A lo largo de su vida, incluso después de obtener el premio Nobel de Literatura, en 1982, Gabriel García Márquez se consideraba un periodista por sobre todas las cosas, convencido de que “el periodismo es el mejor oficio del mundo”. Era tal su interés por este quehacer, que se propuso crear algunos medios, entre ellos la revista Cambio que también circuló en nuestro país.
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“Considero que mi primera y única vocación es el periodismo. Nunca empecé siendo periodista por casualidad —como mucha gente— o por necesidad, o por azar: empecé siendo periodista porque lo que quería era ser periodista”, aseguró en una ocasión el escritor.
Como una manera de divulgar esa faceta muy conocida, pero quizá no tan divulgada desde la perspectiva editorial, es que el sello Diana impulsó la publicación de la antología El escándalo del siglo, que cuenta con un prólogo de Jon Lee Anderson.
Se trata de una selección de 50 textos, publicados por García Márquez en periódicos y revistas entre 1950 y 1987, cuyo objetivo primordial es aproximar a las nuevas generaciones a “una muestra de su labor en el periodismo”, como lo explica el editor Cristóbal Pera en la introducción del volumen.
En el libro se encuentran desde las primeras apariciones de los Buendía y de la emblemática Aracataca, hasta retratos de figuras como Fidel Castro, Ernest Hemingway o el papa Pío XII, así como una serie de relatos en torno al ambiente artístico y político de los países visitados por el narrador.
El mejor ejemplo de su pasión por el oficio fue el impulso a la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, en la actualidad conocido como Fundación Gabo, que nació “por las preocupaciones de Gabo en torno a la ética profesional, la rigurosidad y la calidad narrativa del oficio periodístico en Iberoamérica”, según se lee en la página de la fundación.
El escándalo del siglo se concibe como una especie de acercamiento a la vena periodística de Gabriel García Márquez, el periodista que solía demostrar la posibilidad de construir una noticia de la nada, como cuando escribe una crónica “sobre la casita de Bogotá a donde van a parar las cartas que nunca llegan a su destino”.
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FUNDACIÓN
La Fundación Gabo recuerda que García Márquez ejerció por primera vez el periodismo en un diario liberal de Cartagena, donde hacia 1948 colaboró como columnista y editorialista.