En las campañas de protección de la flora y la fauna, suelen existir ya ciertos elementos o seres vivos que se convierten casi en lugares comunes del proceso de difusión. “El osito panda es un animal mucho más bonito, a todos nos gusta y nos da ternura”, dice la bióloga María Emilia Beyer, quien también está convencida de la necesidad de darle una vuelta a eso y mostrar otras “historias fabulosas que se quedan sin contar”.
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Ahí es donde aparece el esfuerzo de Beyer y el ilustrador Franz Anthony para darle vida a Luz propia. Un libro sobre seres que brillan (Océano Travesía, 2019), en el cual se ofrece un sencillo acercamiento a especies de animales, de plantas y de hongos, que sobreviven con la estrategia evolutiva de la bioluminiscencia, organismos que emiten brillo o luz.
“En todas las especies, la luz se emite gracias a los mismos mecanismos: una proteína llamada luciferina y una enzima llamada luciferasa. La lucíferas se va a unir con algunos átomos de oxígeno, ya sea que estén en el aire, ya sea que estén flotando en el agua, sobre todo, en los mares y van a actuar sobre la luciferina. En esta reacción química se va a generar la energía en forma de luz, energía lumínica”.
Casi todos los seres bioluminiscentes habitan en el mar, donde se hallan peces y otros organismos, porque también hay moluscos, gusanos, y hasta tiburones, “acabamos de descubrir apenas hace dos años a una especie bioluminiscente, que habita los mares profundos y no vemos nunca emerger”.
La mayor parte de los animales bioluminiscentes del mundo se encuentran en el mar, de los 200 metros hacia abajo. Allí ya no hay manera de que llegue la luz del sol y los organismos tuvieron que generar su propia linterna.
“El volumen nos narra algo interesante que, muchas veces, no llega a formar parte de estos hilos narrativos que nos ayudan a maravillarnos con la naturaleza. Buscamos historias diferentes, a través de especies poco conocidas, para que los niños también amplíen el acervo de los animales, las plantas o los organismos que conozcan”.
DIVERSIDAD DE ECOSISTEMAS
Para ofrecer una información mucho más completa en el libro, aun cuando se compone de textos muy breves, María Emilia Beyer contó con el apoyo de Franz Anthony, un artista de Indonesia, a fin de darle forma al conocimiento científico de los ocho organismos que quedaron representados en Luz propia.
“Lo más impactante es que la emisión de luz no funciona para una sola cosa: a ratos sirve para disfrazar, a ratos para atraer, para obtener comida… la luz evolutivamente tiene muchas funciones y la bioluminiscencia es una estrategia que tienen estas especies para sobrevivir”, explica la bióloga.
En el plano terrestre también existen estos organismos bioluminiscentes, como las luciérnagas, que prácticamente se encuentra en todo el mundo, pero también una especie endémica de hongos que se halla en los bosques de Japón.
La bioluminiscencia está presente en todos los ecosistemas, pero el marino es uno donde se presenta más. Se sabe, explica Beyer, que 90 por ciento de los organismos abisales que se han estudiado emiten luz, aunque sea poquita, que no siempre pueden hacer ellos mismos, sino más bien capturan algunas bacterias que sí lo son y flotan en el agua.
“La bioluminiscencia no es una forma que algunas especies adoptaron, sino que ha surgido por diferentes necesidades, a lo largo de la historia de la vida en la tierra y en distintos momentos. Me parecía que los ocho seres nos muestran distintas formas de usar la luz y que eran bonitas las historias que podíamos contar con ellos”.
Luz propia tiene textos breves, de unas cuatro líneas, porque se busca que sea un material de lectura para los niños pequeños, ya sea que los papás les lean o que ellos estén en el aprendizaje de lectura.
En el libro habitan el pez sapo, la nuez de mar, la medusa, el calamar luciérnaga, el gusano de ferrocarril, la luciérnaga, el hongo y hasta el camarón.
Y ADEMÁS
UNA LECTURA PARA DISFRUTAR DE NOCHE
Si el libro se refiere a seres que brillan en la oscuridad, Océano Travesía se propuso hacer un trabajo de diseño que pudieran cumplir con su función también en su forma de libro, por lo cual lo convirtieron en un volumen luminiscente, gracias a una tinta especial. Se carga con cualquier fuente de luz y, con las luces apagadas, se ve a las especies y se leen los textos ocultos, dentro de un paisaje que va desde el mar hasta la tierra y que con su luminosidad arrullará tus sueños, y que hasta ayudaría a arrullar los sueños de los más pequeños.