A los ocho años Lenise Bent recibió lo que había anhelado durante largo tiempo: una pequeña grabadora de carrete. Ahora es una ingeniera de audio que ha grabado discos fundamentales de la historia de la música pop, como Autoamerican, de Blondie; Aja, de Steely Dan; Breakfast in America, de Supertramp, o Tusk, de Fleetwood Mac, por nombrar los más conocidos.
“Me encanta lo que hago —refiere en entrevista con M2—. Mi lugar favorito es el estudio, porque para mí grabar es el instrumento que yo toco, es mi manera de hacer música”.
Refiere que cuando salió el disco Crime of the Century, de Supertramp, tenía 19 años y al escucharlo dijo en voz alta: “Quiero hacer discos que suenen así”, aunque ni siquiera había entrado a un estudio de grabación. Años después, cuando trabajaba en el estudio Village Recorders en Los Ángeles, grabó Breakfast in America, el disco más exitoso de Supertramp, a pesar de que se rehusaban a trabajar con una mujer.
Aunque ahora se ríe, Bent se mostró asombrada. “Creo que era, simplemente, que nunca habían trabajado con una mujer. Finalmente me pusieron en el proyecto y al entrar al estudio se mostraron un poco sorprendidos al verme. Cuando salieron de la conmoción nos pusimos a trabajar y fue una experiencia maravillosa”.
Lenise Bent fue la primera mujer en ganar un disco de platino por la grabación de Autoamerican, de Blondie. “Cada pieza —explica— se hizo con un enfoque distinto, lo que mostró un camino diferente para la música. Para mí fue muy creativo porque pude escoger estilos distintos para grabar”.
Lenise Bent participará en sound:check Xpo el 30 de abril en el World Trade Center.
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PINETOP PERKINS
Asegura que grabar al pianista y cantante de blues Pinetop Perkins fue una experiencia diferente al mundo del pop y el rock. “¡Dios mío, fue un tiempo mágico! Solo teníamos tres horas para grabar porque él tenía 92 años. Llegó temprano y mientras los otros músicos probaban su sonido tocando, preguntó: ‘¿Dónde está el piano?’, y en cuanto lo señalaron se fue para allá. Le alcancé a decir al ingeniero: ‘¡aprieta el botón de grabar!’. Perkins se sentó y se puso a tocar y los otros músicos fueron cayendo en la pieza. Fue algo mágico, una de las cosas más maravillosas que he hecho”.