Piotr Beczała: “Amo las óperas basadas en historias reales o en la gran literatura”

Entrevista

En entrevista para Laberinto, el tenor polaco habla de su respeto por Wagner, su trabajo con Anna Netrebkoy la preparación detrás de sus papeles favoritos.

Piotr Beczała, tenor polaco. (Foto: Marty Sohl | Met Opera)
Ciudad de México /

La actual estrella polaca del canto lírico, el tenor Piotr Beczała, vacacionaba en México para tomar “aire fresco” antes de interpretar una vez más a Lohengrin en Nueva York, ahora para la función que transmitirá en vivo la Metropolitan Opera House este sábado 18 de marzo a salas de más de 70 países.

Apenas el 14 de enero pasado, Beczała había interpretado al Conde Loris Ipanoff en la Fedora de Umberto Giordano, al lado de la soprano búlgara Sonya Yoncheva, en otra de las más de una docena de producciones transmitidas en la serie MetOpera Live in HD en que ha participado el cantante polaco y que han podido verse en el Auditorio Nacional, para volverlo una cara muy conocida en ese escenario.

En entrevista exclusiva para Laberinto a su regreso a Nueva York, Beczała conversa sobre su respeto por las óperas de Richard Wagner, su trabajo con colegas como Anna Netrebko o Tamara Wilson, con quienes ha compartido diferentes producciones de Lohengrin, y sus roles favoritos y cómo los prepara.

Beczała interpreta al misterioso caballero cisne, que regresa después de 17 años a la MetOpera, una institución fundada en 1880 para acoger a la legendaria estrella polaca del canto, Jean de Reszke (Jan Mieczyslaw, 1850-1925), quien también encarnó a Lohengrin. Destaca que será una producción muy cinematográfica del cineasta canadiense François Girard, quien ya ha montado otros dos clásicos del alemán: Parsifal y El holandés errante, y que contará con la escenografía del artista visual Tim Yip, premio Óscar en la categoría Diseño de arte por el largometraje El tigre y el dragón (Ang Lee, 2000).

Continuador de ese linaje pionero de la MetOpera (Jan de Reszke y sus hermanos, el bajo Edouard y la soprano Josephine), Beczała está cumpliendo 30 años de una carrera casi especializada en el repertorio italiano y francés, en la cual dice sentirse feliz aun con los errores que ha cometido y de los que aprende.

Lejos quedó el abucheo que enfrentó en Teatro Dalla Scala en diciembre de 2013 con La Traviata que llevó a escena Dmitri Tcherniakov, bajo la batuta de Daniele Gatti, y con Diana Damrau en el protagónico. A sus 56 años, Beczała es sin duda la estrella polaca indiscutible del arte lírico, además de promover en sus grabaciones y recitales a compositores y óperas polacos, como Stanisław Moniuszko.

Lohengrin, que podrá verse este sábado 18 de marzo a partir de las 10 horas en el Auditorio Nacional y salas comerciales mexicanas, es una ópera en tres actos estrenada en Weimar en 1850 bajo la dirección de Franz Liszt, basada en un héroe medieval alemán, aunque Wagner ambienta el drama en Bélgica. El enigmático caballero cisne llega a rescatar a la duquesa Elsa de Brabante, con quien decide casarse bajo la condición de que ella nunca le pregunte por su origen; pero ella rompe el pacto y él la abandona. Acompañan a Beczała en esta producción las sopranos Tamara Wilson (Elsa) y Christine Goerke (Ortrud), bajo la batuta del director artístico de la MetOpera, el canadiense Yannick Nézet-Séguin.

—Debutó como Lohengrin en Europa hace unos años, primero en Dresde en 2016 y después en el Festival Wagner en Bayreuth de 2018, luego de que Roberto Alagna se retiró del papel. Ahora debuta con él en la MetOpera. ¿Cómo enriquece a sus personajes de una producción a otra, tan diferentes, de una función a otra, en escenarios tan diversos?

–-Por supuesto, fui muy afortunado de haber hecho mi primer Lohengrin en una producción muy tradicional en Dresde. Quiero decir, salía con espada, en el personaje del caballero cisne. Desde entonces he hecho muchas producciones modernas en Europa. También fui muy afortunado de hacer una producción en el Festival Wagner de Bayreuth, en una producción moderna, pero, en realidad, no especialmente loca. Para esta versión en la MetOpera tengo la oportunidad de trabajar con el director de escena original, Francois Girard. Vi su Parsifal hace unos seis años, también aquí en Nueva York, y me parece que este Lohengrin es una secuela visualmente hablando, es la misma historia visual. Así que sabía qué esperar, ambas producciones son muy similares, respecto a lo visual en el escenario.

Estoy muy feliz de ser parte de esta producción. Por supuesto, el rol cambia de producción a producción, pero trato de mantener el esqueleto, el personaje básico en todas mis interpretaciones de Lohengrin. Además, suelo cantar una sola producción de Lohengrin en una temporada al año, no soy realmente un especialista, canto otras óperas. Pero, es muy importante para mí presentar a Lohengrin como debería ser, en esta producción en particular, como una persona que no es de este mundo, que llega de fuera a esa comunidad. Y también tengo la oportunidad de encarnarlo muy visualmente, visto un pantalón negro y una camisa blanca, y soy completamente diferente al resto del mundo a mi alrededor. Trato de mantener a este personaje lo más posible a como debe ser. Me gustan las reglas de Lohengrin: él tiene una misión, fue enviado a salvar a Elsa de Brabante, es una historia muy fácil, pero cada personaje tiene una historia propia y yo solo trato de hacer la mía.

—Girard viene del cine, igual que el escenógrafo Tim Yip. Este Lohengrin suena muy cinematográfico, y en la función de la serie MetOpera Live in HD se graba para todo el mundo. Usted ha participado en varias producciones transmitidas en vivo, en México se vieron todas. ¿Se siente cómodo en ese ámbito cinematográfico en que además puede ser visto en todo el mundo?

Es realmente maravilloso tener estas producciones de la MetOpera Live in HD y que puedan ser vistas en todo el mundo, porque mucha gente puede venir a Nueva York a verlas en el escenario, pero hay millones de aficionados a la ópera en el mundo que están lejos. México quizás no esté tan lejos, pero para Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica o mi país, Polonia, es tan importante tener esta oportunidad de atestiguar una producción así. Soy muy afortunado, no he contado en cuantas producciones transmitidas en vivo desde Nueva York he cantado, pero son más 10, me han visto en todo el mundo gracias a esas funciones en más de diez diferentes roles, y siempre he sido feliz con ello.

Por supuesto, siempre hay que pensar en actuar más frente a las cámaras, esta actuación es un poco diferente que las habituales. En mi caso, siempre estoy pidiendo el DVD de la función previa a la de la función que se transmite en vivo, para ver qué puedo hacer mejor. Se hace una grabación previa solo para checar luz, la posición de las cámaras y esos detalles. Y yo tengo que ver esa grabación para mejor mi interpretación y que el público en las salas de cine de todo el mundo tenga la mejor versión. Estoy muy contento de que se me haya visto tanto en México gracias a estas funciones, porque es un país, con una gran cultura y afición por la ópera. Espero que estas transmisiones en vivo continúen, en la temporada del próximo año estaré en la producción de Carmen, que también se transmitirá en vivo.

Beczała explica por qué la producción de Girard tiene componentes muy cinematográficos.

“Ciertamente hay muchos componentes que vienen del cine porque no solo lo que pasa a los personajes sobre el escenario es importante, también es muy importante lo que ocurre con los coros que visualmente están relacionados con lo que pasa a los personajes. Hay muchas proyecciones, se instaló una pantalla detrás de nosotros que muestra muchas proyecciones maravillosas, muy abstractas, no concretas, aunque a veces es la luna, a veces el ala de un cisne… son proyecciones abstractas que apoyan lo que pasa en el escenario y en la historia, eso es muy muy interesante de esta producción”.

—Acabamos de verlo en Fedora hace poco más de un mes. ¿Cómo puede hacer personajes tan diferentes en producciones tan diferentes tan cerca una de la otra en el tiempo, y en el mismo escenario? Es un poco esquizofrénico el trabajo de un cantante de ópera, ¿no le parece?

Ja, ja, ja. Sí, es cierto. Por supuesto, trato de no mezclar producciones muy diferentes, música muy diferente. Tuvimos un par de semanas para ensayar Lohengrin, así que tuve el tiempo para cambiar la actitud, mis colores vocales de Loris a Lohengrin. Sí, no es fácil, tienes que hacerlo a propósito, tienes que crear cierta forma de sonido que se adapte al rol que haces en ese momento. No puedo cantar Lohengrin de la misma manera que canto Loris, ni lo contrario, porque estaría completamente equivocado, porque sería mucho más difícil para mí.

—Más allá de la música y la ópera ¿de dónde saca más ideas para enriquecer a sus personajes?

Tienes que meterte en el trasfondo de cada ópera. Amo las óperas basadas en historias reales o en la gran literatura. Muchas grandes óperas están basadas en Shakespeare, en Goethe, Schiller. Su trasfondo es fantástico. He hecho muchos Onegin, de Tchaikovski, pero, por supuesto, conozco la historia de Pushkin. Es una gran preparación y luego una gran combinación con la música. Esto te da confianza para hacer bien al personaje. Por supuesto, hay todo un proceso, no puedes hacerlo en un par de días, incluso cuando ya hiciste esa ópera o ese rol, cada producción puede ser completamente diferente, es nueva. Como te comentaba sobre Lohengrin, esta es la cuarta producción para mí, así que desarrollo el rol y lo adapto a la sensibilidad que tengo en ese momento. En un par de semanas volveré a hacer Lohengrin en Viena, en una producción moderna; luego haré otra más en París, en la apertura de la temporada de la Ópera de la Bastilla. Así que trato de mantener ese desarrollo. Mis personajes siempre son muy cercanos a las historias originales de la ópera, no importa si son Rodolfo (La Bohème), el Duque de Mantua (Rigoletto), Gustavo III (Un baile de máscaras), Lohengrin o Caravadossi (Tosca).

—Ha dicho que no está interesado en hacer más roles wagnerianos. ¿Qué representa entonces Lohengrin en su carrera?

No fue mi idea cantar Lohengrin. Fui convencido por Christian Thielemann, uno de los más grandes directores de orquesta en repertorio alemán. Le costó tres años convencerme de cantar Lohengrin, porque tengo gran respeto por la música de Wagner. Sé que es una música muy específica, muy especial, pero Lohengrin no es Wagner, quiero decir, no el Wagner típico. Lohengrin, estoy de acuerdo con muchos colegas, incluso con el mismo Richard Wagner, que decía que era la más italiana de las óperas que había compuesto. Estoy de acuerdo con esto. Y con toda mi experiencia en ópera italiana, puedo realmente puedo cantar Lohengrin con mucha confianza y podríamos decir, facilidad, y tratar de encontrar mis colores vocales en esta música y no inventar algo nuevo, eso es muy importante, que el cantante se base en los colores de su voz que son suyos, los míos, no tratar de inventar algo completamente nuevo para un rol que tiene cantar. Eso sería algo completamente equivocado. Lohengrin está escrito muy bien para las voces. Y lo disfruto muchísimo.

—Justo quería preguntarle ¿cómo se relaciona Lohengrin con su repertorio habitual de óperas italianas y francesas?

Sí, cuando preparas grandes roles, como el de Lohengrin, tienes que pensar en tu experiencia en otra música, no solo para Wagner, no solo Lohengrin, en todo rol que he hecho; incluso para Loris Ipanoff trate de encontrar colores, fraseos y actitudes en roles que he hecho muchas veces con el fin de conseguir la confianza para cantar un rol nuevo. No obstante, en el caso de Lohengrin es menos música italiana, quizás es chistoso, pero creo que El Príncipe de Rusalka, de Antonín Dvořák, está más cercano a Lohengrin que a la música italiana; hay mucha italianidad, por supuesto, pero en lo que a tesitura significa, El Príncipe de Rusalka está muy cerca de Lohengrin. Y he hecho muchas Rusalkas, así que puedo basarme esas experiencias para crear mi propio mundo sonoro para Lohengrin.

—Ha rechazado muchos roles en su carrera. ¿Qué implica para usted rechazar personajes, producciones?

Te tiene que gustar el rol, la ópera, para cantarlos. Quizás no sean tantos los papeles que he rechazado, que no encontré lo suficientemente interesantes. Por supuesto, tienen que adaptarse a mi voz en el momento correcto. Cuando alguien me pide hacer un papel, por ejemplo, hace 20 años me propusieron hacer Cavaradossi, dije no, porque sentía que era muy pronto. Pero, los tiempos cambian. Ya soy más adulto, escogí hace un par de años pequeños roles para mi repertorio, incluso Wagner, porque los personajes eran interesantes. Hay muchas grandes óperas cuyos personajes no son interesantes, y la música no es tan espectacular, por ejemplo, Don Carlos, de Verdi. Quiero decir el personaje de Don Carlos; me gusta la ópera básicamente, pero no el personaje de Don Carlos, Por eso nunca lo he cantado. Otra razón para decir no es cuando alguien me pide cantar un rol que realmente es muy raro, por ejemplo, La condenación de Fausto, de Berlioz, lo hice una vez en un concierto, estuvo bueno, pero encontré que no era necesario mantenerlo en mi repertorio porque tenía, digamos, cosas más interesantes para cantar. Así que no quiero bloquear mi itinerario con óperas desconocidas o raras.

—Su debut con Lohengrin hace años fue con la rusa Anna Netrebko en el papel femenino, luego cantó con una soprano alemana, Anja Harteros, ahora cantará con una estadunidense, Tamara Wilson. ¿Cómo se consigue crear magia con diferentes colegas en una producción?

Yo soy un cantante de equipo, me gusta cantar y crear con colegas, juntos, en el escenario. No soy alguien que se ponga al margen del escenario o que solo piense en mí mismo o que crea que lo que hacen los demás no me interesa. Eso no es divertido. Realmente no me interesa quién es mi compañera, creamos juntos algo grande en el escenario, sin importar quién sea. Lo hicimos con Netrebko hace siete años y ahora lo estamos haciendo con Tamara. He hecho Lohengrin con cuatro diferentes Elsas, en muchas funciones, y brincamos al escenario y tomamos el control. En las dos últimas funciones aquí en la Metropolitan tuvimos a Elena Stikhina, una soprano rusa, y creamos un gran momento en el escenario. Así que realmente no es tan importante. Por supuesto, todos tenemos colegas favoritos o compañeros en el escenario, pero para ser honesto no se trata de tener las posibilidades de cantar con tus colegas favoritos, si pasa, es grandioso, mucho mejor, pero básicamente somos profesionales y tenemos que crear un gran espectáculo para que el público y todos lo disfrutemos.

—Con Netrebko ha compartido muchas óperas, incluso ha grabado muchos discos y videos con ella. Ahora hay una situación especial respecto a ella por la invasión rusa a Ucrania. ¿De qué manera una situación así impacta a un artista en su carrera, que es exitosa, y de repente cambia?

Vengo de Europa del Este, soy polaco. Históricamente, siempre hemos estado en una situación muy difícil, siempre con problemas en nuestro pasado. Primero que nada, soy pacifista; en segundo lugar, soy un cantante de ópera, no un político. Mi misión es acercar a la gente, no dividirla. Esa es la primera regla en lo que hacemos. Tengo mi propia opinión sobre la situación política en el mundo, y básicamente creo que esta no debería tener demasiada influencia en el mundo artístico, pero eso es la teoría; en la práctica, la política tiene una gran influencia en la vida artística e incluso en los artistas, especialmente en los que vienen de Rusia. Así que es muy difícil. Entiendo cuando alguien tiene problemas con esto, pero toda esta gente toma sus propias decisiones y vive con las consecuencias. Esta es mi respuesta, porque es una situación muy difícil para el mundo. Bueno, México está muy lejos de Ucrania, pero Polonia está solo cruzando la frontera. Tengo a toda mi familia allá y sé cómo se ve la situación desde la cocina, cómo está la situación cotidiana allá. Es muy difícil. Durante muchos años escuchaba una broma: un colega ruso es tu mejor amigo, porque es realmente gente fantástica; dos, es mejor, porque es casi una fiesta; pero tres es ya un sistema totalitario, porque empiezan a hacer política. Ahora no es más una broma, es la verdad. Y estoy muy apenado por lo que está pasando.

—Está celebrando 30 años de carrera ¿cuáles han sido sus peores momentos y los mejores?

Hay muchos. Amo vivir con las consecuencias de lo que he hecho. He tomado mis decisiones en 30 años de carrera, y no me arrepiento de nada. Funciona muy bien. Estoy sano, estoy casado desde hace 30 años con mi esposa (Katarzyna). Digamos que es algo no tan espectacular, pero al mismo tiempo es espectacular porque son muchos años de consecuencias y éxitos. Amo todas las producciones en que he participado, he cometido grandes errores, si lo son, pero he aprendido mucho de ellos. Estoy realmente muy contento en este momento de mi carrera, espero que se mantenga por muchos años. Estoy haciendo muchos nuevos personajes, disfruto mucho justo lo que soy. Creo que es muy bueno porque los artistas son muy sensibles, y sí, todos estos momentos malos pueden tener resultados devastadores, pero pueden enseñarte al mismo tiempo cosas positivas, y yo siempre trato que sean esos momentos buenas experiencias para ser mejor. Eso es maravilloso. He cantado en las mejores casas de ópera del mundo, amo a mi público, amo lo que hago. Es simplemente una vida grandiosa.

—Cantó en el teatro Colón de Buenos Aires el año pasado. Dice que ama cantar en teatros con historia ¿Cuándo vendrá a cantar a México? Acá tenemos Bellas Artes, que tiene gran historia.

Estuve en México hace tres días, pero solo para vacaciones, ja, ja, ja. Pasamos cuatro días en Cancún solo para tomar aire puro, para escapar un poco de Nueva York, y lo disfrutamos mucho. Disfrutamos mucho la comida y la cultura mexicana, incluso las bebidas mexicanas, son muy buenas. Pero no tengo planes inmediatos para cantar en México, por lo menos en los próximos dos años. Pero, tú sabes, los planes pueden cambiar, todo es posible. Ahora estoy estudiando un nuevo rol, Calaf, de Turandot, que cantaré en junio en Suiza con Sondra Radvanovsky, con quien también tendré un recital en Barcelona.

—Con todo este repertorio italiano, de Puccini, de Verdi, ya debe de sentirse todo un latin lover.

Ja, ja, ja. Realmente disfruto desarrollar este tipo de repertorio. De hecho, el repertorio francés ya no lo hago, hice Don José (Carmen), y lo mantengo en el repertorio; he hecho Fausto, un par de producciones, así que ahora me estoy enfocando más en el repertorio italiano. Pero ¿quién sabe? Hablando de Wagner, no sé. Trato de no hacer grandes planes respecto a Wagner. Pero, me siento presionado un poco para hacer Parsifal, o Walther von Stolzing (Los maestros cantores de Núremberg), pero no creo que eso pase en los próximos tres o cuatro años, porque mi agenda está llena para los próximos cinco años.

AQ

  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.

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