Un asesino se infiltra en la competencia ciclista más famosa del mundo, el Tour de Francia. Mientras el pelotón de corredores atraviesa los Pirineos y los Alpes en su largo camino hacia París, los hechos se suceden uno tras otro y la policía debe frenarlos o detener la carrera, ese escenario eligió Jorge Zepeda Patterson para su quinta novela.
El periodista y escritor mazatleco deja en pausa a Los Azules y el diario El Mundo, los personajes de sus anteriores novelas (Los corruptores, Milena o el fémur más bello del mundo y Los usurpadores) para meterse de lleno a una historia a caballo entre la crónica deportiva, la novela policiaca y la historia de una amistad.
Ganador del premio Planeta por Milena, Zepeda apuesta por un relato diferente y para ello entra a fondo al mundo del ciclismo de élite sin perder la afición por la novela policiaca que ya lo hizo semifinalista al premio Dashiell Hammett.
En entrevista, Zepeda cuenta la génesis de esta historia, Muerte a contrarreloj, cuyos derechos ya compró la televisión francesa para convertirla en una miniserie y ya fue traducida a una decena de idiomas antes de publicarse en español.
—Jorge ¿cómo nace esta historia de suspenso en medio de la carrera ciclista más famosa del mundo, una novela que contrasta con el resto de tu obra?
—Andaba buscando escribir no sólo una novela criminal o policiaca sino crear de alguna manera una atmósfera tipo Ágata Christie, un crimen en un ámbito cerrado, por eso aproveché el Tour de Francia para que fuera una especie de Asesinato en el Expreso de Oriente. Entre los corredores hay un asesino, o es uno de los competidores o es alguien de su equipo y hay que resolver el crimen antes del siguiente golpe.
Después de varios incidentes al arrancar el Tour, el lector sabe que el asesino tiene que ser necesariamente uno de los ciclistas o alguien de su entorno inmediato. Uno de los ciclistas que en su juventud fue policía militar recibe la asignación de investigar el asunto. El comisario encargado del caso le dice “Necesitamos un hombre nuestro adentro y tú vas a ser”. Ese es el personaje central de la novela, un ciclista convertido en detective que investiga desde adentro salvo que a la mitad del tour se empiezan a abrirle oportunidades que nunca pensó que tendría, la de ganar el tour.
—Organizada en capítulos que emulan cada una de las etapas del Tour, que se corre en julio de cada año, la novela tiene un nivel de detalle asombroso ¿cómo lograste esa atmósfera tan precisa?
—Fue el resultado de un largo proceso de investigación. Me tomó ir a la Vuelta de Cataluña, a la Vuelta al País Vasco y después cubrir como periodista el Tour de Francia. Cuando les comenté a los participantes que estaba haciendo una novela sobre ellos les encantó la idea y me adoptaron de inmediato. Pasé largas semanas con masajistas, mecánicos, con los chefs de los equipos, con los directivos. Me subieron a los autos que van en medio de la carrera, sentado en el lugar del copiloto del auto que les va dando instrucciones, que los provee de geles o proteínas, así que fue de verdad una gozada.
Después fui y me quedé en la zona de los Alpes y los Pirineos para recorrer en automóvil los escenarios donde luego iba a colocar a mis protagonistas.
—¿Historia policiaca o de amor?
—Es una trama de suspenso en donde el autor, y luego el lector, van a estar tratando de descubrir si el asesino es el italiano, el francés o la novia del español, pero también es la historia de la amistad de dos ciclistas que se consideran como hermanos y que juntos han conquistado todas las glorias. Uno que ya ha sido campeón del Tour varias veces y su escudero, Marc Moureau, un corredor secundario que lleva al primero prácticamente hasta la meta, haciéndole ahorrar energía, apoyándolo, etcétera. Hasta el momento en que el propio Marc, sobre todo por influencia de su novia que es una experta en ciclismo, empieza a germinar la noción de que hoy por hoy puede ser un mejor ciclista que su amigo. Entonces Marc se verá en la disyuntiva de ser leal o de competir por ser campeón del Tour de Francia.
—¿Es una novela para aficionados al ciclismo o para quienes gustan de la novela policiaca?
—Qué bueno que lo preguntas. La novela está pensada para que la disfrute cualquiera que goce de una trama de suspenso, te puedo asegurar que comienzas con la primera página y luego es imposible dejarla hasta la última, pero que también los aficionados al ciclismo la van a agradecer. Un poco como muchos disfrutamos la película de Darren Aronofsky, El cisne negro, sobre una bailarina de ballet y la disfrutamos más allá de si nos gusta el ballet o los tutús o Tchaikovsky.
—La novela ha corrido con buena estrella y se habla de que va a ser producida como serie para la televisión.
—Sí, en efecto, ahora está saliendo la versión en español pero ya fue vendida a una decena de idiomas y estará en los próximos meses apareciendo en inglés, francés e italiano, pero también fueron vendidos los derechos a la televisión francesa, que piensa hacer una serie de cuatro a seis capítulos con la trama de Muerte a contrarreloj que, en Francia, se va a llamar El maillot negro, un poco por el juego entre el color del maillot amarillo que se pone el ganador del Tour y el color negro, por el tema criminal.
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