Recopila fantasmas surrealistas, abstractos, totémicos y provocativos que lo persiguieron desde el Viejo Continente hasta el Nuevo Mundo, donde encontró —en el arte de las culturas originales desde Perú hasta Alaska— destellos surrealistas que le permitieron confrontar las normas de André Bretón.
Conformada por 134 piezas, esta muestra es una revelación. No solo se trata de adentrarse en el trabajo de este artista ligado al grupo Abstraction Creation, al Surrealista o al Expresionismo Abstracto, sino de un viaje literario y visual que cruza una década en México (1939–1948) a la vez que globaliza el diálogo entre creadores mexicanos, estadunidenses y europeos que se encontraron aquí para entenderse desde otra perspectiva.
Inquieto, Paalen no se conformó con la pintura, además de experimentar formalmente (se dice que es creador del fumage, técnica de dibujar con humo) y ser un antecesor de la instalación (basta ver la hermosa pistola trazada con huesos), su interés por la filosofía y su cercanía crítica al surrealismo lo empujan a fundar la revista DYN, publicación que es en sí parte fundamental de su trabajo artístico. Más allá de servir de vehículo para explorar sus ideas, para mostrar a otros artistas que coinciden con su forma de entender y conceptualizar el arte, es también un acto de resistencia. Una rebelión intelectual que brota desde una capital, la Ciudad de México, que no necesita de Nueva York ni de París, al contrario: liberada de la mirada autoritaria de Occidente, se yergue abrazada por un paisaje distinto y por una tradición ancestral que plantea otra manera de estar.
Es esa otra manera de estar la que exploró Paalen tanto en su plástica como en su reflexión teórica, y es la misma que se despliega en esta muestra. Así, el espectador se topa con obras que evidencian sus preocupaciones temáticas, formales e intelectuales (como en “Migraciones de Yucatán” o “Mother of Agathe”), así como su interacción con otras mentes y otras perspectivas, como con el dibujo casi científico de Miguel Covarrubias, la imaginación de Gunther Gerzso, el surrealismo a la mexicana de Manuel Álvarez Bravo, el ojo abstracto de Carlos Mérida, el espíritu de las culturas antiguas que le abrieron, sin duda, otros caminos, las formas simples de Henry Moore o el movimiento de Alexander Calder. Esta exposición narra las travesías a los destinos plásticos que frecuentó Paalen, sobre los que reflexionó armando una red de pensamiento que se extienden en los seis números de DYN.