Que veinte años no es nada dice el tango. Veinte años no es nada y lo es todo. Porque sostener un proyecto cultural como Laberinto de MILENIO Diario durante todos estos años ha sido una labor de resistencia, de terquedad y de una firme convicción de lo que significa un suplemento cultural para la historia del periodismo, para la historia de la recepción literaria y para la historia del movimiento de ideas en nuestro país. No me cabe duda. Difícilmente ese barco ballenero llamado Laberinto que zarpó hace veinte años hubiera llegado a buen puerto sin su sempiterno capitán de navío: José Luis Martínez S.
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Desde su primera hora, con mucho agradecimiento, me sumé al proyecto de suplemento cultural que José Luis Martínez S. le había propuesto a los directivos del periódico. Después de un par de primeras reuniones del equipo de redacción (José Luis Martínez S., coordinador; Andrea Rivera, redacción; y yo como editora), en las que José Luis nos solicitó propuestas de nombre del nuevo suplemento, finalmente ya teníamos uno: Laberinto.
El nombre que yo llevaba bajo el brazo para bautizar al barco me remitía inevitablemente a Borges, a ese camino que eterna y tercamente se bifurca en otro y luego en otro y en otro en cuyo centro, acaso, se encuentra un Libro Único en el que todos leemos y existimos.
A ese primer equipo se le unió, como primera diseñadora, Adriana Carrillo; y en la parte gráfica, con mucho peso dentro del suplemento, la obra del grabador Antonio Ledesma y la ilustración de Luis Miguel Morales. Durante el tiempo que estuve como editora y un poco más allá, me encargaba de una sección llamada “Plumas bastardas”, en la que traduje textos inéditos de lo mejor de la literatura italiana como Antonio Tabucchi, Tomasso Landolfi, Roberto Calasso y mi infaltable Claudio Magris.
Emprender y sostener durante tanto tiempo un proyecto de suplemento cultural como Laberinto no ha sido fácil, ni antes ni ahora, conscientes también de que teníamos a nuestras espaldas la sombra tutelar de suplementos culturales fundacionales como México en la Cultura y su director Fernando Benítez, señero del moderno periodismo cultural mexicano. Para poder atajar las grandes olas que amenazaban con tragárselo, Laberinto, durante estos veinte años, ha tenido que irse transformando en diseño, en contenidos, en tamaño, de acuerdo a las exigencias internas y a la exigencia de los lectores.
La historia de la difusión de la cultura en México resulta incompleta sin la historia de Laberinto como espacio difusor de la obra literaria y artística de los creadores de México. La figura de José Luis Martínez S. como agente cultural creador del proyecto ha sido fundamental para que Laberinto, hoy, siga contribuyendo a la cultura del libro, el fomento a la lectura y a la historia intelectual del país.
Muchas felicidades a José Luis Martínez S. y a todo el equipo de redacción de Laberinto por estos veinte años que son nada y lo son todo.
María Teresa Meneses
Ensayista, editora y traductora del italiano. 'No te olvides de mí, Berlín' es su libro más reciente.
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