Literatura. Persiste la compra-venta de libros usados

En los estantes de "Los Hijos de Sánchez", hay más de 8 mil libros en exhibición, más los que tiene en la bodega.

En 1968, Constanza Sánchez López se inició en el oficio de vender libros y revistas usadas. (Andrés Lobato)
Rafael González
Puebla /

En 1968, afuera de un mercado, Constanza Sánchez López se inició en el oficio de vender libros y revistas usadas. Con el tiempo y su dedicación, surgió el bazar "Los Hijos de Sánchez”, ubicado en el Centro Histórico de Puebla, el cual ofrece la compra y venta de libros de uso.

“Empezaron a tener más cosas, juntaron para tener y establecerse en un local. El primer negocio estuvo en la 4 Norte entre la 6 y 8 Oriente, ahí estuvo 30 años prácticamente. Ahí me lo dejó a mí, ya después nos cambiamos”, narra su hijo, Alejandro Díaz Sánchez, quien desde el año 2000 es el encargado de manejar la librería, instalada ahora 3 Sur 704-B, entre 7 y 9 Poniente.

Respecto al nombre del establecimiento, el actual propietario indica que se dio no sólo por el apellido de su madre sino también por el libro del antropólogo estadounidense Oscar Lewis, el cual se editó en 1961 y trata sobre una familia mexicana que vive en el barrio de Tepito en la Ciudad de México.

Pese a los cambios tecnológicos, señala que las librerías de viejo siguen siendo atractivas por sus ofertas y precios, lo que se podía constatar cada año durante la conmemoración del Día Internacional del Libro, donde se llenaban los pasillos de lectores.

“Por las promociones que hacíamos: 30 por ciento de descuento en todo. Pero ahora va a ser muy difícil hacerlo porque pensamos que no va a venir mucha gente. Pensaba hacerla después, pero esto (la contingencia sanitaria) se va a alargar no sé cuánto tiempo”.

Asiduo lector, aclara que lo que más consume son obras científicas, esto debido a su formación, cursó la licenciatura en Físico Matemáticas en la UAP.

Alejandro recuerda que el primer libro “grande” que leyó y “le gustó demasiado” fue el de “Azteca”, novela publicada en 1980, del autor Gary Jennings y que está escrita como una serie de cartas que el Obispo Fray Juan de Zumárraga dirige al Rey Carlos V como respuesta a su solicitud de documentar la historia de los habitantes de los pueblos del territorio que hoy es México, basados en relatos de los ancianos.

“He leído muchos más, pero ese lo leí cuando tenía como 15 años y me gustó demasiado”.

Por otra parte, reconoce que jamás se ha dado a la tarea de conocer el número de clientes que le visita, pero estima que en los meses flojos, “como este, llegaban a venir antes de la contingencia, como unos 30 clientes a diario; y en los meses más fuertes, creo que más del doble”.

Estima que en sus estantes hay más de 8 mil libros en exhibición, más los que tiene en la bodega.

Aclara que la gente tiene el concepto de que los libreros son personas que se la pasan leyendo, “y no es verdad, porque, ahorita sí sería un buen tiempo porque hay poca gente, pero lo estoy ocupando a escombrar, acomodar lo que está en desorden, pero sí tiene que estar uno atendiendo al público todo el día y el tiempo libre lo utiliza uno para descansar, estar con la familia, comer, cosas así”.


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