‘La peor persona del mundo’: una apología del amor a lo imperfecto

Cine

En la última parte de su trilogía, Joachim Trier reitera su elogio a la nostalgia.

Renate Reinsve ganó el Premio del Festival de Cine de Cannes a la Mejor Actriz por su interpretación en 'La peor persona del mundo'. (Oslo Pictures)
Fernando Zamora
Ciudad de México /

Como antes se viajaba en tranvía, comenta el personaje de Oslo, 31 de agosto (disponible en MUBI), todas sus calles están llenas de recuerdos. Otro dice en La peor persona del mundo (disponible en Prime Video): “¿Sabes? Te voy a confesar un sucio secreto: me gusta el proyecto de remodelación de Bjørvika”. ¿Y por qué va a ser un sucio secreto?, pregunta ella. “Porque todos creen que es horrible”.

En Reprise (disponible en MUBI), un joven escritor que ha comenzado a ganar fama, descubre algo. Y escuchamos: una idea comenzó a tomar forma en su cabeza: tenía que dejar Oslo. En un par de secuencias lo vemos volver. Oslo, en estas tres obras, es como las mujeres del protagonista (siempre el mismo actor, aunque con historias distintas): no son ni demasiado hermosas ni demasiado talentosas, pero nos llenan de afecto.

Reprise, Oslo, 31 de agosto, y La peor persona del mundo son como una enorme carta confesional. Un elogio a la nostalgia que produce en Joachim Trier, el director, esta ciudad a la que ama sin porqué. Y es que sin porqué se enamoran estos personajes. De mujeres que no son ni hermosas ni talentosas, pero producen en ellos el deseo de vivir en Oslo. Y morir. Juntas son una obra maestra, pero si uno decidiese, por ejemplo, verlas a partir de La peor persona del mundo, podría confundirse. Creer que el tono aparentemente ligero está tratando de producir en el espectador ese engendro de cine comercial que llaman “comedia romántica”. En cambio, si uno ha tenido la fortuna de conocer las pretensiones literarias y afectivas de los protagonistas de Reprise, vivir de nuevo, sabrá que a veces el director tiene la elegancia de burlarse de sí mismo. Y eso que estamos hablando de uno de los autores más celebrados de la región. Y eso que, muy joven, llegó a ser sujeto de tesis doctorales con títulos rimbombantes: “Del tiempo en la obra de Joachim Trier”.

El director toma distancia de sí mismo porque sabe que, ante Oslo, como ante cualquier amor auténtico, uno no tiene que explicar demasiado. Es suficiente con aferrarse al afecto sin buscar en lo poético de manual. Bastan ciertos paisajes urbanos, ciertos cafés y librerías. Las conversaciones que en ellos tienen lugar disuelven la contradicción de quien ama en su ciudad ciertos lugares sorprendentes. El Punto del eco, por ejemplo. Porque, claro, al mismo tiempo Trier debe reconocer que su ciudad está llena de hombres y mujeres frívolos, insensibles, clasistas y, en suma, ridículos. Nada que impida a un hombre sensible padecer eso que, en portugués llaman saudade: la nostalgia que sentimos por un recuerdo inaprensible, un paisaje que conmueve u horroriza y que no podemos aprehender porque siempre es distinto, porque lo que nos hace sentir siempre se nos escapa.


Si uno viera La peor persona del mundo sin conocer antes a los personajes que interpreta Anders Danielsen Lie en Reprise o en Oslo, 31 de agosto, uno podría pensar que está ante un trasnochado imitador de Woody Allen y no frente al artista nórdico que no tiene empacho en revelar sus influencias: Tor Ulven y la cantante de jazz Silje Nergaard unidos en un hipotético escritor que resulta incapaz de lidiar con la vida. Y no porque esta sea, como Oslo, especialmente hermosa, sino porque es la suya, la de una infancia que ha dejado de existir, la de los amigos imperfectos y los amores avergonzados a los que uno quiere, sin embargo, volver para abrazarlos, olerlos y decir como dice Trier a esta ciudad: “eres hermosa”. Aunque sepa que miente.

La peor persona del mundo

Joachim Trier | México | 2021

AQ

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