El territorio de los códices trae consigo relatos, misterios y un bagaje cultural destacable que nutren de tradición e historia al Pueblo con Encanto, Sultepec. No solo es uno de los primeros poblados en los que los españoles exploraron sus minas, sino que, es hogar de una colina que lleva por nombre “El Cerro de la Culebra”, pero no es para más pues aquella loma esconde detrás una leyenda mezclada entre el desastre y la iluminación divina.
Cuenta la leyenda que una tarde del 21 de mayo de 1921, una fuerte tromba de agua se aproximaba al pueblo de Sultepec, por lo que los pobladores aterrorizados no dudaron en dirigirse al convento de San Antonio de Padua, el convento municipal, con el propósito de resguardarse y pedir una guía al cura del pueblo.
Al llegar al monasterio, el cura y los pobladores comenzaron a realizar una oración conjunta por el bien de Sultepec, pues la fuerte lluvia ya había destruido el pueblo vecino de Almoloya y temían que ocurriera lo mismo con su poblado. La fuerte precipitación continuó, sin embargo, tras unos minutos de oración, un rayo, acompañado de un fuerte estruendo, salió disparado del cielo hacia las orillas de lo que ahora es conocido como “El Cerro de la Culebra”; la lluvia terminó.
Unos días después las personas de Sultepec decidieron aventurarse a la colina que recibió el impacto de aquel rayo, al llegar al sitio los pobladores quedaron anonadados al descubrir que en el lugar se encontraba formada una enorme serpiente de piedra, específicamente una culebra, misma que antes de aquel desastroso suceso no se encontraba en el paraje.
Celebración anual
A partir de aquel suceso que marco la historia del municipio de Sultepec, las personas se reúnen para realizar una procesión que sale del Santuario del Señor de la Santa Veracruz hacia la culebra de piedra dónde se coloca una cruz adornada con flores. Casa 3 de mayo se celebra una misa religiosa en acción de gracias por salvar al pueblo de aquel fenómeno meteorológico, así como pedir por una buena cosecha y, conservando las raíces prehispánicas, rendir culto al líquido vital. La celebración une a los pueblos de Almoloya de Alquisiras y Sultepec.
La leyenda fue documentada en 2007, gracias a una investigación realizada por Don Austreberto Arce y Santiago Joaquín, ambos cronistas municipales.
JASJ