La música, la pasión de Carlos Monsiváis para disfrutar en la intimidad

La Fonoteca Nacional resguarda la colección de más de cinco mil discos, entre compactos y de 33 revoluciones, del escritor fallecido hace 10 años.

El autor de "Amor Perdido" en el homenaje a la cantante Chavela Vargas en el Teatro de la Ciudad, 2009. (Héctor Téllez)
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

Carlos Monsiváis compartía la pasión por los libros en todo momento, pero no necesariamente organizaba reuniones para hablar de ellos, como sí sucedía en el caso del cine: se juntaban sus amigos en una especie de cineclub para ver algunas de las joyas cinematográficas que resguardaba el escritor.

En gran parte porque se trataba de un gusto un tanto más íntimo, una faceta menos conocida del escritor: la del melómano, la cual ahora se encuentra bajo el cobijo de la Fonoteca Nacional, a donde llegaron poco más de cinco mil discos, donados por su familia en 2019.

“A Monsiváis lo seguimos recordando a 10 años de su muerte —refiere Pável Granados, director de la Fonoteca—. Su museo es muy visitado y ahora me entero que también la biblioteca. Es alguien cuyos textos son referencia de todo un siglo, nada más lógico que pensar que necesitamos textos y personajes de esa calidad y de esa penetración en la realidad de hoy.

“Tenemos 5 mil 183 discos, lo cual es bastante, en realidad es una pared de discos compactos y de 33 revoluciones. Una discoteca es de un consumo completamente privado e individual. Carlos compartía su gusto por el cine con amigos, hacía su cineclub; era alguien muy dado a platicar de libros, pero quizás era poco dado a compartir esos gustos musicales, porque era lo que él oía en su intimidad”.

Para conocer su gusto por la música basta asomarse a los títulos y la estructura de sus libros: Amor perdido es el volumen de referencia, pero en los textos de “Por mi madre, bohemios” hay infinidad de referencias a canciones. Mucho de lo que escribió son parodias de canciones y “sus textos tienen referencias a un bolero o a una canción ranchera y, algunos de sus libros están dedicados a la cultura musical de México”, dice el investigador.

“La colección es como la representación musical de su obra literaria, porque está la música de México, la de concierto, la sinfónica europea, el jazz, el góspel, su colección de Voz Viva de la UNAM, los discos de poesía que se traía de Estados Unidos, el rock inglés y el estadunidense”.

UNA MIRADA CRÍTICA

De acuerdo con el también autor de los libros Apague la luz... y escuche y XEW. 70 años en el aire, Monsiváis tenía como uno de sus recursos literarios favoritos la enumeración caótica y eso se representa también en la documentación musical, donde se encuentran las referencias de sus libros. “Tener ese material disponible en la Fonoteca será una oportunidad para navegar de otro modo en sus obras literarias: escuchar al unísono muchos discos que él incorporó en su literatura”.

En un primer acercamiento al melómano, se encuentran lo que Pável Granados llama espacios poco conocidos, poco transitables, como el góspel, que ocupó tanto espacio sentimental del escritor; incluso, en los 70 hizo programas en Radio UNAM que están digitalizados en la Fonoteca Nacional.

“Entiendo que Carlos aprendió a hablar inglés cantando música de Los Beatles. Está todo eso y hace consonancia, es armónico con su conocimiento de la cultura mexicana y sus textos literarios. Amor perdido, por ejemplo, que es una referencia obvia de María Luisa Landín, es una canción que simbolizaba o resumía toda una época de la vida mexicana”.

Todo ello terminó por reflejarse en los diferentes aspectos que construyeron a una personalidad como la de Carlos Monsiváis, sobre todo en la crítica a la cultura o a la política, porque muchas veces el lenguaje hipócrita o ambiguo de la retórica “requería un corte muy certero de él”, a decir del director de la Fonoteca Nacional.

“Trató de desnudar, diría, incluso, que evidenció los discursos políticos, ideológicos, artísticos de una época. Para mantener nuestro hábito de pensar es que necesitamos a alguien que sea el equivalente de Monsiváis”.

Y ADEMÁS

UN RICO ACERVO POR CATALOGAR

La colección requiere de varios pasos antes de ponerse al alcance del público, proceso que se detuvo por la contingencia sanitaria. Lo primero fue conocer el estado en el que se encontraba, hasta colocarla en la zona de cuarentena y aplicar tratamientos para eliminar cualquier químico que pudiera tener. “Se tendrá que hacer una buena catalogación, extraer información de los discos, porque algunos tendrán textos de Carlos, otros estarán dedicados, a fin de que al consultar el fondo se conozca mucho más de otra faceta del escritor”, indica Pável Granados.