El gobierno contó 6 mil 900 participantes, mientras que la APPO llegó hasta el millón. La prensa suele no meterse en aprietos y reporta “decenas de miles” sin que sepamos si son dos decenas o setentaitrés decenas. Aquel que inventara un marchómetro sería un gran desconstantinopolizador.

No importa inflar ahí donde todo es fiesta. Se dice que cinco millones de argentinos estuvieron en Buenos Aires presenciando el desfile de los campeones del mundial de Qatar.

La suma de cadáveres siempre se ha hecho a conveniencia. Las muertes oficiales en México por covid suman 334 mil 336, mientras que la OMS las pone en 626 mil 000. Las víctimas mortales del terremoto de 1985 van desde dos mil hasta los cuarenta mil, según la fuente, y más elevadas en las leyendas urbanas. Los mismos manoseos se dan en las guerras.

Dado que los números juegan a la política, cada quien puede creer en la magnitud que mejor le acomode, aunque le acomode la cifra falsa.

AQ

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