En el canon literario de México aparecen nombres como los de sor Juana, Rosario Castellanos o Elena Garro, pero fuera de ellas muchas escritoras han quedado al margen. Aquí dejamos las reflexiones de algunas creadoras sobre el canon y la deuda que la literatura mexicana tiene con las mujeres.
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SOCORRO VENEGAS
Hablar de canon literario es referirnos inevitablemente al machismo que ha dominado en las decisiones sobre lo que debe publicarse, lo que vale, lo que debe permanecer. Pasa y pesa en todos los ámbitos: ¿a quién se la concede un premio, una beca? Es urgente ampliar los horizontes de lectura, comprender que nos hemos perdido de la otra mitad del cielo, como dice Sara Sefchovich.
Me gusta mucho la propuesta de la ensayista Isabel Zapata: buscar el (anti) canon, ir precisamente contra la forma en que las mentes masculinas han diseñado escalas de valores donde sistemáticamente se invisibiliza a las mujeres.
MAYRA OLVERA
Justo platicaba con un editor que sabe mucho de literatura y de mujeres, y enlistábamos nombres de aquellas mujeres que, desde lo editorial tenemos que volver a poner en el discurso, en las mesas de lectura para los jóvenes, para que las vean, las conozcan. Pensar en Elena Garro al final es un nombre que le suena a la gente, a los jóvenes que se acercan a la literatura, pero no sé qué tanto les puede sonar Amparo Dávila o Esther Seligson.
ROCÍO CERÓN
Hace muchos años, José Emilio Pacheco ya decía que la mejor poesía la estaban escribiendo las mujeres; Julio Ortega acaba de lanzar una antología que se llama Nuevas poetas mexicanas y en el índice se encuentran Sara Uribe, Citlali Rodríguez, Maricela Guerrero, Amaranta Caballero… quienes están generando otro tipo de discursos poéticos, pero no necesariamente a los que estábamos acostumbrados.
BRENDA LOZANO
El canon ha sido patriarcal, masculino, machista, incluso, dentro de las estructuras de publicación en el mundo editorial, en los periódicos, en las grandes editoriales y hasta en las editoriales independientes. Ha habido acciones en el presente que, quiero pensar, miran hacia otro lugar, tanto en las ferias del libro, como la de Oaxaca, donde el hecho de que se haya abierto a un comité de programadoras es un cambio que surgió a partir del #MeToo.
YAEL WEISS
La deuda es grande, como muchos otros logros de la sociedad, porque la mujer fue la que hizo el trabajo, tanto doméstico, de apoyo, de sacrificio… todo lo que está atrás para que muchos hombres pudieran escribir libremente. Clarita Rulfo escribía todas las cartas al Fondo de Cultura Económica y administraba todos los asuntos relacionados con Juan Rulfo. Tenemos el caso de Marie-Jo, quien porta y cuida el legado de Octavio Paz.