En su afamado Ulises, Joyce hace pensar a Bloom: “La famélica gaviota sobre el agua turbia flota”. Y luego remata: “así es como escriben los poetas”. Sí, así escriben. Y así escribe sus guiones Pelin Esmer, fijándose en detalles aparentemente insustanciales.
Esmer es una joven antropóloga y cineasta turca que comenzó dirigiendo documentales en 2002 y que ha terminado por construir una obra de seis películas de mirada alerta y, sobre todo, femenina. Esmer escribe sus guiones prestando atención a lo cotidiano. Exalta eso que todos pasan por alto pero que hay que mirar para vivir. Something Useful es una de sus obras más atractivas y es, por tanto, una de las películas turcas más importantes de este siglo. No es poco. El cine de aquel país ha producido en el siglo XXI a autores tan célebres como Nuri Bilge Ceylan (Tres monos) y Ferzan Özpetek (Saturno Contro).
- Te recomendamos El arte y la ciencia: libertad de tránsito para las mujeres Laberinto
En Something Useful, Pelin ofrece un nuevo significado a lo que pudiésemos entender por “cine feminista”.
La directora no se limita a señalar, produce más bien una arquitectura narrativa que trasciende todo lugar común. ¿Chismorreo? ¿Fragilidad? ¿Sumisión? Something Useful comienza presentando a Canan así. Está metida en todo eso. Canan es una chica de su edad. Es enfermera, pero quiere ser actriz. Y está por subir a un tren en el que va a un poblado lejano. Su padre, temeroso de lo que pueda suceder con una chica sola en ese país machista, decide encargarla a otra mujer. Si uno se fija, la presentación de Canan está condimentada con los lugares más comunes de la feminidad de cliché. Pero lo que el padre no sabe es que ha encargado a su hija con Leyla. Ella dice que es abogada, pero es en realidad una notable poeta nacional. Ya en el tren, en poco tiempo, Leyla pide una cerveza. Y el mesero, servicial, ¿qué va a hacer? Pues cerrar la ventana: no la vayan a apedrear. ¿Una mujer tomando cerveza en un país mayoritariamente musulmán?
El deleite de estos y otros detalles, en apariencia simples, dan cuenta del feminismo de Esmer. La suya no es una denuncia iracunda sino, como en el caso de Joyce en Ulises, la invitación a aprender a ver. Porque sólo si vemos, tal vez podamos cambiar. Por otra parte, la imagen recuerda el poema “Ventana” de Sandburg: “La noche desde la ventanilla de un vagón de tren es un objeto oscuro, grande, suave, rajado de un extremo a otro con cuchilladas de luz”. Finalmente, en las conversaciones de las protagonistas se ofrece una alternativa a este mundo injustamente machista: hay que llenarse de compasión. Es así que Leyla decide acompañar a Canan.
La historia da un vuelco toda vez que la mirada femenina se ha consolidado. Aun así, no deja de seducir con reflejos. Aparecen por todas partes. Y cuando entra en escena el hombre al que hay que matar “por compasión” la cámara nos presenta casi a un santo. Este hombre conoce, además, a la poeta que ha venido a matarla, de modo que la historia adquiere el carácter de fábula. Los murmullos con los que Pelin inició su película reaparecen para ofrecer una solución existencial: aprender a ver como propone Joyce no es sólo la clave ante un mundo injusto por el machismo, es también la única posibilidad ante el horror de tener que morir. Exclama el enfermo: “déjame el balcón abierto”. Ahora recuerda a García Lorca cuando escribe: “¡si muero, dejad el balcón abierto!” Lo que al inicio era una mujer sin vocación se ha transformado a lo largo de la película en poeta. En un ser humano.
Something Useful está disponible en Mubi.
AQ