Luego de tres décadas al frente de Siglo XXI Editores, el poeta Jaime Labastida tomó la decisión de vender sus acciones del sello fundado por Arnaldo Orfila Reynal, sin que ello signifique que haya “hecho alguna acción ilegal o algo que esté fuera de la ley”.
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“A lo largo de 30 años de trabajo, comprando con mis recursos, he adquirido 36% de las acciones de la Serie A. ¿Qué tiene esto de ilegal? Lo he comprado con mi dinero, es el fruto de mis esfuerzos de toda mi vida”, responde el editor a las acusaciones de un grupo de accionistas que la semana pasada publicó una carta en la que calificaba como un “atropello” la decisión de vender sus acciones a una empresa especializada en gestión empresarial, Merkcent Consulting ant Funding, SA de CV.
“No tienen razón, están mal informados, no han podido sustentar las acusaciones de que me han hecho objeto. El futuro de Siglo XXI está asegurado, no solo está vivo, sino que seguirá vivo; es una empresa sana que, al revés de lo que ha sucedido con miles de empresas en el país, no ha solicitado un solo crédito en este año de pandemia, repartió las utilidades correspondientes a 2019 en su totalidad, no recortó personal, no redujo salarios y no ha solicitado ningún crédito”.
En entrevista, Jaime Labastida aseguró que, pese a las condiciones por la emergencia sanitaria, 2020 lo van a terminar con un ligero margen de ganancia “y no conozco muchas empresas en el país, ni fuera de él, que estén en esta situación sin ningún apoyo gubernamental.
“Esta es la razón por la cual los inversionistas que se acercaron a mí para hacer la compra de mis acciones se interesaron en Siglo XXI: es una empresa sana. Se dice que no tiene intereses mercantiles y eso es algo que no entiendo, porque Siglo XXI es una sociedad anónima de capital variable, sujeta a lo que establece la norma de la Ley General de Sociedades Mercantiles, que cumple con todos los requisitos de la ley”, destacó Jaime Labastida en entrevista con M2.
EMPRESA REVALORADA
En la carta, acompañada de nombres como los de Pablo González Casanova, Iván Restrepo, Manuel Peimbert, Francisco Zapata, Eugenio Huerta, Gustavo Esteva, Tatiana Coll y Julio Sheinbaum, se denunció que “ante el desconcierto por la metamorfosis que sufría nuestra editorial y la frustración por los vanos intentos para evitar su deterioro, numerosos accionistas nos fuimos alejando, y por muchos años no se nos convocó a asambleas para poder intervenir en las decisiones de la editorial”.
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“Era accionista y, por supuesto, miembro del Consejo de Administración; recibí Siglo XXI en situación de quiebra, había pasado por varios años de pérdidas continuas, y ahora está revalorada, porque a través de los 30 años en los que, con gran esfuerzo ha logrado salir adelante, gracias al gran trabajo de todos: del Consejo de Administración, de sus trabajadores, de sus vendedores, Siglo XXI está sano. ¿Qué les puedo responder?, que primero se informen antes de hacer acusaciones sin base”.
Para el 19 de marzo se tiene convocada una Asamblea en la que se va a presentar al nuevo accionista, se va a ratificar al actual Consejo de Administración, “se anunciará que se van a inyectar recursos para que Siglo XXI se desarrolle y se va a conservar el principal activo de la empresa, que es su catálogo y la plantilla de trabajadores”, pero también se va a ratificar a Jaime Labastida como director general.
“Si esto no está bien, no entiendo qué puede hacerlo. Nos han dicho ‘con toda humildad queremos aprender de Siglo XXI’. Me pregunto si es garantía que una empresa editorial grande, un consorcio, absorba a una pequeña: muchas han llegado a situación de ruina y han desaparecido. ¿Qué es de Diana, de Joaquín Mortiz, o de Gredos? Son afirmaciones sin fundamento”.
Y ADEMÁS
EL DERECHO Y EL DESEO AL RETIRO
Después de 30 años de trabajar en Siglo XXI, Labastida habla de su deseo: el retiro. A punto de cumplir 82 años “tengo derecho de hacerlo”, asegura el académico de la lengua, quien incluso adelanta que “la transacción ya está hecha, el contrato ya está perfeccionado, ya no soy accionista de Siglo XXI, ya no es esta compañía 100 por ciento mexicana”.