Sebastian: arquitectura y entropía

Ciencia

Los monumentos del autor de ‘El Caballito’ contienen una gran cantidad de información. Están armados de manera precisa, ordenada y única. Por eso mismo es que sus obras son también su propio límite

Edificio ABACUS para el Laboratorio de Matemática Aplicada y Cómputo de Alto Rendimiento del Cinvestav (Tempus Design)
Gerardo Herrera Corral
Ciudad de México /

Entropía es una medida de algo intangible, la magnitud física de lo que no se observa. Es un número y es un concepto que salió del marco de las Ciencias Físicas para redefinir fenómenos de otros campos del conocimiento hasta llegar a la cultura popular.

El concepto de entropía comenzó a usarse primero en la descripción del calor, transitó a la teoría de la información, llegó al habla cotidiana refiriéndose al grado de orden de las cosas para luego devaluarse apareciendo en interpretaciones libres y sin sentido.

La palabra proviene del griego tropé que significa transformación o cambio. Es una noción decimonónica que en su forma original define la manera como un sistema cerrado puede evolucionar. Todo cambia con el tiempo y hoy sabemos que el medio que resulta de otro deberá tener una entropía mayor de la que tenía al comienzo.

Con el paso de los años se logró entender el significado de entropía a niveles microscópicos como el número de arreglos posibles de átomos o moléculas que nos dejan al sistema con las mismas características macroscópicas. Así, por ejemplo, entropía es el número de formas como podemos acomodar y reacomodar a las moléculas en un litro de aire a temperatura ambiente (25 grados Celsius) de manera que cada uno de los distintos arreglos nos den un litro de aire con 25 grados Celsius, —existen muchísimas maneras de hacerlo—. Entropía es pues algo incorpóreo es el número de formas en que se pueden acomodar los elementos de un sistema.

Con el desarrollo teórico que describe la manera como se transmite la información, los estudiosos se dieron cuenta de que había una cantidad relacionada con la entropía clásica y que se calculaba de igual manera. Siendo una herramienta para entender la información, el concepto de entropía se propagó a muchos ámbitos.

Más recientemente se ha establecido una relación entre entropía y geometría ampliando el concepto a la descripción de agujeros negros y a las opciones que el Universo podría tener para constituirse de la manera como lo vemos. De manera que la idea de entropía se multiplica, se extiende y difunde proliferando tanto como el concepto de energía que aparece de manera indiscriminada por todas partes.

Podemos calcular la cantidad de entropía que está presente en el acto de lanzar una moneda y concluir que es 1 porque solo existen dos posibilidades para el resultado final. El lanzar un dado en cambio tiene una entropía mayor porque hay seis posibles resultados de la operación. Construir un muro de ladrillos multiplica las posibles combinaciones que nos dan al mismo muro. Un edificio construido con elementos repetibles sigue siendo igual cuando intercambiamos sus componentes. Tenemos muchas combinaciones posibles para terminar en la misma pared. Un muro tradicional tiene una probabilidad mayor de existir porque hay muchas maneras de ser lo mismo, pero, el montón de tierra en que se convertirá tiene aún más combinaciones que lo dejan igual como una aglomeración de arcilla; por eso los muros acabarán en polvo. Tan cierto es todo esto que el paisaje arquitectónico está lleno de muros de tabique y las ruinas del pasado se han convertido en montes de escombro.

La escultura de Sebastian se diferencia de la arquitectura convencional porque no siempre se puede reordenar a sus componentes sin dejar de ser lo que era. Si bien es cierto que el gran escultor recurre a la repetición como acto expresivo en muchas de sus obras, también lo es que en varias ocasiones son piezas formadas de elementos diferenciados imposibles de intercambiar.

Sus monumentos contienen una gran cantidad de información. Están armados de manera precisa, ordenada y única. Por eso mismo es que las obras de Sebastian son también su propio límite.

Una catedral es una manifestación de orden y belleza mientras el montón de polvo en que acabará un día es manifiestamente desordenado. Sin embargo, hay muchos arreglos posibles para ese montón de arcilla y algunos son más ordenados que la catedral misma. Así por ejemplo un bloque monolítico que se fabrique con el material de ese montón de arena podría alcanzar mayor organización que los admirables contornos de la construcción, pero cuando una pieza arquitectónica admite diferentes configuraciones sin perder el mensaje, se vuelve impreciso. Solo el caos permite albedrío.

En obras como el Caballito o la Puerta de Monterrey, Sebastian ha creado un orden que es ausencia de libertad. El edificio ABACUS para el Laboratorio de Matemática Aplicada y Cómputo de Alto Rendimiento del Cinvestav (Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN) es irrepetible, no acepta cambios y se opone a las variaciones. Este edificio de siete niveles que se ubica en el parque nacional La Marquesa está recubierto de metal plateado que destaca en un bosque de oyameles. Su arquitectura está formada por elementos que han llegado hasta ahí con abundante información y entropía cero. Estructuras que, como la vida, conservan el orden local para evitar la muerte.

AQ

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