Propiedad de la Nación | Por Avelina Lésper

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Supongamos que traen a México las piezas a punto de subastarse, ¿qué van hacer con ellas? ¿Las van a llevar a los museos a los que les recortaron el presupuesto?

Estatua de la divinidad Cihuateotl, de Veracruz. (Cortesía)
Ciudad de México /

Indignados y ofendidos, el melodrama nacional sigue en su escenario mediático. La subasta de piezas arqueológicas “de pueblos originarios” de México, que se va a realizar en Francia por la casa de subastas Christie’s, es el pretexto para exhibir la demagógica administración de la cultura. Cuidando el patriotismo mientras el arte y la cultura padecen las penurias económicas impuestas por la Transformación. Supongamos que traen esas piezas arqueológicas de regreso a estas tierras Transformadas sin recursos y en crisis, ¿qué van hacer con ellas? ¿Las van a llevar a los museos a los que recortaron el 75 por ciento del presupuesto para operar? ¿Las van a meter en una bodega de esas en las que los inventarios nunca están actualizados porque no hay dinero y menos ahora sin computadoras y sin personal? ¿Se las van a llevar de decoración a Palacio Nacional?

Hablemos de las piezas, son extraordinarias, la máscara de Teotihuacan se atribuye a la imagen de Huehuetéotl, dios del fuego, y perteneció al art dealer y coleccionista Pierre Matisse, hijo del pintor impresionista Henry Matisse, la adquirió en 1938. Se estima que la máscara alcance un precio de entre 450 mil y 650 mil dólares. El resto de las piezas proviene de distintas colecciones, como la de Emile Deletaille, galerista y coleccionista de Bélgica. Entre las piezas está una escultura en barro de Veracruz, se estima que alcance los 900 mil euros, o un millón 83 mil dólares. La galería Emile Deletaille está especializada en arte precolombino, africano e islámico, existe desde 1964, y desde entonces vende este tipo de piezas. Eso significa que el arte precolombino es muy valioso y es un gran negocio, por eso las instituciones deberían cuidar nuestros museos y zonas arqueológicas.

Es predecible la rapiña y la destrucción de piezas artísticas mayas con la construcción del tren, ese que va a Transformar la selva en inmensas zonas de suciedad como las estaciones del metro de la Ciudad de México, y cuando vean piezas mayas en subasta, otra vez, se van a hacer los dignos, y las van a exigir. El inventario de arte sacro nunca lo terminaron y no existe un inventario de arte prehispánico actualizado.

En esta ocasión son 40 lotes, en 2019 hubo otra subasta y vendieron un millón 40 mil dólares, no pueden “exigir” que no se hagan las subastas, lo saben, sus reclamos son únicamente propaganda. Es terrible decirlo, pero es preferible que esas piezas estén en una colección privada o institucional que las cuide y las aprecie, en salas debidamente climatizadas y vigiladas, con programas de estudio.

La solución no es reclamar, eso no cuesta nada, lo hacen por Twitter, como todas sus acciones, la solución es que las compren, pueden ofrecer un precio y evitar que salgan a subasta. Con el trofeo en casa se hacen la foto. La otra solución es que si los bienes de la Nación son “inalienables e imprescriptibles” los preserven invirtiendo en sus museos y zonas arqueológicas y aceptando que el progreso no sólo está en plantas petroleras, está en el arte y la cultura, que tanto han deteriorado en estos pocos años.

AQ

  • Avelina Lésper

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