Reencontrar a José Emilio

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Pacheco aún se mantiene vigente, y aunque nunca se asumió como "maestro", El infinito naufragio resulta una lección de literatura para el aspirante a escritor.

'El infinito naufragio' es un compliado que realizó su hija Laura Emilia Pacheco, con lo mejor de la obra del escritor. (Foto: Cortesía)
Silvia Herrera
Ciudad de México /

A ochenta años de su nacimiento y cinco de su muerte aparece El infinito naufragio (Océano, 2019), antología general de José Emilio Pacheco (1939-2014), preparada por su hija Laura Emilia. En el prólogo explica que el volumen está pensado ante todo para acercar a primeros lectores a su obra. Para entrar a la vasta y diversa obra de Pacheco, la antologadora optó por dividir el libro en tres secciones: poesía, relatos e inventarios. En la parte narrativa no fueron tomadas en cuenta las novelas Morirás lejos y Las batallas en el desierto, mientras que en poesía fueron dejadas de lado sus versiones de poetas extranjeros que él llamaba aproximaciones. Laura Emilia está consciente de que toda "antología es injusta" e inevitablemente no consideró textos que el seguidor de la obra de su padre pensaría que debieron ser parte de ella; por ello hay que ver a El infinito naufragio (y en general a toda antología) como una propuesta lúdica en la que el lector participa completando el libro o creando el suyo. Un aspecto a destacar es que en la noticia editorial se señala la edición de la que fueron extraídos los textos seleccionados, y son las primeras ediciones. Como es sabido, José Emilio era un autor que reescribía su obra, así que el lector curioso puede comparar cómo fue el tránsito de una edición a otra, especialmente en lo referente a la poesía.

Todos los colegas que conocieron al José Emilio joven, como Sergio Pitol, coinciden en una opinión: que formalmente desde el inicio de su carrera fue un escritor maduro. En cuanto a los temas, los intereses pudieron haberse ampliado pero la conciencia del lenguaje y el dominio de las formas, reiteremos, siempre las poseyó. El sentimiento del tiempo es un tema presente en su obra poética desde sus comienzos. Leemos en la siguiente lira de la "Égloga octava" de Los elementos de la noche (1963), su primer libro de poesía: Vivimos el presente / en función del mañana y el pasado. / Pero si el día no miente, / no estaré ya a tu lado / en otro tiempo que nació arrasado. En No me preguntes cómo pasa el tiempo (1969), considerado su obra mayor en este género, aparece el poeta del dolor y el compromiso social. Asienta en "Dichterliebe": La poesía tiene una sola realidad: el sufrimiento./ Baudelaire lo atestigua, Ovidio aprobaría / afirmaciones semejantes. Si hubo un escritor al que la matanza de estudiantes y ciudadanos en 1968 transformó, ese fue Pacheco. "Manuscrito de Tlatelolco (2 de octubre de 1968)" fue concebido siguiendo la consigna del Conde de Lautréamont de que "la poesía se hace entre todos". Dividido en dos partes, construye el poema tomando frases de las traducciones de Ángel María Garibay y Miguel León Portilla en Visión de los vencidos, y los testimonios reunidos por Elena Poniatowska en La noche de Tlatelolco.

En cuanto a los relatos, si bien los niños llegan a ser personajes importantes en sus historias, Pacheco está alejado de lo que actualmente se considera "literatura infantil y juvenil", pero muy bien puede hacerse una selección en este tenor. Dentro del terreno de lo fantástico y el suspenso es un maestro en la creación de ambientes como en "La cautiva". Igualmente posee mano diestra para el pastiche; "Gulliver en el país de los megáridos (Un capitulo inédito de Jonathan Swift)" es una muestra de esta faceta.

En cuanto a los inventarios, que con todo y los tres voluminosos tomos publicados por editorial Era aún están incompletos, Laura Emilia los dividió en tres secciones: Retratos, Diálogos y Temas. En ellos, José Emilio emplea todas las herramientas literarias que asimiló. En "Retratos en miniatura", I y II, hace gala de su erudición, pues el título y el estilo proviene del clásico libro del inglés Lytton Strachey, Portraits in Miniatures and Other Essays. No hay desdoro en dar a conocer las influencias.

Pacheco aún se mantiene vigente, y aunque nunca se asumió como "maestro", El infinito naufragio resulta una lección de literatura para el aspirante a escritor.

RP

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