Hay una novela en la mente de Xavier Velasco que no termina de salir. Lleva ya ocho años allá adentro, incluso ha escrito otros libros en este tiempo, pero en 2019, una pregunta de su agente se convirtió en una provocación: “¿vamos a tener libro este año?. Después de verla con una mirada de ¡claro que no!, me senté y me di cuenta que eso no podía pasar, no debía conformarme”, cuenta en entrevista.
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Así fue como se encerró a escribir, pero más como un ejercicio para alejar a los fantasmas de la página en blanco, de ir en contra de lo que llama supersticiones: “la inspiración, el momento preciso, el lugar, la pluma, el papel… ¡no me jodas: Reinaldo Arenas hizo todo eso en la cárcel con pedazos de carbón!
“Me senté a escribir tres páginas diarias, pasara lo que pasara durante todo el verano. Al final, me di cuenta que no tenía un libro, pero estaba bastante adelantado, en donde contaba mi historia como escritor y, al mismo tiempo, todo lo que me pasaba en cada día de escritura”, cuenta el colaborador de MILENIO.
Esa exploración lleva por título El último en morir, publicada por Alfaguara, la cual estará en librerías a mediados de octubre: una obra que surgió con la idea de relatar los sinsabores de la escritura y, al mismo tiempo, sus placeres, pero poco a poco se introdujo la historia de su vida: “como un hijo de vecino se mete en este lío de hacerse novelista.
“Hay una historia autobiográfica en Este que ves o en La edad de la punzada, y dije muchas veces que ya no escribiría una historia autobiográfica, pues qué lástima que me creyeron y que yo me la creí, porque no fue cierto. Terminé escribiendo una historia autobiográfica, donde cuento lo que es pertinente al sueño enloquecido de hacerme novelista”.
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Un libro que resulta de una lucha permanente de Xavier Velasco: escribir y hacerlo con la mayor regularidad posible; al mismo tiempo, se convirtió en una manera de probarse que podría escribir en menos tiempo, ser más eficiente, “que no debía esperar tres meses bloqueado porque no vino la inspiración, porque al final la escritura es un proceso de conocimiento que no se termina nunca.
“Siempre puedo escribir un poco menos mal que el día anterior. Nunca he creído que ya lo tengo hecho: como escritor me faltan muchas cosas, tengo muchas carencias y todos los días peleo en contra de ellas”.
De lo aprendido en los años de escritura, Xavier Velasco emparenta a la escritura con la idea del amor: hay días en los que sufre y, otros, en los que goza. “Lo gozas más de lo que lo sufres, porque, si no, qué amor ese es.
“Sufro cuando se me atoran las cosas, cuando siento que lo que estoy haciendo no sirve. Hay un sufrimiento involucrado en cuanto hay una pasión invertida, pero el sufrimiento no es más que un problema que, técnicamente, tiene solución. La reescritura me espanta mucho, pero la sufro poco”
Y ADEMÁS
EL COMIENZO DE LA CREACIÓN DEL LIBRO
Cuando comenzó la escritura de este libro de autoficción, Xavier Velasco se planteó una pregunta: ¿con quién es la responsabilidad primera del escritor: con el lector o con el ejercicio mismo? Su respuesta fue “con el escritor: si yo no cumplo conmigo, no podré hacerlo con nadie más y eso es algo que me he tomado muy gravemente en serio”.