Valeria Tentoni en el jardín de las preguntas

Entrevista

La escritora argentina comenta sus dos libros más recientes que ya circulan en México: 'El color favorito', un ensayo sobre el arte de la entrevista literaria, y 'Emociones lentas', que reúne su trabajo poético.

La escritora y periodista argentina Valeria Tentoni. (Foto: Eduardo Tentoni)
Ángel Soto
Ciudad de México /

Pocas labores son tan enriquecedoras como el oficio de preguntar. Quien indaga en los surcos de la memoria ajena posee el talante de los exploradores, siempre al acecho de un hallazgo o de algún botín escondido. La inmersión en el pensamiento del otro es, también, una forma de la sabiduría. El poeta bengalí Rabindranath Tagore legó una frase que lo confirma: “Hacer preguntas es prueba de que se piensa”.

Valeria Tentoni (Bahía Blanca, 1985) es poeta, ensayista y narradora, pero ha dedicado muchas de sus horas al arte de la interrogación. Sostiene, como Tagore, que las preguntas son una ruta inequívoca hacia el conocimiento. “La duda es un modo del saber”, explica durante una entrevista con Laberinto a propósito de la publicación de El color favorito (Gris Tormenta, 2023). “La pregunta —continúa— es una fuerza maestra, y cuando se identifican las fortalezas uno puede moverse hacia lugares nuevos”.

El subtítulo del libro anuncia que El color favorito es “un ensayo personal sobre las entrevistas literarias y el poder de las preguntas”. Para definir su curiosidad, Tentoni ha encontrado en la botánica una metáfora exacta. “Se abren muchas más flores en el jardín de las preguntas. Como lectora y entrevistadora, encuentro que en el jardín de las respuestas hay muchas flores secas, y yo no voy a regarlas. Prefiero andar entre preguntas”.

Hay que imaginar a Valeria Tentoni así, con las tijeras en una mano y el cortasetos en la otra, lista para hurtar las flores más lindas del jardín de su interlocutor. Porque el periodismo literario ofrece la ventaja impagable de saquear al otro sin asumir los riesgos penales. “A una entrevista voy a robar. Voy a que me den respuestas. No hago preguntas inocentes”, escribe Tentoni en el libro. “Toda pregunta esconde una intención, y la mía es que me cuenten cómo hacen lo que hacen”.

El color favorito (Gris Tormenta)

Aunque ha ejercido como periodista durante casi 20 años, Valeria conserva la modestia de los neófitos. Con este matiz inaugura su ensayo: “Hace casi dos décadas que entrevisto escritores y escritoras, y todavía no aprendí a escribir. Esto no es algo que me preocupe del todo. Quizá, incluso, me alegre”. Cuando le pregunto sobre esto en la charla, me dice: “Es muy exigente entrevistar a personas que escriben, porque hay una profundidad innegable en la conversación sobre literatura. Todavía me sigue pareciendo un desafío cada entrevista”.

¿Cómo plantarse ante una tarea que se presenta retadora en cada ocasión? El remedio, piensa Tentoni, solo puede ser uno: la intuición. “Es superior a la inteligencia tal y como la comprendemos: numérica, fáctica. La intuición es, de hecho, la fuerza en la que más confío”.

Por estos días también se ha publicado en México Emociones lentas (Antílope, 2023), una edición que reúne el trabajo poético de la escritora argentina: Antitierra (2014), Piedras preciosas (2018) y Pirámide (2023).

Uno de esos poemas certifica que las dudas también son materia de los anhelos líricos:

        En la cuadra en la que vivo

        cuento más de cinco limoneros

        desde mi balcón.


        Quisiera hacer un solo color

        con todo eso.


        O una pregunta perfecta.

Emociones lentas (Antílope)

Quizá es su habilidad para transitar entre prosa y poesía la que le permite a Valeria Tentoni recurrir a la metáfora con tal naturalidad. Le pregunto cómo le dio forma a El color favorito y me responde con inflexión de capitana naval: “Escribir un libro es como navegar un barco en una tormenta. Vas tomando decisiones mientras las olas vienen, una detrás de otra. Después te olvidás de cuántas tomaste”.

Son muchos los atributos que forjan al buen preguntante. Sin embargo, es probable que el más valioso sea la voluntad de abrir los oídos. “Una pregunta inaugura una escucha”, dice Valeria. “Ésta es una era en la que nadie quiere escuchar. Todo el mundo tiene ganas de hablar y muy pocas ganas de conocer. Es una época de mucho exhibicionismo”.

¿Ya ha nacido el inventor del fármaco contra la estridencia? Cuando el ruido reverbera con tales decibeles, el mejor antídoto es formular preguntas y practicar la floricultura.

ÁSS

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