Memorias de Ismael Rodríguez

Reseña

Exploramos el libro Memorias de Ismael Rodríguez, que despliega la vida de uno de los pilares del cine mexicano; su imaginación y compromiso con el séptimo arte, nos regalaron clásicos como Los tres García o Nosotros los pobres

El libro de Ismael Rodríguez, resultado de una serie de conversaciones con Gustavo García
Andrea Serdio
Ciudad de México /

Memorias, de Ismael Rodríguez, publicado por Conaculta, es la historia de un hombre que nació y vivió para el cine, que en 1931 inició su carrera como extra en la película Santa, del español Antonio Rodríguez, sonorizada por sus hermanos Joselito y Roberto, quienes inventaron su propio sonido directo y crearon una productora de películas en Los Ángeles, donde su familia se había exiliado debido a la persecución religiosa del gobierno de Calles.

El libro de Ismael Rodríguez, resultado de una serie de conversaciones con Gustavo García, está lleno de aventuras, de anécdotas, de personajes que forman parte de la cinematografía mexicana. Rodríguez, quien renunció a la escuela para dedicarse al cine, fue extra, pizarrista, sonidista, dialoguista y actor. Después de una terca insistencia a sus hermanos, quienes se oponían a sus deseos, en 1942 debutó como director con ¡Qué lindo es Michoacán!, estelarizada por Tito Guízar.

La segunda película de Ismael Rodríguez fue Amores de ayer, también protagonizada por Tito Guízar. Comenzaba a escribir una historia de éxitos que se consolidaría con su encuentro con Pedro Infante, a quien le ayudó a definir su personalidad y al que unió por primera vez con Blanca Estela Pavón en Cuando lloran los valientes, una tragicomedia ranchera con un amor imposible, canciones y divertidas escenas.

Ismael Rodríguez, lo repite varias veces en el libro, estaba siempre lleno de proyectos, de ideas que parecían una locura pero que él hizo realidad en películas como Los tres García, de la que, contra la opinión generalizada, filmó una secuela que lo consagró como uno de los mejores directores de la época de oro. O, sobre todo, en Los tres huastecos, donde triplicó la imagen de un actor, algo que no se había hecho nunca, ni siquiera en Hollywood.

El cine de barriada con Nosotros los pobres, Ustedes los ricos y Pepe el Toro, todas con Pedro Infante convertido ya en el gran ídolo de México, representaron la consagración de Ismael Rodríguez como director. Con Infante y Fernando Soler filmó La oveja negra, una de las películas más celebradas de la cinematografía nacional. Todas estas experiencias aparecen en el libro salpicadas de anécdotas y con un envidiable sentido del humor.

Tizoc, La Cucaracha, Dos tipos de cuidado, Los hermanos del hierro hasta llegar a la saga de Reclusorio en los años noventa son algunos de los títulos del cineasta que nació en la Ciudad de México el 19 octubre de 1917, la misma en la que murió el 17 de agosto de 2004. Tenía 86 años, la mayoría de ellos dedicados a su gran pasión: el cine, y convencido de que sus películas, clásicos indiscutibles, vivirían por siempre.


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