El momento único, irrepetible, vivo y fugaz en el tiempo, del teatro o de la música es irremplazable. Así lo expresó Mario Iván Martínez quien dijo que no existe niña o niño que se rehuse cuando su padre o madre le pregunta si quiere que le cuente un cuento. De tal suerte que la infancia es terreno fértil para la apropiación de la cultura y el arte.
Para el próximo concierto en el que participará con la Camerata de Coahuila, los instrumentos que conforman a una orquesta sinfónica serán presentados ante el público infantil. El cómo se tocan cada uno de éstos de tal forma que aparezca la música será abordado para los más pequeños, tema revelado para las mentes inquietas de niñas, niños y adolescentes.
Esto fue lo que el cantante, escritor y actor dijo sobre el concierto “De liebres, tortugas y bemoles”: que contará con la música de Aarón Copland y Leroy Anderson, en tanto que su trabajo consistirá en darle un toque único y diferente a los personajes a través de las voces de la liebre, el conejo, la serpiente y el narrador, o incluso el osito que representa a los niños, siempre inquietos, siempre cuestionando.
“No se vuelve un acto impositivo en donde yo comparto la información como desde un púlpito, es el niño el que pregunta y yo respondo a las dudas de ese niño que representa el oso, entonces ya se vuelve una actividad compartida, lúdica, y la idea es que de pronto, se les cuente a los niños que en el vals del gato le salen orejas de gato a los músicos. Si los músicos se ponen sus orejitas, un par de orejas serán suficientes para que el niño vea el resto”.
Ante la sobreoferta de estímulos para los niños, Mario Iván Martínez defendió la idea de que los niños en el teatro imaginan el personaje completo, leyendo tesitura, personalidad y movimientos de sus personajes, echando mano de todas las herramientas que se encuentren al alcance para captar su atención. Y en la música ocurre algo parecido.
“Dice el pedagogo Eliseo Diego que es muy loable proponer cosas para niños pero lo verdaderamente importante es que ellos lo abracen por iniciativa propia. Tengo el privilegio de ser el embajador de la obra de Francisco Gabilondo Soler desde hace 17 años y creo que es el paradigma en eso; los niños abrazaron su música, ellos eran los que lo buscaban y tarareaban sus canciones, soñábamos despiertos”.
Gabilondo Soler fue músico pero también viajero incansable, astrónomo e incluso incursionó en el boxeo. De ahí la versatilidad en las temáticas que abordó en sus canciones, que resultan en una gran riqueza resumidas en 226 canciones y un cuarto de siglo en emisiones radiales.
“Eso lo logró por el gran respeto que tuvo por los niños, respetando las distancias como el máximo creador de literatura y música infantil de habla hispana, lo que yo pretendo hacer, precisamente por el exceso de oferta visual, intentar que la selección literaria y musical sea muy limitada, es decir, si hacemos la analogía con un pastel, aunque el merengue y los chochitos y las fresas estén, si abajo no está bien cocinado te vas a empalagar y por eso es es importante la selección”.
Marío Iván Martínez dijo que en otros países antes de presentar una propuesta escénica para los menores, el proyecto debe ser evaluado por pedagogos para considerar la pertinencia del mismo pues se considera la formación de los niños como fundamental.
¿Cuándo y a qué hora se presentan?
El concierto familiar que contará con la dirección de Ramón Shade, será los días jueves 25 de abril y viernes 26, ambos a las 20:30 horas en el Teatro Isauro Martínez.
EGO