Como es costumbre desde hace nueve legislaturas locales, la sede del Congreso mexiquense coloca una ofrenda elaborada en su totalidad por personal del Poder Legislativo que en esta ocasión tocó al comedor y área de eventos especiales.
En ella se puede observar un tapete de diferentes semillas y chiles secos que al centro forman la imagen de la catrina y el catrín, lleno de color, de aproximadamente cinco metros cuadrados, en el piso de la entrada del salón de sesiones.
La ofrenda retoma todo el simbolismo de las fiestas de los fieles difuntos con el altar en los tres niveles que representa el cielo, la tierra y el inframundo, con calaveritas de azúcar, papel picado, agua, velas y veladoras, copal e incienso y pan, entre otros elementos tradicionales.
No pudieron faltar las flores tradicionales de la época, la nube, el terciopelo y el aroma del cempasúchil que guía a los muertos hasta los altares una vez al año, en su visita al mundo donde se les espera a finales de octubre y el primer día de noviembre.
En esta ocasión recuerdan a los empleados que perdieron la vida durante el último año, víctimas de la enfermedad de Covid-19.
Además de la diputada del PRI, Maribel Martínez Altamirano, en la anterior Legislatura, quien falleció mientras estaba de licencia en campaña, así como al diputado Diego Iván Rosas Anaya, del PAN, quien ganó la elección pero no alcanzó a tomar protesta en esta Legislatura.
KVS