La nostalgia y el humor se respiran en la obra del actor, comediante, director, escritor, productor y artista plástico Mauricio Castillo, quien se niega a ser encasillado en corriente alguna, como la hiperrealista.
Castillo presenta la exposición titulada Las cosas simples, que inaugura hoy a las 19:00 horas en La casa vacía, en Coyoacán.
En entrevista con MILENIO, cuenta que es una muestra sin complicaciones, para que el público que la visite y no se vea obligado a hacer interpretaciones sesudas.
“Son obras con temas sencillos, no hablo de las cosas que me torturan o que resulten tormentosas porque, como artista, pinto lo que me produce placer y tranquilidad”, dice Castillo, quien desde siempre quiso ser artista.
“Ser pintor es mi primera profesión, de hecho yo pinto desde que soy niño. Mi primer cuadro lo tengo registrado en una fotografía desde los ocho años, mis papás me metieron a una escuela de arte de Coyoacán”.
Pasó el tiempo y recuerda que terminando la preparatoria ya estaba involucrado en el teatro, aunque decidió estudiar arquitectura.
“No pude con la arquitectura, así que me salí, entonces me fui a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, en Bellas Artes, ahí estudié la carrera durante cinco años. Pero de forma paralela participaba en el teatro universitario, estaba también involucrado en las producciones de teatro, haciendo escenografía para algunas puestas en escena, pues de algo me sirvió la arquitectura”.
Una nueva Lotería
Siempre en la búsqueda de expresar cosas distintas en planos fuera de lo común, Castillo refiere que algunas de las personas que han visto su obra lo colocan dentro de algún movimiento. Él responde que simplemente pinta sin colocarse en alguna corriente estética.
Reconoce que las pinturas que tal vez estarían dentro del hiperralismo y que las obras que mostrará a partir de este mes (después de seis años sin exponer en Ciudad de México) podrían ser un par de monedas y una botella del refresco Orange Crush, de los años 50, que encontró en La Lagunilla.
“Esos objetos me recuerdan mi infancia, lo que hice fue traerlos al presente al plasmarlos en una pintura porque muchas generaciones ni los conocieron. Aquí hay mucha nostalgia, por ejemplo la moneda de un peso y la de 20 centavos son parte de mi infancia en los 60”.
Castillo comenta que la muestra está integrada por cerca de 50 obras, entre óleos, dibujos, grabados y litografías.
En esta exhibición habrá algunas imágenes del juego de La Lotería, pero desde su paleta, desde su visión de cómo deben representarse las imágenes que por años han sido cantadas por chicos y grandes.
La versión que presenta tiene prácticamente los mismos temas que todos conocemos, solo que varió las imágenes conocidas para darle un toque con humor.
“El soldado, por ejemplo, está representado por un sol y un dado. También está la pera en color verde, pero en lugar de la fruta puse una de box. Además tengo un perico, aunque no es el animal, sino la herramienta”.
En este juego de imaginación, aparece un trompo, pero no el de juguete de madera, sino un trompo de carne al pastor.
“Lo que tiene esta Lotería es un gran sentido del humor, una interpretación con otra versión completamente mía, aunque sigue siendo una lotería mexicana”.
También hizo una versión de la carta de la luna, solo que más estilizada. La imagen que de plano arranca una carcajada es la solución que le dio al camarón.
“En realidad recurrí a una cámara de fotografía Leica que es muy cara y muy fina, por eso para mí literalmente es un ‘camarón’. En el caso de la pistola, le puse una punta de lápiz, por eso la obra es: ‘Lápiz... tola’. En suma, es una versión con mucho sentido del humor y muy colorida, tal como lo es la Lotería mexicana”.
La exhibición también está integrada por dibujos, un par de ellos inspirados en fotografías de Frida Kahlo.
“Hay una serie que hice el año pasado con sirenas, es una combinación de todas esas cosas que tenía yo guardadas y que ahora presentaré”.
Los temas que aborda son diferentes, todos son sencillos, de ahí el título de la muestra, Las cosas simples.
“Represento objetos como panes, un bisquet y una mantecada que después me comí, los saco de contexto, ya que los pongo en otra dimensión”.
Castillo pintó una cuchara de peltre y un reloj que pertenecen a su vida cotidiana: “No hay ninguna complicación de interpretación en los cuadros, son temas sencillos”.
Las cosas simples se presenta en el espacio cultural La casa vacía, en Carrillo Puerto 89, Villa Coyoacán, un inmueble que fue la casa de su profesor de La Esmeralda, Armando Amaya.
DAG