Las escenas más impactantes del Inferno, que Dante Alighieri describió en la Divina Comedia, inspiraron a Emiliano Pellisari, director de la compañía italiana NoGravity, quien con su propuesta, una de las más espectaculares del mundo de las artes escénicas, deleitará al público del 49 Festival Internacional Cervantino.
Aunque el espectáculo Inferno, de danza aérea, teatro y acrobacia se podrá apreciar únicamente de manera virtual el 13 de octubre, Emiliano Pellisari dice que hará lo posible por viajar a México el próximo año con la intención de presentarse en la ciudad de Guanajuato, con la misma obra en la edición 50 de este encuentro artístico y cultural.
En entrevista con M2, Pellisari asegura que la clave del éxito de su arte es que los bailarines siempre danzan y logran formas en el aire, provocando gratas sorpresas en los espectadores.
Explica que decidió traducir la Divina Comedia, de Dante Alighieri (Florencia, 1265- Rávena, 1321), a un espectáculo de artes escénicas con rigor geométrico porque es “la obra más importante en todo Italia para los artista, y sus creaciones son una aventura. Lo más espectacular en tu vida es poder trabajar con su obra, para mí y para Mariana Porceddu ha sido sensacional. Después del debut de esta coreografía, hace 10 años, presentarla con los cambios que ha tenido es realmente maravilloso”.
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Reconoce que fue muy difícil concretar esta danza de la ilusión, la cual logra la abstracción y traduce el lenguaje de Dante: “Lo logré a través de los símbolos, con los cuerpos de los bailarines se crean imágenes y estas representan a la vez todos los símbolos que aluden a la obra de la Divina Comedia”.
Mariana Porceddu, coreógrafa, productora musical y primera bailarina de NoGravity, indica que para ella es una obra especial por las pasiones que logran transmitir estos cuerpos en escena.
“Hay toda una coreografía en la que tenemos cuerpos que vuelan, que están en el aire buscándose entre sí. Esa parte la vivimos en la compañía de una forma muy especial”.
La primera bailarina señala, vía Zoom, que los profesionales que desean ingresar a la compañía “deben tener una base clásica muy importante: eso es fundamental, contar además con experiencia en acrobacia y en danza contemporánea. Ya que su cuerpo debe ser flexible, fuerte y dotado de varias técnicas”.
Emiliano Pellisari, ¿cómo ha cambiado la obra en 10 años?
La primera vez que hice el debut de mi obra fue sin Mariana, y yo no conocía nada de la danza, vivía completamente en otro mundo, en el del cine, de las obras y del drama. Empecé en la danza y ahí inventé este nuevo estilo. Ahora es una obra mucho más estética, y junto con Mariana también empezamos a ponerle más acción, poder, fuerza, por eso es un teatro mucho más físico. No pensamos únicamente en la belleza, sino también en el poder de lo bello y del cuerpo.
¿Su propósito es fascinar al espectador o compartir sus reflexiones?
No sé por qué un artista crea o concibe su arte. Realmente yo lo hago porque lo siento, necesito hacerlo, sin un propósito o un fin. Hay algo que me lleva a que surta efecto, no hay lógica ni algo racional al momento de crear.
Después de 10 años de representar esta obra, ¿qué se lleva el espectador?
Después de dos lustros de creada esta obra, la audiencia puede decir que se disfruta sin saber nada sobre ella, o sin ser artista, simplemente sintiendo el corazón, abriendo los ojos. El arte llega a la gente, simplemente a través de la belleza y la sensibilización.