Más allá de “La Adelita”, “La Valentina” o de las soldaderas que participaron en la Revolución Mexicana, debemos conocer a las mujeres que estuvieron antes, durante y después del movimiento en la lucha contra Victoriano Huerta y Venustiano Carranza; es cierto que conocemos a Carmen Serdán, pero su propia hermana Natalia no lo ha sido suficientemente reconocida, y se considera el suyo un papel “menor”; sin embargo, haber salvado a los niños de la familia implica que perdurara su descendencia, considera la doctora en historia, Gloria Tirado Villegas.
En el marco del CVII Aniversario de la Revolución Mexicana, la investigadora recuerda: “Conocemos los hechos del 18 de noviembre de 1910, cuando fueron asesinados los hermanos Aquiles y Máximo (Serdán), y se llevaron a la cárcel a las mujeres, a Carmen, a su mamá.
Pero hay que recordar: un día antes Natalia sacó a los hijos de Aquiles y a los suyos propios, y los salvó, lo cual representa un papel muy valioso, siendo la hermana más pequeña”.
En ese sentido, lamenta que “son muchas mujeres las que participaron, y eso que cada vez conocemos más; en Puebla, sólo por poner un ejemplo, las hermanas Narváez, las cuales jugaron un papel ‘sensacional’”.
- ¿Cuáles fueron esas otras mujeres?
“Primero hay que recordar que Puebla y Tlaxcala comparten muchísimas cosas. En el caso de la Revolución, el tlaxcalteca Juan Cuamatzi y sus hombres; al ser descubierta la revuelta, huyen hacia las faldas de la Malinche, y las mujeres quedan a cargo de la lucha, y son las tres poblanas, las hermanas Guadalupe, Rosa y María Narváez, quienes lo primero que hicieron fue defender y buscar que las Serdán salieran de la cárcel; entre las tres destacó Guadalupe, que tuvo la fama de ser la más valiente, pero igual que los Serdán eran huérfanas de padre, pero las Narváez también lo eran de madre”.
- ¿Poblanas y tlaxcaltecas?
“Sí. Las Narváez, educadas con ideas liberales, eran maestras de corte y confección; su escuela estaba en la Calle 5 Norte esquina con Avenida 2 Poniente, contraesquina del templo metodista. Y a sus alumnas las habían convencido de estar a favor de Madero, cuyo libro habían leído: se convierten en difusoras y reparten propaganda y ayudan a otras personas, hombres y mujeres,
que participan en el levantamiento”.
- ¿Cómo trabajaron con las tlaxcaltecas?
“Varias mujeres revolucionarias de Tlaxcala, incluida la hermana de Juan Cuamatzi venían a Puebla y como no eran conocidas, pasaban desapercibidas. Se reunían con las Narváez, llevan y traen mensajes sobre cómo debía seguir el movimiento y, muy importante, también armas. Así, constituyeron la Junta Revolucionaria Puebla-Tlaxcala. Hay muchas leyendas acerca de ellas y una dice que las conocían como ‘Las Ametralladoras’, sobre todo a las Narváez, que eran las dirigentes. Lo cierto es que la participación fue mucha de las mujeres, tanto de forma decidida como organizada”.