Sylvia Plath, más allá del mito

Literatura

La autora de Ariel y La campana de cristal nació hace noventa años y la editorial Navona la celebra con la edición de Dime mi nombre, primera recopilación de su obra poética completa traducida al español.

Plath fue una tremenda luchadora que ansiaba ser feliz. (Foto: Cordon Press)
Ciudad de México /

En el marco de la conmemoración del 90 aniversario de su nacimiento, este 27 de octubre, y los 59 años de su suicidio el pasado 11 de febrero, la editorial Navona ha reeditado Dime mi nombre, la primera recopilación de la obra poética completa de Sylvia Plath traducida al español.

El volumen, de 740 páginas, se terminó de imprimir en los talleres de Romanyà Valls, en Capellades (Barcelona), el 11 de febrero de 2022, justo el día en el que se cumplieron los 59 años del fallecimiento de la autora de Ariel y El Coloso en su casa de Primrose Hill, Londres, según su colofón.

Con edición, introducción fechada en agosto de 1980 y notas de Ted Hughes, el poeta esposo de Plath, y preámbulo, traducción revisada y notas correspondientes, revisadas y ampliadas de su primera versión de 2008 por el poeta, músico, traductor, narrador y crítico literario Xoán Abeleira, Dime mi nombre sigue la versión de The Collected Poems que Hughes preparó para la editorial Faber & Faber hace más de medio siglo, con la salvedad —escribe Abeleira— de la inclusión de notas a la traducción y a la bibliografía consultada para realizarla y la corrección de erratas, “que a lo largo de las décadas, y pese a las muchas reimpresiones que este libro de poesía (uno de los más vendidos de la segunda mitad del siglo XX así como de las dos primeras décadas del siglo XXI) tuvo hasta el momento, perduran”.

La hermosa edición empastada reúne 224 poemas escritos de 1956 a 1963, y una selección de poemas de juventud concebidos durante los tres o cuatro años previos a 1956, algunos como ejercicios de clase para su profesor de Lengua y Literatura Inglesa en el Smith College, Alfred Young Fisher, como hace notar el traductor, recopilados en el apartado “Juvenilia” bajo el título de Cincuenta poemas aurorales.

Xoán Abeleira incluso destaca que en esta edición de Navona se encuentran todos los poemas de Ariel tal y como los dejó su autora, gracias a la edición restaurada de 2004 realizada por Frieda Hughes, y no como siguen apareciendo en la edición de Hughes de 1981, a pesar de las erratas que persisten en ella.

El texto introductorio del escritor y traductor gallego-venezolano sobre Sylvia Plath (y de paso sobre Ted Hugues) sin duda es sui géneris, con la postura firme de Abeleira para desmontar mitos y falacias en torno a la pareja de poetas, acentuados y revolcados incluso en el cine, como la película Sylvia (2003), de Christine Jeffs, protagonizada por Gwyneth Paltrow y Daniel Craig, en los protagónicos.

Sylvia Plath (Boston, 27 de octubre de 1932-Londres, 11 de febrero de 1963) apenas vivió 30 años pero empezó a escribir desde los 9 o 10 e incluso a publicar. Abeleira destaca que, a pesar de su corta vida, pocos alcanzaron su nivel de talento y uno puede imaginarse qué habría sido su obra de vivir más tiempo. De hecho sostiene que si muchos de los escritores y escritoras del siglo XX, como Virginia WoolfW. B. Yeats, hubiesen muerto a los 30, como ella, casi nada habría quedado de su obra.

Por eso sostiene que la vasta obra de Plath, no solo en poesía, sino también en narrativa con su novela La campana de cristal, y aun textos para niños, está por encima de su mito, uno de los más fuertes del siglo XX. Y va más allá y reivindica la relación entre ella y Hughes, siempre culpado de la tragedia.

Admirador desde joven de ambos, el traductor gallego-venezolano asegura que fue una pareja que se amó profundamente, además de que se ayudaban como escritores. También arremete contra “todas las patrañas que se han venido vertiendo sobre su cadáver”, en particular sobre la afirmación de que Plath era una poeta abocada al suicidio desde la muerte de su infancia y de que su fama se debe a “haber perdido la guerra psicológica” que derivó en su muerte por asfixia con gas.

“Plath fue una tremenda luchadora que, por encima de todo, ansiaba ser feliz: amando, trabajando, criando a sus hijos y colaborando, en la medida de sus posibilidades, a transformar la sociedad. Una persona que, consciente del trauma que pesaba sobre ella, así como de la ira, del bloqueo, de las diversas pulsiones enfrentadas que aquella fractura de la infancia seguía generando en su interior, hizo y escribió cuanto pudo para salir adelante”, sostiene Abeleira en el “Preámbulo del traductor o la hija del apicultor devino en maestra de abejas”, que parte de sendos epígrafes de Platón y de Rilke.


  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.

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