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Vicente Aleixandre, un poeta al alcance de todo mundo

Entrevista

Alejandro Sanz, presidente de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre, habla sobre la situación de la casa que habitó el Premio Nobel de Literatura, así como de la incertidumbre legal en que se encuentra su archivo.

Ciudad de México /

Alejandro Sanz, presidente de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre (AAVA), considera que al premio Nobel de Literatura 1977 se le conoce más fuera de España que dentro, aunque sea un poeta universal cuya obra está al alcance de cualquier persona, no así su casa histórica y su archivo personal.

“A los poetas los leemos todos, vengan de donde vengan y sean de donde sean; no pertenecen a nadie, sólo a sus lectores, sin ningún tipo de raigambre y de pertenencia a un país”, dice Sanz, quien editó la Poesía Completa (Lumen, 2017) de Aleixandre para el 40 aniversario de ese Nobel a un poeta español.

“Puedes tener toda la poesía de Vicente Aleixandre por 15 euros”, dice sobre la reedición de bolsillo.

La casa de dos plantas y un sótano que habitó Aleixandre en Madrid durante 57 años, en cambio, está a la espera de protección para evitar su venta o destrucción, igual que su archivo en poder de Ruth Crespo, la viuda del poeta Carlos Bousoño que lo extrajo de la vivienda y lo mantuvo oculto décadas.

El pasado 13 de diciembre se cumplieron 40 años del deceso del autor de La destrucción o el amor y Ámbito. En ese contexto, Sanz adelantó, en entrevista con Laberinto, buenas noticias en torno a la batalla que la AAVA emprendió desde 1995 para proteger la casa del poeta en Madrid y su archivo y que se ha librado principalmente en las redes sociales, según el también editor, que critica que algunos medios han difundido el caso más por morbo o por los pleitos entre partidos políticos que ha atraído.

En marzo de aquel año, Sanz y el poeta, crítico, discípulo y amigo de Aleixandre, José Luis Cano, lanzaron una campaña de protesta, con apoyo de otros intelectuales, por el abandono en que se hallaba la casa de calle Velintonia 3 (hoy calle de Vicente Aleixandre 5), en el barrio madrileño de Chamberí.

El autor de Espadas como labios y Mundo a solas vivió en ese domicilio del 27 de mayo de 1927 hasta su muerte acaecida el jueves 13 de diciembre de 1984 (y no el viernes 14, como señalan varias fuentes).

La casa por donde pasaron, además, poetas como Federico García Lorca, Pablo Neruda, Miguel Hernández, Damaso Alonso o Luis Cernuda, se encontraba entonces cerrada y abandonada, ya se habían metido okupas (paracaidistas, en mexicano) y se acababa de registrar un amago de incendio.

“Nos alarmamos de que la casa pudiera arder y redactamos un manifiesto en el que recordamos a las administraciones públicas del Ayuntamiento de Madrid, de la Comunidad de Madrid y de España, que tenían que preservar un bien cultural, como era la casa de Velintonia”, recuerda la historia Sanz.

Recabaron cientos de firmas de poetas y amigos de Aleixandre desde las generaciones de posguerra como José Hierro, Claudio Rodríguez, Francisco Nieva y Leopoldo de Luis hasta los novísimos.

“Todo eso fue levemente tenido en cuenta por las administraciones, por nuestros políticos, hasta hoy”, lamenta el especialista en la obra del poeta sevillano que fue miembro de la Real Academia Española.

Destaca el apoyo a la lucha que han tenido de intelectuales como Javier Marías o Fernando Aramburu.

Alejandro Sanz y Fernando Aramburu a la entrada de la casa de Vicente Aleixandre. (AAVA)

“Hace unos años estuvo en la casa de Velintonia Fernando Aramburu, el novelista. Le enseñamos la casa, y quedó totalmente desconsolado. Él vive en Hannover, Alemania, y me dijo que esto es imposible que ocurriera en Alemania, que la casa de un premio Nobel, esté abandonada, cayéndose a cachos, sin ningún tipo de protección. Una cosa absolutamente inaudita.

“Nosotros hemos colgado en redes sociales alguno que otro video de Fernando Aramburu denunciando esta situación. Aramburu es un personaje y un novelista reconocido a nivel mundial, se traducen sus novelas en casi todas las lenguas. Otro intelectual comprometido, como Javier Marías. Pero para nuestros gobernantes eso no significa absolutamente nada. Nuestros gobernantes quieren tener de todo rédito político. Si no tienen un rédito político de todo, no les interesa nada. Esa es la triste situación”.

No obstante, Sanz señala que poetas españoles que ostentaron u ostentan importantes cargos públicos, como Olvido García Valdés, directora general del Libro y Fomento a la Lectura de 2018 a 2019, o Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, han ignorado la lucha por la protección de Velintonia.

Casa de Vicente Aleixandre en Velintonia 3. (AAVA)

Ni la RAE se ha pronunciado sobre la casa de Aleixandre, académico de número de 1950 a su muerte, ni la Universidad Complutense ha realizado un homenaje al poeta, que estudió ahí derecho, dice Sanz.

“El año pasado organizamos un homenaje nacional por el 125 aniversario del nacimiento de Vicente Aleixandre en el Círculo de Bellas Artes, adonde vinieron más de 600 personas. Ninguna institución pública, ni el Ministerio de Cultura, ni la Comunidad de Madrid ni el Ayuntamiento, participaron. Y fueron invitadas. Tampoco la Real Academia Española de la Lengua, no sabemos por qué, porque efectivamente Aleixandre fue académico y de los únicos con Nobel. La RAE ni siquiera sabe cuándo nació. Hace días, el 14 de diciembre, la RAE curiosamente puso en redes sociales que lo recordaba”.

Sanz explica que Vicente Aleixandre murió pasadas las 11 de la noche del jueves 13 de diciembre de 1984 en la clínica Santa Elena, a escasos metros de su casa en Velintonia 3. Pero, para evitar dar la cara por la muerte de un poeta famoso, el personal del hospital trasladó el cadáver del Nobel a su domicilio.

“En muchos sitios se sigue poniendo el día 14 como fecha de su muerte, cuando él murió el 13”, aclara.

Y precisa que la AAVA pretende que las autoridades adquieran el inmueble, cuya estructura permanece en buen estado, aunque el resto está muy deteriorado, para que la conviertan en una Casa de la Poesía.

Alejandro Sanz, presidente de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre. (Especial)

El “núcleo duro”de la AAVA es la junta de gobierno integrada por Sanz (que nada tiene que ver con el cantante homónimo, porque éste se llama Alejandro Sánchez Pizarro), Javier Lostalé, Aitor Larrabide, presidente de la Fundación Miguel Hernández de Orihuela, y la historiadora Carmen García Iglesias.

Durante tres décadas, además de editar la poesía completa del Nobel de Literatura en un volumen de mil 512 páginas que incluye inéditos, la AAVA ha logrado con recursos propios, sin recibir dinero público según Sanz para no comprometer su independencia y misión, que se declare “bien patrimonial”, y espera que en 2025 la casa pase a ser bien de interés cultural, como ya ha logrado que se declare así el archivo personal extraído por Carlos Bousoño (1923-2015) y su esposa Ruth Crespo.

“Es el dinero de todos los españoles que pagamos con nuestros impuestos. Tienen que preservar nuestro patrimonio. La protección de la casa corresponde, en principio, a la Comunidad de Madrid. Y, después de muchos años, hemos conseguido, primero, que se declarara bien patrimonial, que ya es una protección importante. Pero, ahora, el año que viene (2025), probablemente se va a declarar bien de interés cultural la casa de Velintonia, porque está todo en curso y ya se ha hecho público.

“Los políticos, el consejero de Cultura, Turismo y Deportes de la Comunidad de Madrid, Mariano de Paco, ha anunciado que se va a declarar bien de interés cultural la casa, con lo cual los herederos ya no podrán especular tan obscenamente como han estado intentando hacerlo desde hace años, porque nadie va a querer comprar la casa para transformarla en espacio cultural”, adelantó el presidente de la AAVA.

Con esa declaratoria, esperan ganar tiempo en esta batalla en la que Sanz y “el núcleo duro” de su asociación están convencidos casi en un ciento por ciento de que la vivienda de Vicente Aleixandre acabará siendo Casa de la Poesía o un espacio dedicado a la memoria del poeta y su Generación del 27.

“El año que entra (2025) serán 30 años de reivindicación de lucha. Se dice pronto, pero son muchos años. Y es totalmente inaudito tener que reclamar la preservación y conservación de la casa y el legado de Vicente Aleixandre, el segundo poeta español después de Juan Ramón Jiménez en ganar el Nobel.

“Es bastante triste que nuestras administraciones públicas, tanto el Ministerio de Cultura, como el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, que son responsables a partes iguales, no hayan hecho nada en todos estos años. Y ha habido políticos y gobernantes de todo signo, de izquierdas y de derechas. Es una cuestión de ignorancia, de incompetencia, falta de voluntad y poco respeto a la cultura y al patrimonio cultural, que no es sólo de los españoles, sino de los amantes de la poesía en el mundo”.

Vicente Aleixandre en su hogar. (AAVA)

El poeta dejó como heredera universal a su hermana Conchita, quien vivió dos años más. Y a la muerte de ésta la propiedad y derechos de obra pasaron a un primo a cuya muerte los derechos de autor y el 60 por ciento del inmueble quedaron en manos de una sobrina segunda, Amaya Aleixandre de Artiñano, y son manejados por la agencia de Carmen Balcells, según explicó el presidente de la asociación civil.

“Del resto, ya nos perdemos en el árbol genealógico, porque hay los nietos o hijos de una prima”, dice Sanz, que reconoce que Amaya ha tenido mejor relación con la AAVA que el resto de los herederos.

Con relación al archivo, Sanz considera el tema más escabroso todavía, porque Aleixandre no tenía conocimiento de que poseyera archivo alguno, porque durante la guerra civil la casa fue bombardeada en 1936 y él y Conchita se fueron a vivir todo el conflicto a casa de sus tíos en la calle Españoleto 16.

El poeta, en silla de ruedas resultado de la enfermedad venérea que contrajo más joven, y su hermana regresan en 1940 a Velintonia 3, pero sólo ocupan la planta de calle, ya no el piso superior ni el sótano.

“Vicente recibía centenares de cartas no sólo de España, sino de toda Hispanoamérica y otras partes; él contestaba todas las cartas. Y, probablemente, el servicio bajaba esas cartas al sótano. Y, como Vicente, por su delicada salud, no podía bajar al sótano, no tenía conocimiento de que esas cartas existieran.

“Hasta hace poco, todo mundo pensaba que Vicente destruía las cartas una vez que las contestaba. Pues no es cierto; ese archivo estaba ahí: cartas, borradores, manuscritos. Cuando muere Vicente y sobrevive todavía Conchita, un discípulo de Aleixandre, Carlos Bousoño, y su mujer, Ruth Crespo, empiezan a llevarse todo, o sea, a saquearle la casa. Todo ese archivo lo mantienen oculto más de 20 años para poder utilizarlo después, como no lo han sacado de forma lícita o legítima, ya que la legislación en España señala que si por 20 años mantuve un archivo oculto y nadie lo reclamó, pasa a mi propiedad”.

Qué triste saber esto de Bousoño. Entendí más la poesía de Aleixandre gracias a sus ensayos.

Sí, la tesis doctoral de Bousoño fue sobre Aleixandre, un libro revelador. Y eso es un dato objetivo. Se llevaron el archivo. Incluso no estaría mal pensar que se lo llevaron para preservarlo y guardarlo, me parece hasta bueno. El problema viene años después cuando intentan venderlo en España, a la Junta de Andalucía, por la nada despreciable cifra de 5 millones de euros. Claro, si tú eres discípulo y has querido preservar ese archivo… lo que no puedes hacer es especular sobre él de forma obscena, intentar venderlo. Lo que tendrías que haber hecho es donarlo a la Biblioteca Nacional de España, a cualquier entidad pública, para que estuviera al alcance de todo el mundo.

¿Qué ha logrado la asociación en 30 años?

Ha sido una lucha constante para seguir recordando a nuestras administraciones y políticos, que están en la obligación de preservar ese bien. En 2025 cumplimos 30 años de lucha y hemos cumplido dos cosas importantes. Hemos reclamado siempre la protección máxima que otorga la ley en España de esta casa y de este archivo: que se declaren bienes de interés cultural, lo que impide que tiren la casa o que el archivo salga de España, una serie de cosas importantes. Con el archivo ya lo hemos conseguido. Pero sigue secuestrado desde hace más de 20 años, y eso es lo terrible, por la viuda de Carlos Bousoño, que lo que quiere es venderlo. Ahora no sé si pide 8 millones de euros, un despropósito, una cifra astronómica. Si lo hubieran sacado, a lo mejor, de una forma lícita o realmente se los hubiera donado Aleixandre, quizás yo no podría decir lo que estoy diciendo. Pero es que yo sé cómo salió ese archivo de la casa. Y lo que han intentado es especular y siguen intentando especular con él.

¿Cómo es que la AAVA tiene acceso a la casa de Velintonia?

Durante una década antes de la pandemia hemos hecho actividades una vez al año en la casa, con permiso de la sobrina segunda que, como tiene el 60 por ciento del inmueble, es la que decide hacer o permite hacer algo. Hemos hecho veladas en el jardín reivindicativas, con capacidad para 250 o 300 personas, en las que hemos invitado a poetas reconocidos, escritores, artistas, como Luis Eduardo Aute.

Ya después, con la pandemia, desde 2021 no hemos podido hacer nada, porque incluso la casa ya está en condiciones poco seguras; estructuralmente está bien, no se va a caer, pero no hay posibilidad de tener actividades. Y ahora que va a ser protegida como bien de interés cultural, nada se podrá hacer sin el permiso de la Dirección General de Patrimonio Cultural; es decir, si se quiere cambiar una ventana, la dirección tendrá que ver si se puede cambiar y tendrá que ser exactamente igual la ventana”.

Entrada prinicipal de la casa de Vicente Aleixandre en Velintonia 3. (AAVA)

¿Por qué específicamente esa figura legal de bien de interés cultural?

Lo más importante es que no se podrá dedicar el fin de esa casa a otra cosa que no sea una actividad cultural. Es decir, que nadie podría comprar esa casa para transformarla en su vivienda personal o para transformarla en un restaurante. Eso también es importante, porque nosotros siempre lo hemos defendido. Nosotros no sólo queremos salvar un edificio, queremos salvar esa casa y lo que representa el espíritu de Velintonia y que esa casa vuelva a estar abierta a la poesía, porque es a lo que ha estado siempre abierta: a la poesía, a los poetas, a la amistad. Esa es nuestra lucha desde el año 1995: que Velintonia vuelva a ser la casa de la poesía. Y que haya un espacio museístico dedicado a Vicente Aleixandre y a la Generación del 27 a la que perteneció y a los poetas de las generaciones posteriores que pasaron por ella, y que absolutamente todo mundo pueda acceder a la casa y disfrutarla.

¿De qué depende esto ahora?

La relación con los herederos es muy mala, porque, desgraciadamente, es una cuestión de dinero. Nos han tocado unos herederos bastante codiciosos. Pero, claro, las administraciones también. La protección de la casa corresponde, en principio, a la Comunidad de Madrid. Y, después de muchos años, hemos conseguido primero que se declarara bien patrimonial. Lo que ocurre es que todo va muy lento, desgraciadamente, no en los tiempos en que debería haberse ejecutado. En 2027 se celebra el centenario de la Generación del 27. Nos queda muy poco tiempo para poder adquirir esa casa adecuadamente, para poder reformarla y reutilizarla como casa de la poesía.

¿De qué forma intervienen el Ministerio de Cultura de España o al Ayuntamiento de Madrid?

El Ministerio de Cultura se ha desentendido absolutamente de Velintonia, de lo que es la casa y de lo que representa. Al Ministerio de Cultura que tenemos solo le interesan los poetas que puede ideologizar, que puede utilizar políticamente, caso de Federico García Lorca o de Miguel Hernández. Vicente Aleixandre, pues no, porque no murió asesinado durante el franquismo, aunque padeció un largo y doloroso exilio interior. Y el Ayuntamiento de Madrid está en otra órbita. La cultura tampoco le interesa especialmente. Sólo le interesan los toros, las fiestas patronales y todo el folclor rancio que uno puede imaginar de un país. Quien ha dado un paso un poco más firme ha sido esta Comunidad de Madrid, porque porque ha habido anteriores que no han hecho tampoco absolutamente nada.

¿Influye que los distintos órdenes de gobierno están en manos de distintos partidos?

Claro. Ese es el problema que tenemos siempre en este país, y es que todo se intenta politizar y no impera el sentido común. Y yo siempre les pongo como ejemplo que Velintonia fue una casa abierta a todo el mundo, al margen de cualquier ideología. Porque Vicente Aleixandre lo que tenía eran amigos, y lo que amaba profundamente era la amistad y la poesía. En su casa acogió a gente, digamos, conservadora, como Gerardo Diego o Dámaso Alonso, que fueron sus compañeros de generación; y a otros, entre comillas, más radicales, como Miguel Hernández, Pablo Neruda o Rafael Alberti.

El origen de todo es un poeta: Vicente Aleixandre. ¿Por qué su obra no ha tenido la difusión de las de García Lorca o Miguel Hernández?

Aquí no tienen la culpa nuestros gobernantes; a los poetas los lee quien quiere leerlos. Otra cosa es que estén publicados o que se hagan nuevas ediciones de su obra. La obra de Vicente Aleixandre, hoy en día, está al alcance de todo el mundo. La edición de Lumen que menciona la preparé yo en el 2017, pero es sólo de su obra poética, no de toda la obra, porque si tuviéramos que publicar todas las cartas que envió Vicente Aleixandre saldrían bastantes tomos. Afortunadamente, muchos epistolarios están saliendo a la luz. No tenía tanta prosa, pero también se podría volver a publicar. Esta fue una edición ampliada, con poemas inéditos que yo conservaba del archivo de José Luis Cano. Primero se hizo una edición de tapa dura, luego una de bolsillo y después una digital. De la de bolsillo hay ya tres ediciones.

Se conoce más a Vicente Aleixandre fuera de España que dentro. Esto pasó también con Losada, que publicó algunos de sus poemarios, como La destrucción o el amor y Sombra del paraíso o sus poemas amorosos, gracias a eso fue conocido también fuera de España. Y sí, lo conocen más fuera que dentro de España. Sorprende, por ejemplo, que en 1998, cuando se celebró el centenario de García Lorca, se olvidaron de Vicente Aleixandre y de Dámaso Alonso, que también nacieron en 1898. Incluso el Ministerio de Cultura de entonces y otros organismos oficiales crearon una comisión para la celebración del centenario de García Lorca, y a Vicente Aleixandre lo arrinconaron.

Ni más ni menos que a un premio Nobel, el segundo y último poeta español en recibirlo.

Así es. Nosotros queremos mucho a Federico García Lorca, fue un gran poeta, un gran dramaturgo, todo un personaje. Jorge Guillén definía muy bien a su compañero de generación, decía que cuando se estaba con Federico no hacía ni calor ni frío, hacía Federico. Vicente Aleixandre quiso entrañablemente tanto a García Lorca como a Miguel Hernández, fueron sus dos grandes amigos. Pero, la calidad poética de Vicente Aleixandre, en mi apreciación personal, es superior a la de García Lorca.

Aleixandre es un poeta desconocido todavía, lamentablemente. Cuando le dan el Nobel en 77, algunos dijeron que se lo dieron a la Generación del 27. No. Se lo dieron a él, por mérito propio. Su obra es originalísima. Todos sus poemarios, desde Ámbito hasta Poemas de la Consumación o Diálogos del Conocimiento, que es su último poemario, se abren y cierran magistralmente. No hay poemas malos en Aleixandre; García Lorca tiene bastantes poemas malos y otros excelentes, sublimes, lamentablemente murió asesinado, si hubiera vivido habría dado una obra más universal de lo que ya es.

Vicente Aleixandre recibió el Premio Nobel de Literatura en 1977.

A México apenas llegó su nueva edición de Poesía Completa que preparó usted hace ya siete años. De hecho, compré el único ejemplar que quedaba o que trajeron, por unos 50 euros. Yo sólo tenía las dos ediciones que publicó Aguilar hace ya más de medio siglo y poemarios sueltos.

Pasión de la tierra, que esa sí es una edición inencontrable aquí en España, la primera edición de 150 ejemplares fue mexicana, a España sólo llegaron 50. El mismo Vicente Aleixandre no tenía un ejemplar, lo perdió cuando la guerra destruyó su biblioteca y a su casa la saquearon milicianos. Esa edición aquí es muy rara de conseguir, por no decir que imposible. Es verdaderamente bonita, produce vértigo, la hicieron muy bien en México, donde deben de haber 100 ejemplares circulando en algunas bibliotecas. Es muy rara y muy cara, yo he visto en el mercado que se ha vendido en 2 mil euros.

¿Cómo leen los poetas jóvenes a Vicente Aleixandre en España?

Nuestros jóvenes poetas, desgraciadamente, no respetan mucho la tradición y no son lectores de sus antepasados. Eso es lo malo. Las editoriales, a veces, hacen un pequeño esfuerzo y reeditan. Y eso es importante para que la obra de Vicente Aleixandre esté al alcance de todo mundo y por poco dinero. Es decir, que uno puede acceder a toda la poesía de Vicente Aleixandre por 15 euros en la edición de bolsillo, eso hace años era inimaginable. Veremos cuando se acerque el 2027, el centenario de la Generación del 27, probablemente se reediten más cosas de Aleixandre y de otros poetas de su generación. Viviremos otro pequeño boom y luego volverán otra vez los poetas adonde los dejan casi siempre, que es en el olvido. Nuestros políticos recuerdan a los poetas y los citan cuando les interesan, pero no los leen. Citan a García Lorca, Alberti y Hernández, pero no los han leído en toda su vida.

¿Quiénes sí han mostrado apoyo o al menos interés?

Sólo hubo un escritor que mostró una absoluta independencia intelectual y dijo lo que tenía que decir cuando tenía que decirlo, que fue Javier Marías, el novelista. Escribía en El País y se interesó por el tema desde sus inicios, porque conoció a Vicente Alexandre. Se puso en contacto conmigo, le pasé la información y escribió un artículo que es memorable, que está en internet y se puede ver, que se titula “De hacer honor a hacer desdén” (publicado el 8 de octubre de 2006). Y ahí les da un repaso fino a todos, a los de derechas y a los de izquierdas, con el tema de la casa de Velintonia.

Pues ese artículo (Javier Marías me lo comentó), El País quiso secuestrarlo, silenciarlo, que no se publicara. Y Marías amenazó al diario con que si no se publicaba ese artículo él dejaría de escribir en esa columna. Y se publicó. ¿Qué ocurría en ese artículo? Que se metía con la entonces ministra de Cultura del PSOE, Carmen Calvo. Pues eso dice mucho a favor de Javier Marías, que sí mostró una absoluta integridad y honestidad y sí demostró su verdadera amistad con Vicente Aleixandre.

AQ

  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.

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