Manuel Enríquez (México,1926-1994) era un hombre muy generoso, con mucho sentido del humor, poseedor de una sonrisa fácil, siempre con ideas en la cabeza, pensando en proyectos, con una capacidad impresionante para componer. Podía planear una composición en la cabeza, de repente se sentaba en el escritorio y se ponía a escribir sin parar, podía terminar una obra en un par de días.
Era perfeccionista, exigía que todo estuviera ordenado, limpio. Tenía horarios establecidos para desayunar, comer y merendar, era una persona de hábitos y de disciplina.
La descripción detallada de Enríquez la hace para MILENIO su viuda, la doctora en artes y artista visual Susana Enríquez, quien se encuentra en México con motivo de la conmemoración del 30 aniversario luctuoso del compositor y violinista, quien creó el Foro Internacional de Música Nueva y fue embajador de la música mexicana en el mundo.
- Te recomendamos Lord Byron: el poeta maldito que no ha sido perdonado Laberinto
La doctora destaca que él siempre estaba dispuesto a promover la música mexicana y ayudar a sus colegas.
“En los viajes que hacía a Europa o a Estados Unidos siempre llevaba un maletín lleno de música, no de él sino de muchos jóvenes compositores que veía con talento porque quería impulsarlos, así como también a sus colegas como Federico Ibarra, Mario Lavista, Héctor Quintanar y Francisco Núñez. Manuel era capaz de lograr todo lo que se proponía”.
Comenta una anécdota recurrente en sus viajes a Europa para la presentación de algún recital: “Cuando íbamos en el avión, él tomaba mi brazo con la mano derecha, de pronto sentía que me iba presionando como si estuviera tocando las cuerdas del violín y me decía: ‘estoy ensayando la obra’”.
Descansar de las “grillas”
La pintora, que actualmente vive en Australia, comparte lo que pocos saben que este gran violinista, miembro del Seminario de Cultura Mexicana y compositor que escribió más de 150 obras, tenía un pasatiempo muy especial: la carpintería.
“Hacía muebles, hacía sillas. En el estudio, diseñó y construyó mis libreros, mi mesa de trabajo, los anaqueles, todo. Era su pasatiempo cuando quería descansar de ‘las grillas’, como él decía. Iba a la maderería con sus diseños para que le cortaran las maderas, porque eso era lo único que no hacía, no usaba serrotes ni martillos porque me decía: ‘como violinista tengo que cuidar mi manos’”.
Enríquez estudió en la Escuela de Música de Áurea Corona y posteriormente, en 1955, en la Juilliard School. Después obtuvo la beca de la Fundación Guggenheim y trabajó en el Centro de Música Electrónica de las universidades de Columbia y Princeton.
A su regreso a México, en 1967, fundó el Cuarteto México junto con Luz Vernova, Gilberto García y Sally van den Berg.
Enríquez se desempeñó como docente y director del Conservatorio Nacional de Música, también fue miembro y director del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical (Cenidim).
En 1979 fundó el Foro Internacional de Música Nueva, el cual lleva su nombre.
Interminado sueño
El Centro Nacional de las Artes (Cenart) tiene un programa artístico conmemorativo para evocar el legado de Manuel Enríquez, con exposiciones, conciertos y conversatorios que se llevan a cabo del 11 de abril al 1 de junio.
La doctora Susana Enríquez destaca la exposición Interminado sueño, 30 aniversario luctuoso de Manuel Enríquez, montada en el vestíbulo de la Biblioteca de las Artes del Cenart, que ofrece un acercamiento a este gran compositor y pedagogo que rompió con el nacionalismo mexicano y abrió las puertas a nuevas técnicas de composición.
“Además de los conciertos, algo que será un maratón musical, los asistentes podrán escuchar obras que no se han interpretado en muchos años, realmente es una retrospectiva musical con la obra de Manuel Enríquez”.
Asimismo, el público podrá ser parte de los conversatorios en los que se hablará de él como precursor de la música contemporánea mexicana.
Además, en dos años será el centenario de su natalicio, por lo que la doctora Susana Enríquez espera que las autoridades culturales preparen el homenaje que se merece este grande de la música mexicana.
- Te recomendamos Rugidos desde las entrañas Laberinto
BSMM