Terence Blanchard: “George Floyd fue el hombre que cambió todo en Estados Unidos”

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En esta entrevista exclusiva para México, el primer músico afroamericano que escribe una ópera para la MetOpera de NY aborda la relación entre arte y activismo.

Terence Blanchard, compositor y trompetista estadunidense. (Foto: Henry Adebonojo)
Ciudad de México /

Ganador de cinco premios Grammy y autor de la música de casi todas las películas de Spike Lee, Terence Blanchard (Nueva Orleans, 1962) se convirtió el pasado 27 de septiembre en el primer compositor negro en llevar su obra al escenario de la Metropolitan Opera House de Nueva York: Fire Shut Up in My Bones, un drama basado en las memorias del periodista Charles W. Blow.

Para él, “hacer historia” es un honor abrumador, pero aclara que sólo buscó contar una historia universal desde el punto de vista de la comunidad negra, con el ADN del jazz.

En entrevista exclusiva para Laberinto y América Latina, Blanchard considera que llegar al escenario de la MetOpera se debe a la muerte de George Floyd el 25 de mayo de 2020, como consecuencia de la brutalidad policíaca y el racismo, que cambió muchas mentalidades en Estados Unidos. Y, honesto, subraya que antes que él hubo otros compositores negros que merecían el honor.

Fire Shut Up in My Bones, segunda ópera de Blanchard después de Champion (2013) y protagonizada por Will Liverman (Charles Blow adulto), Walter Russell III (niño), Angel Blue y Latonia Moore, bajo la batuta de Yannick Nézet-Séguin, se transmitirá este sábado 23 de octubre en la serie MetOpera Live in HD a más de 70 países, incluyendo México, donde podrá disfrutarse en el Auditorio Nacional.

Desde su hotel frente a Central Park, el jazzista y trompetista, cuya vida ha estado desde niño ligada a la música, pues su padre era tenor, dice tener más influencia de Giuseppe Verdi y Giacomo Puccini que de George Gershwin, quien estrenó Porgy and Bess un 30 de septiembre (1935), el mismo día que ocurrió esta conversación sobre su nueva obra comisionada en 2019 por la Opera Theatre of Saint Louis.

—Después de ganar cinco Grammys, de componer la música de casi todas las películas de Spike Lee, ¿qué significa para usted “hacer historia” al convertirse en el primer compositor negro en estrenar una ópera en la Metropolitan Opera House de Nueva York?

Es un honor abrumador. Estoy lleno de sentimientos encontrados y muy emocionado con la idea de ser el primer compositor negro en hacerlo, aunque no me considero el más calificado. Hubo muchos compositores negros antes que yo que merecían este honor, como William Grant Still, Hale Smith, Roger Dickerson, Howard Swanson. Estoy contento de que la MetOpera está revirtiendo esas omisiones al abrirse a otros compositores de color, a voces diferentes y a mujeres.

—Usted decía que Champion era “opera en jazz”, no “jazz opera”. ¿Qué pasa con Fire Shut Up in My Bones, su segunda ópera? ¿Es algo más, una evolución en la ópera estadunidense contemporánea?

No. Supongo que es ópera en jazz. No uso ese término porque esté tratando de hacer lo que la mayoría de los compositores hacen al emplear el folclor y todo a su disposición para contar una historia. No hay momentos con big band de jazz tocando durante First Shut Up in My Bones, sino que uso el fraseo, las progresiones armónicas y en algunas ocasiones los patrones rítmicos. Uso el ADN del jazz para contar una historia. Stravinski usa a veces canciones folclóricas y en otras las bases de estas ideas armónicas, pero va más allá con ellas. Así que yo trato de hacer lo mismo. El jazz es más que mi columna vertebral; es quien soy. Sólo así tiene sentido para mí usar estos colores y tonos en mi composición.

—¿Qué cree que haya cambiado en la MetOpera, que antes no abría sus puertas a compositores negros, como William Grant Still, o incluso a mujeres? Apenas hace un par de años encargó óperas a Missy Mazzoli y Jeanine Tesori.

George Floyd fue el hombre que cambió todo en este país. Fue muerto mientras era grabado en video, y mostró a mucha gente lo que por generaciones ha pasado a la gente de color en este país: cómo hemos sido maltratados, incluso por las fuerzas de la ley. Así que pienso que eso abrió los corazones y las mentes de mucha gente, que ahora está tratando de hacer cambios sustanciales en sus organizaciones. Peter Gelb (director general de la MetOpera) reconoció lo que le ocurrió a George Floyd y está tratando de hacer lo correcto.

—Igual que Champion, Fire Shut Up in My Bones está basada en una persona afroestadunidense viva, el periodista Charles M. Blow. Champion, de 2013, seguía al boxeador Emile Griffith, quien murió un mes después del estreno. ¿Por qué componer óperas sobre personas vivas?

Siempre tratamos de admirar y honrar a personas que ya no están con nosotros. Pensé que al escribir cada ópera para honrar a alguien vivo tengo la oportunidad de llevarle flores y respeto mientras está aquí. En el caso de Charles Blow, su nivel de éxito es un testamento de cómo puedes superar todo. Me gusta la noción de que la gente joven que quizás atraviesa por una situación similar a la de Charles Blow puede venir a ver mi ópera y ver que todo es posible para revertirlo.

—¿Cómo fue su colaboración con la cineasta Kasi Lemmons en la concepción del libreto?

Fue asombrosa. Conozco a Kasi desde hace años y cuando nos encontramos la primera vez ella dijo que quería escribir el libreto de una ópera. Y cuando llegó el momento de conversar sobre Fire Shut Up in My Bones, la llamé y le pregunté si quería hacerlo y aceptó de inmediato. Nuestra relación de trabajo fue genial porque no me interpuse en su camino, simplemente dejé que escribiera el libreto y una vez terminado, hicimos cambios mínimos. En la mayor parte sólo lo veía y escribía la ópera a partir de él.

—¿Cómo fue su colaboración con James Robinson, quien con Fire Shut Up in My Bones es el primer director de escena negro a cargo de una gran producción en la MetOpera?

Fue genial trabajar con Jim Robinson, también con Camille A. Brown, codirectora de la puesta en escena. Jim es el primer afroamericano a cargo de una producción en la MetOpera. Fue asombroso atestiguar cómo trabajaban ambos juntos, porque se complementan muy bien.

—Robinson es también coreógrafo. ¿Por qué la coreografía es tan importante para usted en sus óperas?

Porque también tiene algo que decir en la historia. Quiero usar en el escenario todo lo que está a mi disposición. Así que la coreografía puede ayudarme a decir las cosas que la música no puede y el movimiento del cuerpo no es solo danza, sino cómo los actores se mueven para llegar a sus papeles.

—Este 23 de octubre, Fire Shut Up in My Bones podrá verse en vivo en 70 países, incluyendo México, gracias a la serie MetOpera Live in HD. ¿Siente mucha responsabilidad por eso?

No siento mucha responsabilidad. Sólo quiero contar una historia. Y creo que la mayoría de la gente que participa en esta producción quiere hacer lo mismo. Sólo quieres una buena oportunidad para desplegar tus talentos. No siento presión al respecto porque sé que el talento en el escenario será increíble.

—El título del libro de Blow que retoma en su ópera, Fire Shut Up in My Bones, procede de la Biblia, del profeta Jeremías. El góspel también forma parte de la cultura negra. Para usted, ¿qué tan importante es la religión como artista y activista?

Siempre ha sido parte de mi vida y la base de cómo he vivido. Así que supongo que es muy importante pero no es algo en lo que esté pensando. Lo más importante es que es una historia universal que pasa por ser contada a través de la óptica de nuestra comunidad, para gente de cualquier raza que lucha con el hecho de sufrir abusos. Espero que sea una obra inspiradora para aquellos que luchan contra eso.

Fire Shut Up in My Bones aborda la identidad sexual al igual que el racismo en Estados Unidos contra los afroamericanos. Dos grandes problemas al mismo tiempo. ¿Por qué son importantes para usted?

Porque la intolerancia hacia personas que son diferentes es estúpida. En este mundo tenemos el debate intelectual sobre la aceptación y la tolerancia, pero la aplicación práctica no parece nunca existir porque la inseguridad hace reaccionar a la gente contra aquellos que no lucen como ella o no se escuchan como ella o no proceden de sus comunidades. Y pienso que hemos pasado mucho tiempo en eso y necesitamos un cambio. Así que si puedo ayudar a aquellos ciegos por sus prejuicios, en la medida de abrir sus mentes y corazones, que así sea.

—Entre arte y activismo, ¿cuál cree que sea el más eficiente para cambiar el mundo?

No lo sé, porque no soy un político. Sé que las leyes ayudan a cambiar las cosas en el mundo. Y sé que el arte ayuda a cambiar mentes y corazones que quizá cambiarán las leyes. Así que creo que ambas son importantes porque tratan con diferentes aspectos de nuestra existencia diaria.

—Hace 15 años entrevisté a la Premio Nobel de Literatura Toni Morrison, quien afirmó que la cultura en Estados Unidos fue construida por la cultura negra y que todos los movimientos civiles pasan por la gente negra ¿Qué opina al respecto?

Creo que tiene razón. Hay muchas cosas en la cultura de Estados Unidos que salieron de la comunidad negra. Pero estoy aquí para contar una historia sobre Charles Blow. Estoy aquí para mostrar a la gente lo que tenemos que soportar y superar y cómo con él todavía vivo puedes ver el nivel de éxito que ha obtenido y eso dice mucho por sí mismo.

—Se cumplen 86 años de la ópera de George Gershwin Porgy and Bess. ¿Gershwin y su obra influyeron en usted?

No, Gershwin no tuvo influencia en mí. Puccini y Verdi fueron influencias en mis composiciones operísticas.

—Trabajó en las bandas sonoras de casi todas las películas de Spike Lee. ¿Cuál disfrutó más y por qué?

Es difícil decir porque creo que todas son un momento en el tiempo de nuestro desarrollo como artistas. Malcolm X fue extremadamente importante. Pero veo todas como valiosas, porque todas tratan sobre la condición humana y cómo celebramos nuestras diferencias y cómo las apreciamos.

En 2023, la MetOpera presentará otra ópera de un compositor negro, X: The Life and Times of Malcolm X, de Anthony Davis. ¿Qué le diría a Davis sobre su experiencia con Fire Shut Up in My Bones en la MetOpera?

Todo el staff en la MetOpera ha sido increíble, todos han sido entusiastas y serviciales. Los mismos artistas han sido fenomenales. Pero lo más importante es que la gente ha venido a apoyar la ópera y de una forma que implica una declaración sobre hacia dónde debería ir la ópera. Algunos periodistas escribieron que quizá sea la más diversa audiencia que vieron en una producción de la MetOpera.

Cuando compuso Fire Shut Up in My Bones, ¿pensaba que era para una audiencia tan diversa, o para mostrar la cultura negra a la gente blanca, o para mostrar la cultura negra a los propios afroamericanos?

Reitero: es una historia universal que puede contarse desde cualquier punto de vista. Estamos contándola desde el punto de vista de nuestra cultura. Crecí en Louisiana. A veces me ofendo cuando la gente trata de insinuar qué significa una ópera negra en el escenario porque no se da cuenta de lo que está diciendo. Me dicen que no debería ver a Verdi o a Puccini, y esa noción es lúdica. Todas sus historias pasaron la prueba del tiempo porque son universales y cada uno puede encontrar algo en esas historias que signifique algo en su vida. Y creo que eso pasa con Fire Shut Up in My Bones que, aunque es contada desde nuestra perspectiva, es para que cualquiera pueda experimentarla.

—El argentino Ramiro Peralta, gran fan de usted, me pidió que le preguntara qué opina sobre la evolución del jazz en el siglo XXI. Si le gusta el trabajo de Christian Scott, Kamasi Washington, Thundercat, Jon Battiste o Robert Glasper.

Los tipos que me gustan son Walter Smith III, Ambrose Akinmusire, John Clayton, Fabián Almazán, Taylor Eigsti… Son los tipos que pienso que están diciendo algo y tienen muchísimo que ofrecer, extremadamente creativos y brillantes en sus acercamientos a la música. Así que si quieres comenzar a escuchar a estos tipos, vas a comenzar a comprender qué estoy tratando de decirte. Tienen muchas cosas que decir.


AQ

  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.

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