'Punto de cruz', un libro sobre la amistad entre mujeres en la adolescencia

La nueva novela de Jazmina Barrera habla de una sociedad atravesada por violencias machistas, clasistas, racistas y medioambientales, a partir de las experiencias de las mujeres.

"La adolescencia es una etapa particularmente fructífera para las amistades", dice la escritora. (Foto: Especial)
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

El bordado es una actividad que, desde tiempos inmemoriales, se ha adjudicado a las mujeres: se cree que tiene que ver con la agricultura, cuando las mujeres se tenían que quedar en la casa a cuidar a los hijos, y el hilado, el bordado, la costura, se vieron como actividades compatibles con la crianza.

“En la cultura occidental comenzó a desarrollarse con mucha fuerza un discurso en torno a lo femenino que relegaba a las mujeres al ámbito doméstico, que las sacaba de los trabajos fuera de casa, porque el capitalismo necesitaba mano obra y necesitaba que estuvieran en casa teniendo hijos, y conforme se desarrolló esta idea de lo femenino, el bordado y la costura fueron parte de este imaginario”, a decir de la escritora Jazmina Barrera.

Sin embargo, a fines del siglo XIX las cosas empezaron a cambiar, cuando las sufragistas en Escocia enseñaron bordado como una materia de arte en la universidad y las primeras que, desde el feminismo, empezaron a reivindicarlas, a buscar remunerarlas y a valorarlas en toda su amplitud.

La reflexión le sirve a Jazmina Barrera para hacer del bordado una metáfora no sólo de las luchas de las mujeres y de sus problemas históricos, sino también de las transformaciones que se han dado en los años recientes, en la novela Punto de cruz (Almadía, 2021).

“Aunque la historia comenzó muy apegada a mi propia experiencia y a mis propias vivencias de la adolescencia, acabaron mezcladas historias personales con las de muchas amigas, y con historias inventadas, porque los personajes se fueron definiendo de manera más concreta en el papel: ahora las puedo visualizar casi como personas que conozco y, sin embargo, queda mucho de lo que viví en esa época, de lo que vivieron mis amigas”.

En la novela, la escritora habla de una sociedad atravesada por violencias machistas, clasistas, racistas y medioambientales, a partir de las experiencias, en especial, de la amistad entre tres adolescentes, un tanto reflejo del tiempo que vivimos.

“Quería hablar de la amistad entre mujeres, en particular en la adolescencia y, en especial, en la clase media, y de las violencias que atraviesan todos estos cuerpos en transformación que, precisamente por ello, son cuerpos vulnerables, muy sensibles a lo que las toca y las rodea, y estas heridas que causan las violencias en esa época de la vida nos marcan para siempre. A veces de manera irreversible”.

Punto de cruz, a decir de la escritora, surgió de la manera en que la maternidad transformó su vida, no sólo su relación de pareja, en torno al trabajo y al tiempo libre y, sobre todo, con las amistades. De un día para otro se sintió más cercana a personas de las que antes no lo estaba y se alejó de muchas otras.

“Parte de mi interés en regresar a esa época de la vida era observarla con los ojos que tengo ahora, analizarla con las herramientas que tengo y no contaba en esa época, para tratar de comprender qué pasó ahí. Es un proceso a veces doloroso, a veces muy iluminador, que me arrojó algunas respuestas y me abrió muchas otras preguntas”.

Desde la mirada de Jazmina Barrera, la adolescencia es una etapa particularmente fructífera para las amistades, porque pasamos muchas horas con las mismas personas y se generan vínculos muy fuertes, relaciones muy cercanas.

PCL​

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