Del 7 al 11 de febrero de 2018, el Centro Citibanamex es el escenario de la feria internacional de arte contemporáneo ZonaMaco. Y uno de los proyectos presentados que más llama la atención es el titulado 'El estado de las cosas' del artista mexicano Luis Carrera-Maul.
MILENIO visitó la pieza y platicó con el artista: así fue la conversación.
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Luis Carrera-Maul es un artista Visual nacido en la Ciudad de México en 1972. Estudió la licenciatura en Ingeniería Industrial y estudios paralelos en Filosofía, Dibujo y Pintura. En 2002, recibió la beca Sócrates-Erasmus para realizar una residencia de estudios en la Universidad de Nottingham, Inglaterra y en la Universidad de las Artes de Berlín, Alemania.
En 2010, fue invitado para representar a México en la Bienal de Venecia de Bogotá, Colombia. Tres años después, fue nominado a mejor artista visual latinoamericano en el Reino Unido 2015 y nominado a Prix Thun for Art and Ethics 2018. Ha expuesto de manera individual y colectiva en México, España, Argentina, Colombia, Inglaterra y Alemania, incluyendo el Museo de Arte Moderno (MAM) y el Museo Nacional de San Carlos (MNSC) de la Ciudad de México. Actualmente reside y trabaja en México y Alemania.
Ante la pregunta de cómo definiría su estilo, Luis prefiere no encasillar su producción artística dentro de una corriente, clasificación o movimiento. Su intención, dice, es más bien la de explorar los procesos de la pintura. Estos procesos, su diseño, su exploración y su documentación son parte misma de la obra artística. "Si acaso, le llamaría obras 'pospictóricas procesuales'", comenta divertido Carrera-Maul.
En 'El estado de las cosas', Luis aplica ese método: a partir del detrito o detritus —que es el resultado de la descomposición de un sólido— de materiales utilizados y desechados hace más de 30 años, los cuales cuentan con huellas del tiempo, de los materiales y los procesos a los que estuvo expuesto, y los ensambla en una instalación, dándoles una resignificación artística.
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Los materiales seleccionados para esta instalación provienen de la historia familiar del artista: son vestigios de una importante empresa fundada por su abuelo, Daniel Carrera Hinojosa, la cual tuvo un gran auge durante los años 70 en el estado de Zacatecas y cerró en los 90 a consecuencia del Tratado de Libre Comercio.
Dichos vestigios corresponden a árboles frutales que eran procesados y enlatados como conservas, parras de los viñedos familiares, tablas de duela, restos de una mesa de boliche, paneles acojinados de la puerta y trozos de cartón corrugado, usados una y otra vez en el empaque y la estiba, con las "cicatrices" y las marcas del trabajo y del tiempo que, en su podredumbre, son —alegóricamente— la paleta del color del artista.
También llamó la atención del artista que, cuando abrieron el camión donde se hallaba el material de desecho, una multitud de abejas había construido varios panales; varios de ellos —o lo que queda de ellos— también figuran en la obra, que Carrera-Maul se rehúsa a calificar como "conceptual".
La pieza manifiesta una intención profunda: hacer evidente que Humanidad es igual a Naturaleza. Asimismo, se erige como una alegoría plástica de un ciclo en el que la naturaleza se transforma por la mano del hombre en un producto, y éste, con el paso del tiempo, se derruye y se convierte nuevamente en materia orgánica: en naturaleza. De ese modo, el proceso del desecho de un material da pie a otro momento, cuando éste es reutilizado y aprovechado para otros fines, como es el de hacer arte.
Para que tú hagas tu propia resignificación de la obra, ésta puede ser visitada en el stand ZMS2 (ZonaMaco Sur), bajo el nombre de la Galería Ethra. ZonaMaco estará abierta hasta el domingo 11 de febrero, de 12:00 a 21:00 horas en el Centro Citibanamex, ubicado en Av. del Conscripto 311, col. Lomas de Sotelo.
FM
* Parte de esta información fue tomada del folleto de la obra, escrito por Olga Margarita Dávila.