Librerías independientes: sobrevivir a la pandemia

“Se dialogó con los eslabones de la cadena del libro y, a fuerza de mencionarse en redes sociales, con campañas propias, terminamos por existir”, dice Claudia Bautista, presidenta de la RELI.

2021 será importante para reactivar al sector y retomar el contacto con el público. (Jesús Quintanar)
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

Hay una frase que se hizo popular durante 2020: cuando suena la caja fuerte de las librerías, la industria editorial se pone en movimiento. Más allá de los esfuerzos que distintos grupos han desarrollado para acercar los libros a los lectores, las librerías no han dejado de ser el principal canal de comercialización, alrededor de 33 por ciento del total de producción; 31 por ciento corresponde a ventas al gobierno y poco más de 16 por ciento a ventas a escuelas, de acuerdo con cifras de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem).

Desde 2019, la variación anual en los ingresos de los comercios con venta de libros es negativa y se mantiene alrededor de -10 por ciento; los efectos de la cuarentena se observan más en este sector que en el de edición de libros, al pasar de una variación de -3 por ciento a -56 por ciento entre febrero y mayo.

En un año en el que se habla de un decremento de cuando menos 25 por ciento en la venta de libros, el diálogo con las librerías se ha incrementado, a decir de Claudia Bautista, presidenta de la Red de Librerías Independientes (RELI), quien reconoce que se dio un reacomodo en la percepción de lo que son las librerías de parte del lector y de la cadena del libro.

“Como que la cadena del libro dijo: ‘ah, sí existen, sí están aquí y tienen una voz’. Por ahí se dio un diálogo con estos otros eslabones, que tuvo muchos resultados —algunos buenos y otros no tanto—, que desembocaron en las palabras movimiento y visibilidad, porque si no se menciona, no existe: a fuerza de mencionarse en redes sociales, con campañas propias, con contenidos, las librerías independientes terminamos por existir”.

Por lo general, en el mundo de las librerías todo era muy tranquilo, tenían sus retos y las crisis, pero solían vivirlas muy hacia adentro y poco se notaba, poco se comentaba más allá de las cuatro paredes de cada uno de los espacios; de ahí la importancia de la sacudida por la pandemia, lo cual no significa que se hayan encontrado todas las respuestas.

“Siento que los otros actores ya nos percibieron, pero ahora no saben muy bien qué hacer con nosotros, de qué manera integrarnos. Para ellos también es un asunto nuevo: ha habido experiencias muy buenas, como el pasillo de las independientes, en donde de una manera muy natural pudimos colaborar con la presentación de novedades, y hubo otras experiencias en que no logramos acomodarnos, ni los otros sectores en qué lugar ponernos”.

INTERCAMBIO DE EXPERIENCIAS

En encuentros con libreros de otros países, los integrantes de la RELI han comenzado a intercambiar experiencias, sobre todo para un 2021 de reacomodos. En esos diálogos para reactivar al sector se ha hablado lo mismo de la impresión bajo demanda, hasta la tendencia creciente a acercarse a públicos con necesidades especiales, explorando rincones que, “por la comodidad en la que estábamos, habíamos dejado de lado y ahora son pequeños nichos que podrían servir para retomar a nuestro público”, enfatiza la directora de la Librería Hyperion, de Xalapa, Veracruz.

“En la Caniem hemos participado en reuniones desde abril entre librerías y editoriales, para platicar de cómo veíamos algunas estrategias, ideas, molestias, preocupaciones, adentro del sector mismo. Las reuniones fueron muy interesantes, porque no se habían dado, aun cuando en el plano de los hechos fueron poco prácticas, porque no llegamos a ningún acuerdo”.

Uno de los aspectos positivos de dichos encuentros, comparte Claudia Bautista, es que se dio el reconocimiento tácito de la existencia de las librerías independientes, aunque en la parte práctica no llegaron a algún acuerdo concreto, “como librerías independientes no logramos tener una incidencia, acordar algún papel específico: ahí todavía hay un gran espacio para construir un puente”.

“Sin embargo, emergió el actor de las librerías independientes y ahora el desafío es ver cómo reacomodamos este sistema, porque muchas de las editoriales funcionan, no de la mejor manera, con prácticas que le han permitido su fortalecimiento, pero se están moviendo tanto las cosas que ahora no hay una manera nueva de abordar los desafíos que se están presentando”.

En este reacomodo, lo más importante es integrarse de manera definitiva y fuerte, aunque todo esto no funciona sin el precio único, “es increíble ver cómo todo esto se impulsa por unas leyes que están enfocadas en la supervivencia de estos espacios y ver cómo en Estados Unidos están en una franca posición de desventaja, porque no hay siquiera visos de poder establecer ese tipo de leyes de protección”.

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FIN DE AÑO: UN CIERRE COMPLICADO

En datos elaborados por Nielsen Bookscan, en nuestro país a cargo de David Pemán, entre el 6 y el 12 de diciembre se vendieron en México alrededor de 384 mil libros y se facturaron más de 91 millones de pesos. En su balance, el mercado se mantiene con caídas muy similares “y todo hace indicar que la campaña de Navidad va a mantener la misma tendencia”. Pero esas cifras se dieron antes de que se decretara de nuevo el semáforo rojo en Ciudad de México y el Estado de México, con lo cual los números seguirán a la baja.