Algunas de las librerías independientes, mejor conocidas como de barrio, no cuentan con los recursos necesarios para usar algún servicio de mensajería, en donde se ha trabajado a lo largo de la contingencia sanitaria; son sus mismos encargados, o dueños, quienes usan algunos minutos para tratar de mantener viva su librería.
“Para algunos”, cuenta Ruth Castro, de la Librería El Astillero, ubicada en Torreón, Coahuila, “la cuarentena sí ha sido una oportunidad para leer lo que querían y no tenían tiempo: el servicio a domicilio no ofrece las ventas que teníamos con la librería abierta, pero nos ha servido”.
“Sin embargo, nos lleva mucho tiempo, porque atender a alguien por escrito es más tardado. No todos los que preguntan compran, y debemos cerrar más temprano la librería para nosotros mismos hacer el servicio a domicilio”.
Claudia Bautista, de la Librería Hyperion, ubicada en Xalapa, Veracruz, es presidenta de la Red de Librerías Independientes (Reli), integrada por alrededor de 40 puntos de venta de todo el país, la mayoría de las cuales siguen operando, aunque de una manera muy artesanal, improvisada, reconoce la librera, a través del uso de las redes sociales.
“Y para ello buscaron estrategias para operar de manera segura; por ejemplo, atendiendo solamente a través de una lista, como es el caso de Hyperion de Xalapa, sin dejar que la gente entre, y la mayoría está enviando los libros a domicilio. Algunas más tienen tienda en línea o están desarrollándola, pero son las menos”.
En peligro, toda la cadena del libro
Selva Hernández, editora y amante de los libros, como se refleja en proyectos como A través del espejo, La increíble librería o La oficina del libro, está convencida de que las editoriales que han sacado propuestas a lo largo de la pandemia, no tienen consideradas a las librerías.
“Suena muy bonita la idea de que todos percibimos la red y el ecosistema del libro, pero veo que cada quien está tratando de sobrevivir a su manera, con sus modos. Hay librerías que han tomado acciones como una campaña donadora a fin de hacer compras a futuro, como es mi caso. Está peligrando toda la cadena del libro, de por sí un mercado muy frágil y con la contingencia, peor”.
La mayor parte de las librerías independientes son atendidas por los mismos propietarios, muy pocas tienen trabajadores extra, y quienes lo tenían, con la contingencia, se han visto en la necesidad de descansar a sus colaboradores, sin tomar en cuenta que las rentas de los locales se mantienen; incluso, Selva Hernández ya anunció que la librería A través del espejo cerrará sus puertas.
“La propia necesidad”, explica Claudia Bautista, “nos ha permitido adaptarnos a los pocos recursos que llegan e inventar nuevas vías de creatividad, para mantenerse en contacto con la gente: la idea ha sido no soltar ese vínculo, que es una buena parte de lo que nos mantiene viva, por lo menos el saber que tu barrio te respalda, tu ciudad te quiere”.
Ruth Castro reconoce que, si bien una librería independiente siempre está a punto del colapso, se navega en constante peligro -desde El Astillero hemos tenido otras crisis, en otros momentos-, la pandemia representó la peor crisis para la librería, “pero tenemos claro que hasta donde podamos vamos a continuar”.
Y Selva Hernández, como integrante de la Reli, afirma que entre las sumas y las restas que ya han realizado dentro de la Red, cuando menos 100 familias se van a quedar sin sustento cuando se hagan los balances de la contingencia, “todo eso, cuando llegue la nueva normalidad, va a generar nuevas perspectivas”.
Que nada vuelva a la normalidad
La Reli hizo un llamado a todos los involucrados en el libro como objeto cultural para atender la problemática que enfrenta el sector, desde el entendido de que la vulnerabilidad de las librerías independientes provocará cierres, especialmente entre las independientes, pequeñas y de barrio.
“Hacemos un llamado a buscar trabajar conjuntamente en pro de las librerías. Una librería pequeña tiene el poder de transformar Las librerías de barrio crean bibliodiversidad, unen a la comunidad lectora”.
vmb