Los museos en una nueva era de la humanidad: Graciela de la Torre

Para la titular de la Cátedra Internacional Inés Amor de Gestión Cultural de la UNAM, después de seis meses de pandemia comenzamos a ver una isla entre la bruma.

Graciela de la Torre, historiadora del arte. (Especial)
Guadalupe Alonso Coratella
Ciudad de México /

Con más de 40 años de labor, Graciela de la Torre, historiadora del arte, ha dirigido instituciones como el Museo Nacional de San Carlos, el Museo Nacional de Arte y, en 2003, desde la Dirección de Artes Visuales de la UNAM, encabezó al equipo que conceptualizó el Museo Universitario Arte Contemporáneo. Actualmente dirige la Cátedra Internacional Inés Amor de Gestión Cultural, foro destinado al análisis y reflexión de temas culturales. Para Graciela de la Torre el regreso tras la pandemia no será la nueva normalidad, sino el principio de una nueva era para el ser humano.

Desde la cultura, ¿cuál es tu balance de la situación que estamos viviendo?

En uno de los foros de la Cátedra Internacional Inés Amor se hablaba de que esta pandemia es mundial, pero el virus no solo es un común denominador del globo terráqueo, significa el salto a una nueva era que nos obliga a enfrentar nuestra manera de ser, nuestro quehacer, enfrentarnos a nosotros mismos. Cuando comenzó la pandemia, sentimos como si nos hubiera revolcado una ola. No sabíamos qué sucedía. A seis meses de distancia ya asomamos la cabeza y lo que se ve es una isla por ahí, lejana, entre la bruma. Son los nuevos paradigmas. Hablo desde mi espacio, la cultura, los museos. Creo que no podemos diseñarlos todavía, pero definitivamente habrá nuevos paradigmas porque estamos en otros tiempos, ya no somos los mismos, las audiencias, las instituciones, no son las mismas. Hay algunas muy golpeadas, otras con mucha resiliencia, y el resto habrán desaparecido, pero estamos frente a una nueva realidad que no podíamos vislumbrar hace unos meses. Estuvimos inmersos en el mundo virtual, tratando de conectarnos, de seguir vigentes, de seguir siendo relevantes y no perdernos en este maremagnum inesperado, sobre todo en una situación tan particular como la de este país, tan incierta como la de este país, donde desaparecen instituciones y no sabemos cómo serán sustituidas. Un país donde no hay dinero, donde los recursos son escasos y se destinan a proyectos que a mi parecer no tienen cabida en estos momentos. Considero que ahora ya podemos avizorar nuevos caminos y nuevos paradigmas un poco más certeros.

¿Cómo imaginas estos nuevos paradigmas?

Cuando menos hay que hacer preguntas. Por ejemplo, en el campo de los museos, ¿Qué ganamos y qué perdimos con el virus? ¿Qué queremos rescatar de los antiguos modelos? Ganamos nuevas audiencias, ganamos con la conectividad, con la recomposición de los equipos. Esto es muy interesante. Los equipos de los museos de arte donde antes estaba la hegemonía del curador, se perdió durante el confinamiento y el poder pasó a quienes diseñaban cosas en línea, el curador pasó un segundo término. Y, sobre todo, habrá que reconfirmar la nueva relación con la sociedad, eso es lo más importante. El nuevo modelo de museos se está reconfirmando como una institución que no puede quedarse al margen frente a los problemas políticos, sociales, económicos, incluso medioambientales que existen en la actualidad. Entonces, no solo estamos obligados, es un hecho que surgirá un nuevo modelo, no solo por motivos económicos sino por las responsabilidades que tenemos frente a la sociedad. Este nuevo modelo tiene que ver con el activismo y con un papel fundamental dentro de las comunidades y la sociedad. No como educador de masas, no un papel democratizador, no como desarrollador de audiencias, sino un papel de debate, de libertad de cara a un ente y una sociedad que han sido tan golpeados en todo el mundo y en nuestro país.

¿Va a desaparecer el museo como lo conocemos?

Hay algo muy interesante. Pienso en los museos interactivos, los museos de ciencia, los museos de niños, los que tienen su herramienta básica en la interactividad. Se están convirtiendo en un territorio inhóspito, en un territorio de autoridad, y va a ser muy difícil que regresen a ser un espacio lúdico. Estos museos dependían no de los equipos y la interactividad, sino que eran provocadores de aprendizaje, de pensamiento crítico, de creatividad, entonces tienen que dar un viraje de 180 grados. Los museos más tradicionales, los contemplativos, de cualquier manera van a ser museos autoritarios, ya no para la socialización. Ahora el individuo se va a mover por sí mismo, sin socializar, y se moverá según los dictados del museo. Estamos frente un nuevo paradigma y el reto de los museos es seguir siendo amigables, cercanos, desatar la experiencia estética a pesar de todos esos cartabones que nos impide la nueva era.

Encabezó al equipo que conceptualizó el Museo Universitario Arte Contemporáneo. (Especial)

¿Cómo se va a manejar el espacio museístico?

El mundo virtual va a continuar, sin duda. Además las audiencias virtuales no son las mismas que estaban antes del confinamiento. Un estudio cualitativo de recepción que hicimos el MUAC arrojó que el 99 por ciento del público eran millennials. Durante el confinamiento ya no fueron millenials, sino un público joven, de treintones, de cuarentones. Me imagino que los millennials están en tik tok, no en la programación cultural por más que esta sea interactiva. Las audiencias cambiaron.

Nuestros museos tienen la ventaja de ser lo propio, no como en otros países que es lo ajeno. (Especial)

¿La pandemia vino a apresurar algo que ya se estaba cocinando en términos de nuestras costumbres y hábitos de acceso a la cultura?

Fue una de las cosas que ganamos con el confinamiento, entender que existe un museo sin muros, sin paredes, que es el de la realidad virtual; que existe una sociedad a la cual se debe, que tenemos que ser flexibles para entender otros modelos. También perdimos muchísimo: lo que conocemos como relevancia, la cercanía, perdimos ese espacio de debate real, aunque ahora puede ser virtual. Las instituciones están en el punto de recomponerse. Yo quisiera que entendieran eso las autoridades. No es tan sencillo, no es solo decir aquí tienen su litro de gel, aquí tienen sus jergas, aquí tienen sus aspersores, porque es lo que hay, ni siquiera tienen una bomba o una pistola para sanitizar. Hay que entender que tenemos un nuevo paradigma que debemos aprender a ser relevantes y a cambiar. Habrá quienes no puedan sobrevivir, lo estamos viendo con los teatros, porque a diferencia de otros países, no hay un rescate financiero de nuestras instituciones.

En el campo de los museos, ¿Qué ganamos y qué perdimos con el virus?. (Especial)

¿Se pronostica que algunos museos cerrarán definitivamente?

Creo que sí, sobre todo los museos que no son del Estado mexicano. Los del Estado están luchando por abrir de la mejor manera. Vamos a ver ahora que abran los grandes museos como Palacio de Bellas Artes o el Munal. Están haciendo un esfuerzo inenarrable porque además se veía que iban a tener que abrir, pero resulta que sucedió de un día para otro. De repente se anuncia el proyecto Bosque de Chapultepec y ahora sí, a abrir todos.

¿Qué representa esta pérdida para un país que tiene uno de los patrimonios culturales más importantes en el mundo?

La pérdida es también patrimonial. En tanto no haya un rescate del patrimonio, no hay un rescate de la memoria, no hay un incremento de colecciones, de archivos, no hay conservación de los inmuebles históricos, no hay inversión en las zonas arqueológicas, va a ser una pérdida tremenda. Habrá museos nuevos, se están anunciando, no sabemos qué van a tener, pero no hay para el rescate o preservación del patrimonio. Va a ser muy difícil para la cultura, para los profesionales, para los públicos. Una de las cosas buenas es que la comunidad cultural se organizado para ser escuchada y participar en las políticas públicas.

El mundo virtual va a continuar, sin duda. (Especial)

¿Por qué es importante que la gente tenga acceso a la cultura, a los museos?

Nuestros museos tienen la ventaja de ser lo propio, no como en otros países que es lo ajeno. Ahí nos vemos reflejados. Porque las contribuciones deben dirigirse no solo a la educación formal sino al aprendizaje significativo, al desarrollo de la creatividad a ser un territorio de debate, un territorio seguro en términos intelectuales. Por eso no se entiende que no se esté apostando por solidificar a la cultura independientemente de sus aportaciones al PIB, de su altruismo. Además, tenemos un andamiaje fantástico creado durante decenas de años que es ejemplar y no debemos dejar que se pierda.

Ha sido directora del Museo Nacional de San Carlos y del Museo Nacional de Arte. (Especial)
Perfil

Graciela de la Torre

Historiadora del arte. Nació en Ciudad de México. Ha sido directora del Museo Nacional de San Carlos y del Museo Nacional de Arte, así como directora de Artes Visuales de la UNAM. Encabezó al equipo que conceptualizó el Museo Universitario Arte Contemporáneo. Actualmente dirige la Cátedra Internacional Inés Amor de Gestión Cultural de la UNAM.

Frases

“Habrá nuevos paradigmas porque estamos en otros tiempos, ya no somos los mismos, las audiencias, las instituciones, no son las mismas”

"El reto de los museos es seguir siendo amigables, cercanos, desatar la experiencia estética a pesar de todos esos cartabones que nos impide la nueva era”


“Nuestros museos tienen la ventaja de ser lo propio, no como en otros países que es lo ajeno. Ahí nos vemos reflejados”

Numeralia

Estados con mayor número de museos en México
  • Ciudad de México  160 
  • Jalisco                              93  
  • Estado de México          79 
  • Puebla                             76 
  • Coahuila                          66 
  • Oaxaca                            54 
  • Puebla                             54

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