'Las Meninas', hacer teatro con sustento histórico

Historiador, director y actor, Luis Huitrón comenzó esta serie de obras convencido de que es una buena forma de compartir la historia nacional.

Las Meninas | Paulina Chávez
Ciudad de México /

Las Meninas tienen Historia. Su creador, Luis Huitrón, comenzó con ellas en cafés de su propiedad, convencido de que el teatro es una excelente manera de compartir la Historia, en especial la mexicana.

Comenzaron hace una década como Las Meninas Novohispanas, pero más adelante, ya en escenarios importantes y a recomendación de la empresaria Olivia Ortiz de Pinedo recortaron su nombre a Las Meninas y ampliaron su repertorio a otras épocas patrias hasta llegar al siglo XX con don Porfirio Díaz.

Al día de hoy, Huitrón y su tropa han construido y representado 25 guiones sobre la historia de México, con más de mil funciones, entre públicas y privadas, según los cálculos que hace a pregunta expresa.

Interpretadas cada jueves en el teatro Milán, la Tía Cecilia (Christian Escorcia), sus sobrinas María Bárbara (Huitrón) y Alma María (Gina Granados), a quienes se suman la criada Vesubia (Norma López) y el mozo Diego Llamazares, están basadas en mujeres de familias verdaderas del Virreinato.

Su creador sostiene, en entrevista tras una función de Las Meninas. Maximiliano & Carlota, mártires del Imperio, que dos razones del éxito de su puesta en escena son que México es un país donde se percibe la historia por todas partes y porque a su sociedad “le encanta el chisme”, que es historia oral.

Foto: Paulina Chávez

Licenciado en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras, con maestrías en Historia del Arte (UNAM) y Estudios Biblicos y Judaicos por la Universidad Hebraica de México, y un doctorado en Arquitectura Sacra Mexicana del siglo XVI, además de una carrera técnica como restaurador, Huitrón no se toma para nada a la ligera la serie de comedias y tragicomedias que ha montado con Las Meninas.

Como los chamanes

Sólo para la actual puesta en escena sobre Maximiliano & Carlota la información que recibe el público desde el escenario está basada en fuentes como libros especializados en la época y los personajes, publicados o coordinados por historiadores como Patricia Galeana, Martha Zamora, Egon Caesar Conte Corsi, Orlando Ortiz e incluso la célebre novela de Fernando del Paso, Noticias del imperio.

“Sales de este show con la certeza y tranquilidad de que lo que viste está estudiado, argumentado, y te lo transmitimos de una manera más sencilla, como los chamanes en la antigüedad transmitían el conocimiento, a partir de la plática”, expone Huitrón, responsable de la investigación histórica, mientras que el cineasta Hugo Serrano, productor, ha hecho la dramaturgia desde siempre, ahora en conjunto con Diego Valadez, y con vestuario a cargo de Marina Orozco, Éricka García y Octavio Rojas, quienes a su vez realizan para este investigación histórica de la ropa, la moda, la joyería de cada época.

En Maximiliano & Carlota, las meninas portan trajes estilo Segundo Imperio, con un simbolismo especial. El vestido de Alma María representa la juventud de Carlota; un conjunto dorado con encajes blancos que evocan el potencial de la princesa belga; Bárbara porta un vestido de gala en crudo con apliques de encajes, bolillos y galones negros; el contraste representa la dualidad que acompañó a la emperatriz toda su vida. Y el vestido de Tía Cecilia está manufacturado en un textil plateado con motivos florales, aderezado con galones metálicos; retrata el oxidado y largo ocaso de la emperatriz”.

Es una obra llena de detalles”, dice Huitrón. Y lo mismo se ha hecho en otros shows, como el de Benito Juárez, en los que los vestidos están basados en la ropa que usaban las hijas del Benemérito.
“Soy historiador del arte. Y cuando empecé la licenciatura me di cuenta de que había muchísimas historias muy interesantes del Virreinato y me sorprendía que no se supieran y se quedaran en leyendas, la realidad del mundo colonial superaba bastante lo que veíamos. Decidí armar un proyecto muy pequeñito de teatro hace diez años en cafeterías de mi propiedad, para contar todas esas historias, tuvo éxito y la gente iba a escuchar las historias. Eventualmente, saltó de ser un proyecto sin fines de lucro a la producción de Las Meninas, primero en el teatro NH, luego en el Manolo Fábregas y ahora en el Milán. El teatro es una excelente manera de compartir la historia”, relata Huitrón, director de las obras.

Los personajes

Al principio eran una serie de viñetas históricas sobre la época colonial, después se fue sumando más gente al equipo y se dio cuenta de que toda la historia de México podía ser contada a partir de esas viñetas.

“Desde hace ocho años creamos un sistema que llamamos ‘serie teatral’; cada cierto tiempo Las Meninas cambian de tema y ya abarcan toda la historia nacional, incluso aspectos de la de Europa, de las religiones. Son los mismos tres personajes, siempre van a ser los mismos personajes, una tía y sus dos sobrinas, cada una representa una rama cultural del México colonial: la Tía Cecilia es mestiza, María Bárbara es española peninsular y su prima Alma María es criolla”, precisa el historiador de arte.
“Y en esta relación de una tía y sus dos sobrinas, que quedaron a atrapadas en un cuadro, y que ven la historia de México pasar, son tus hostess, ellas te cuentan fragmentos de la historia de México. Tenemos capítulos que pueden ser biográficos, hemos hecho Hernán Cortés, Benito Juárez, Maximiliano y Carlota; o temáticos: el origen del Día de los Muertos, de la Navidad, las fiestas patrias… Las Meninas van saltando de tema en tema, de historia en historia, cada temporada”, agrega.

Foto: Paulina Chávez

Las tres proceden de familias reales, documentadas en archivos. Tía Cecilia es mestiza, descendiente de una de las familias más importantes del mestizaje en Tlaxcala, la Matzicatin. Es una mujer tlaxcalteca mestiza y noble, que representa la parte católica de México y más cercana a la Iglesia, la conservadora.

A la hora de actuar en cualquiera de los shows ella da la perspectiva más conservadora y religiosa, y por eso a mucha gente le gusta el personaje de la Tía Cecilia, se identifica luego, luego con ella”, dice.
“Mi personaje es su sobrina María Bárbara. Viene de España, de apellido Borbón y de la familia real, y representa esta parte más ilustrada, más científica, más crítica y satírica de la historia. Si la tía te da la versión oficial, ella te da la real, basada en datos, un poquito como poniendo la lucha entre estas dos personalidades, la suya y la de Tía Cecilia, con quien vive”, agrega Huitrón sobre su único rol actoral.
“Y el tercer personaje –interpretado por Gina Granados que recién se sumó a Las Meninas– es Alma María. Criolla, nacida en una familia judía de Monterrey real, representa la unión de españoles e indígenas; es el personaje más actual; al ser la más jovencita, sirve de puente entre el público y los personajes, es la que habla de memes, de noticias actuales. Hija de europeos nacidos en México, representa la casta que hizo la Independencia, los movimientos intelectuales más importantes del país.

“Pero representa también la parte judía de México, por dos razones: la historia nacional no es nada más de españoles e indígenas, también están las raíces negra, asiática, europea no cristiana, la judía. Y, sí, es darle voz a esas minorías culturales que fueron perseguidas. Yo vengo de una familia judía, sefardita, me he dedicado también al estudio de estas minorías, y el hecho de que Alma María sea judía es también darles voz a esas otras realidad de México, añade Huitrón, que ha puesto a estudiar a Gina Granados esa historia de los judíos en el país, para que pueda comprender culturalmente al personaje.

Destaca que, salvo Gina Granados y Diego Llamazares, nadie en la serie es actor profesional o ha trabajado en otros teatros. Hay incluso algún miembro del equipo que está estudiando Física, Valadez.

“Yo soy la parte directiva y actor. Y ayudo en la investigación histórica, en bibliografía y archivos, para que todo esté muy claro. Hugo Isaac Serrano, quien estudió la carerra de cinematografía, escribe desde hace diez años la dramaturgia, él toma mis datos, mis perspectivas históricas, las fuentes, y arma la narrativa teatral; desde enero se integró otro dramaturgo, Diego Valadez. Entre los tres planeamos el show, pero ellos construyen la narrativa, basada en comedia, muy bien sostenida en dos actos, porque yo soy muy gracioso en el escenario, soy muy bueno para improvisar, pero no para escribir los chistes”.

Las puestas más impactantes

Además de las funciones en el teatro Milán, Huitrón y Serrano han llevado Las Meninas a las Fábricas de Artes y Oficios de Oriente (Faros), de la Secretaría de Cultura capitalina, a colegios públicos y de la comunidad judía de México, o han realizado funciones con descuentos para maestros y alumnos. De hecho, la joven actriz Gina Granados cuenta que empezó a ver las obras desde niña gracias a los Faros.

“Ahorita con Maximiliano & Carlota vamos a lanzar un programa piloto, con una función especial para sordos, con traductor en vivo, quizás será la penúltima función de la temporada, para abrir Las Meninas a más jóvenes y que sordomudos puedan ver la obra. Va jalando bien la chamba con los intérpretes”, adelanta emocionado Huitrón, sobre las presentaciones que aún se realizarán en julio.

Cada uno de los shows tiene su impacto particular en el público. Los más taquilleros han sido el actual, de Maximiliano & Carlota, el que se montará al concluir éste en julio, sobre la Hernán Cortés y la Conquista, y el de Porfirio Díaz. “Jala mucho este personaje, hay quienes lo aman y quienes lo odian”.

Huitrón recuerda que el de la virgen de Guadalupe fue muy dramático, porque al público se le presenta la verdadera historia de la pintura que se encuentra en La Villa, con base en fuentes históricas. Otra función que deja con sabor agridulce al público es la que cuenta cómo vivían las monjas en la Colonia.

Pero para el historiador, y hoy actor y empresario teatral, el de más impacto fue el de Cortés, que se iba a reponer el año pasado por los 500 años de la Caída de Tenochtitlán, pero la pandemia lo impidió.

“Mostramos las causas por las cuáles actuó Cortés, cómo actuó. En ninguno de los capítulos queremos que le caiga bien al público un personaje histórico. Nuestro éxito es que no somos adoctrinantes, no venimos a cambiarle la opinión a la persona, sólo le damos más realidades, contemporáneas, y cada quien toma su decisión. La gente se saca mucho de onda cuando ponemos al Cortés humano, en el sentido de que no sabía la parte de que venía con un proyecto de anexión al imperio de Carlos V; les quitas esa parte y para la gente es una Conquista burda hecha por gente salvaje; sí, pero también hubo otras realidades, otros personajes, Bernal Díaz del Castillo, Moctezuma… Este show gusta mucho a la gente, planeamos montarlo el año pasado por la efeméride de la caída de Tenochtitlán, pero no se pudo por la pandemia; lo haremos cuando termine la temporada de Maximiliano & Carlota”, adelanta.

País histórico

Atribuye la fascinación del público por su serie de viñetas históricas, a pesar de cómo la enseñanza de las humanidades y en específico de la Historia se ha degradado desde la presidencia de Vicente Fox (2000-2006), a la penetración de la Historia en la vida cotidiana en la sociedad mexicana y al chisme.

“Hay dos razones. La primera, somos un país inherente a la historia, no nos la podemos quitar, vivimos rodeados de ella; tenemos la ventaja o virtud, vengamos de la cultura o religión que vengamos, de tener la historia viva, vivimos rodeados de iglesias, pirámides, monumentos, es fascinante nuestra historia y nuestra historia nos envuelve, no nos la podemos quitar de encima. Vivimos en la historia, comemos historia en México, el chile en nogada, el pozole, el chocolate, y nuestro país se sostiene con eso.
“La segunda razón es que como sociedad mexicana nos encanta y fascina el chisme, ver qué le pasó a Zutanito o Menganito. Y eso es historia viva, historia oral. Nosotros en Las Meninas damos su lugar a la historia oficial, basada por ejemplo en Maximiliano & Carlota en La legislación del segundo imperio (Inherm/Secretaría de Cultura, 2016, trabajo encabezado por Patricia Galeana), o las investigaciones de Martha Zamora, pero todo eso pasado al chisme. A la gente le encanta. Las Meninas cuentan todo de manera divertida, súper irónica, satírica, pero tú sales del show con la certeza y la tranquilidad de que lo que viste está estudiado, argumentado y te lo transmitimos de una manera sencilla, como los chamanes de la antigüedad transmitían el conocimiento, a partir de la plática. Los fans ya saben que es así, por eso van. Ves a Las Meninas en su sala, tomándose el chocolatito, en pleno chisme. Somos chismosos de nacimiento, está perfecto, porque un pueblo que es chismoso, tiene a su historia en buen lugar, no importa si te contaron una versión o dos, tienes una versión”, aduce Huitrón.

hc

  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.

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