Nació a finales del siglo XIX en una humilde casa de Chiautla, en Puebla, pero en las manos de Gilberto Bosques estaría la vida de 30 mil refugiados europeos que huían de la Segunda Guerra Mundial.
La autora regiomontana Mónica Castellanos da cuenta de esta historia en el libro Aquellas horas que nos robaron (Ed. Grijalbo), retratando al personaje que convenció al presidente Lázaro Cárdenas de dar asilo a los exiliados españoles.
En entrevista con MILENIO Monterrey, la autora habla sobre el “ejemplo” que dio México a la comunidad internacional durante la guerra, en contraste a las crisis de refugiados y migrantes que se viven en Estados Unidos y Europa en la actualidad.
Aquellas horas que nos robaron se presentará hoy en el Instituto Irlandés de Monterrey (Batallón de San Blas 110, San Pedro) a las 19:30, donde la autora será acompañada por Laura Bosques, hija del diplomático, junto a Sofía Segovia y Gabriela Riveros.
¿Quién es Gilberto Bosques? Un chico que nace de manera humilde, pero después vive un momento importante en su historia.
Quería contar desde los orígenes del personaje, un niño que nace en Chiautla de Puebla y quiénes eran sus padres: María de la Paz y Cornelio, quienes influyen muy fuerte la personalidad de Gilberto cuando es adulto. Su madre lo impulsa a que continúe sus estudios y plasma su impronta sobre lo que deben ser sus valores éticos para su futuro.
En el libro nos vas mostrando vistazos: un pasaje sobre Puebla, otra escena en Barcelona, ¿cómo relacionas la vida de Gilberto con lo que acontece en Europa con la Segunda Guerra Mundial?
Ese momento es un contexto mundial muy complicado porque está terminando la Guerra Civil en España y comenzando la Segunda Guerra Mundial, donde la Guerra Civil sirvió como una excusa para probar los bombarderos de Mussolini y Hitler en suelo español, por eso la migración tan terrible de 300 mil personas.
El reto era cómo dar a conocer la grandeza histórica de Gilberto Bosques en ese contexto que le tocó vivir. Él va a Francia para tratar de emular el sistema de educación de allá en México y se topa con la guerra.
Entendiendo que tu novela es un ejercicio literario, pero ¿cómo llega cuando vemos a los niños migrantes separados en Estados Unidos, o bien, la problemática migrante en Europa?
Sí, digamos que las circunstancias son las idóneas para contar esta historia. México se comportó a la altura en el caso de los españoles, no tanto con los judíos, se les recibió y fue un ejemplo para todo el mundo. En contraste, vemos a estos niños que son separados de sus padres en Estados Unidos donde los metieron en corrales, sí creo que la novela nos deja el ejemplo de un diplomático mexicano que sabe responder de manera heroica más allá de su trabajo consular, él rentó castillos para sacar a los españoles de los campos de internamiento y llevarlos ahí, donde contaban con todos los servicios básicos.
“México se comportó a la altura con españoles”
Rescatan peripecias de Gilberto Bosques
Mónica Castellanos presentará hoy ‘Aquellas horas que nos robaron’, donde retrata al personaje que salvó la vida de 30 mil europeos que huían de la Segunda Guerra Mundial
Monterrey /
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