Marisol Schulz: el libro como vehículo para disfrutar la vida

En el contexto de su Día Nacional, la directora de la FIL Guadalajara afirma: “Te transporta a historias fantásticas”.

Los números reflejan una realidad difícil para la cadena del libro, tanto las editoriales, las imprentas, las librerías... (Cuartoscuro | Archivo)
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

El libro es el mejor vehículo no solo para enterarnos de lo que pasa en el mundo, sino para transportarnos a otras realidades, a algunas que ni siquiera imaginamos o que ya no existen: es un vehículo de conocimiento, pero en especial es un vehículo para disfrutar la vida”.

Las palabras le pertenecen a Marisol Schulz, directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, una convencida de que el libro siempre nos ha acompañado. “Te transporta al futuro o a historias fantásticas que nunca van a existir, aunque luego la realidad nos hace ver que todo lo que alguien imaginó es poco después parte de lo que estamos viviendo”, dice en el contexto del Día Nacional del Libro, que hoy se celebra.

Los números reflejan una realidad difícil para la cadena del libro, tanto las editoriales, las imprentas, las librerías… También para las ferias del libro, que han tenido que acudir a formatos virtuales, como sucederá con la FIL Guadalajara, precisamente el año que fue distinguida con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.

Pero aun con dificultades, se crearon nuevos sellos editoriales, como Perla Ediciones, Taller Editorial Cáspita, Madre Editorial; las librerías buscaron reactivarse en su relación con los lectores al acelerar el paso hacia las herramientas tecnológicas que permitieran el libro electrónico.

Por ello, sí hay algo que celebrar en el Día Nacional del Libro, a decir de Juan Luis Arzoz, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem): “En un principio había que reaccionar a todo lo que ha pasado, con todas las broncas que tiene una reacción inmediata. Hemos comenzado a trabajar con una visión de futuro más tranquila y hemos estado muy en contacto con los libreros, para tener una misma visión y ayudarnos. Sigo siendo positivo: el año que entra esto debe de mejorar y vamos a salir con mucho aprendizaje”.

Para Édgar Wiser, secretario General de la Red de Librerías Independientes (Reli), ha sido una lucha para resaltar la importancia de la lectura en general y de la necesidad de replantearse nuevas dinámicas y realidades de acercamiento a los lectores.

“Algo que siempre hemos buscado en estas librerías pasa por transmitir que no solo son importantes los algoritmos en las grandes plataformas, sino una labor social, que permite que las librerías tengan un distintivo de cómo se logra la promoción de la lectura”.

EN EL ÁMBITO COTIDIANO

Frente a las nuevas condiciones, editoriales y librerías tuvieron que reaccionar ante el lector: más allá de la distribución de los libros, un problema mayor, hubo esfuerzos que se enfocaron en mantener la presencia de las publicaciones en el ámbito cotidiano.

Almadía, por ejemplo, desarrolló un centenar de conferencias y presentaciones de libros de mayo a la fecha, sin tomar en cuenta las de su feria del libro, en la que se realizaron alrededor de 180.

Sellos pequeños como Cuadrivio, Elefanta, Impronta o Textofilia elaboraron sus propias estrategias, en donde las redes sociales jugaron un papel fundamental, sin dejar de editar lo que tenían programado.

Grupos como Penguin Random House, Planeta y Océano, entre otros, ofrecen actividades semanales, y los autores se unen a las nuevas tecnologías para hablar o promocionar sus libros. Son nuevos tiempos, pero la lectura continúa con banderas desplegadas. 

Y ADEMÁS

TODAVÍA MAGRO, EL MERCADO DIGITAL

La FIL Guadalajara, para la edición que comienza el próximo 28 de noviembre, contará con más de 300 actividades, tres premios Nobel, 300 autores de 38 países y 120 ponentes en FIL Pensamiento. En algunos encuentros se desarrollaron mercados de libros en forma electrónica, cuyo resultado apenas representa 10 por ciento de la venta total de los textos y, en el caso de las publicaciones digitales o electrónicas, si acaso llegó a 2 por ciento, según cifras de la Caniem.