White Is Beautiful

Casta diva

La libertad, ser dueños de nuestra voluntad y consciencia, de nuestra individualidad, es una misión milenaria que seguimos defendiendo cada día

CHARLES WHITE GRABADO 1960. Foto Avelina Lésper
Ciudad de México /

www.avelinalesper.com 


La libertad, ser dueños de nuestra voluntad y consciencia, de nuestra individualidad, es una misión milenaria que seguimos defendiendo cada día. La esclavitud es racismo económico, se establece la inferioridad e incapacidad de ejercer la propia voluntad de un grupo para explotarlo y manipularlo, deja de ser un individuo es un cuerpo y su valor radica en la capacidad de trabajo y producción. En el MoMA de Nueva York exponen la obra de Charles White, intérprete del dolor y la determinante trayectoria de la conquista de los derechos de los negros en Norteamérica, las “imágenes de la dignidad”. Muralista influenciado por Orozco y Rivera, su obra gráfica y sus dibujos son los que alcanzan la más violenta y poética visión de los relatos negados por la Historia. Nació y vivió en Chicago mientras la segregación destruía la noción de igualdad. 

La pobreza, violencia familiar y la crueldad social marcaron su talento, asistió a las clases gratuitas del Art Institute de Chicago, y sin dinero para materiales dibujaba desesperado, dando un rostro al obtuso destino. En 1941 se casó con la artista Elizabeth Catlett y vivieron en México. Inspirado en el Barroco, las manos y los rostros de sus dibujos y grabados son hipnóticos, la pasión que tenía hacia la línea, la monocromía, influenciado por la artista alemana Kathe Kollwtitz y el realismo social, reescribió las leyenda de la rebeldía en su obra. La Historia se distrae con las narraciones sociales, con esa muralla de cuerpos que accionan la construcción de un gran destino colectivo; el Arte escribe las historias de los individuos, retiene las voces, las miradas, la cotidianeidad pisoteada por esa marcha megalómana y brutal que se impone en himnos y odas. El corto de la canción Bald headed woman interpretada por Harry Belafonte, la coreografía es el compás de la potencia contenida en el trabajo forzoso de los presos que estalla en el vientre profundo del hambre, la cámara se mueve y se abre en el aullido que exige I don't want no cold iron shackles 'Round my legs, Lord, y las cadenas caen en los pies de Belafonte. White persiguió ese relato incrustado en sus heridas, las mujeres de sus grabados presas en los pliegues de sus vestidos, los ojos furiosos, las manos herramientas de la supervivencia, trazadas en un limbo que se habita con los cantos rítmicos, del ritual de la nostalgia. La tragedia del Barroco sin victimismo, es la pertenencia humana, la vida que carece de significado se escribe cada día, si el significado es una fatalidad, nos rendimos sin comprender, siguiendo los pasos marcados. La obra de White es la rebelión a un significado no deseado, a un destino no pedido, a negar lo que otros han escrito.


  • Avelina Lésper

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