Antes de que otra cosa suceda: asista al Teatro Helénico un lunes o martes a las 20:00 horas a ver una obra excepcional del gran dramaturgo sinaloense Óscar Liera. Tiene usted hasta el 12 de diciembre pero no lo deje para la última fecha, ¡vaya ahora! Los negros pájaros del adiós es un texto que Óscar escribió y dirigió con un elenco no profesional en su amado puerto de Mazatlán mientras daba un taller en los años 80 del siglo pasado. El resultado fue una de las obras más entrañables y tristes del escritor. Se ha vuelto a estrenar en Ciudad de México a manos del talentoso director de escena Alejandro Ainslie, que nos trae a un Liera joven, vigente.
Los negros pájaros del adiós es la reconstrucción de lo que se anuncia como un suicidio en dúo pero habremos de descubrir algo más siniestro. Una francesa, profesora de pedagogía, se enamora de un muchacho que estudia ciencias marinas en la emblemática Universidad Autónoma de Sinaloa (tan amada por Liera). Vale decir que el enamoramiento es mutuo pero de ninguna manera coinciden en lo que la una espera del otro y viceversa. Es un amor imposible en tanto las exigencias y expectativas que sostienen los apasionados jamás podrán ser conciliadas. En esta especie de tema policiaco de verdades a medias, donde quien podría esclarecer el crimen termina por ocultar que ha sido la encargada de cobrar justicia (mi amiga Angélica), nos topamos con este país donde la verdad es siempre sospechosa.
“Hacer teatro —nos dice Ainslie en el programa de mano—, tal vez como buscar la justicia, suele ser un trabajo que se realiza contra viento y marea, porque este país necesita mucha justicia y no la encuentra, porque hacer teatro requiere pararse frente a las adversidades y decidir emprender el viaje, cueste lo que cueste”. En el caso de la dramaturgia toda de Óscar Liera podríamos decir que es una constante batalla por realizarse en tanto teatro y, al mismo tiempo, es una sed que jamás se saciará con tan solo unas cuantas gotas de justicia.
Traspunte
Planilla de creativos
El elenco de esta puesta en escena lo componen Roxana Andrade, Eric Israel Consuelo, Paloma Alvamar y Sandra Cecilia acompañados de una increíble planilla de creativos. Vale la pena que se dé una vuelta por el Teatro Helénico y conozca a uno de los mejores dramaturgos mexicanos de la segunda mitad del siglo XX.