“La Conquista ha continuado hasta hoy en día”: Federico Navarrete

México: 500 años

La historia de México no debería concebirse como dos partes diferentes, sino como un proceso que nos ha llevado a ser lo que somos hoy en día.

Federico Navarrete | MILENIO
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

Cuando la mayoría de las personas del siglo XXI llaman a superar el trauma de la Conquista, lo que están diciendo es dejar de defender a los indígenas y asumir que México debe definirse como mestizo o como occidental, hispanohablante, moderno, católico y todo eso.

Considero que la Conquista no fue una victoria de los españoles sobre los indígenas, sino una victoria de los propios indígenas, aliados con los españoles, y fue una reconfiguración política radical, impulsada en buena medida por los indígenas. 

No hay trauma de la Conquista, lo que ha habido es una visión equivocada, que ha sido una ideología para imponer un proyecto de hispanización, occidentalización, intolerancia religiosa y cultural en el México independiente. Eso es lo que llamo el trauma de la Conquista: la manera en que una visión errónea ha sido convertida en ideología oficial y ha llevado a la persecución y al intento de eliminar a las culturas indígenas de nuestro país.

Solemos dividir nuestra historia en un pasado prehispánico, donde los indígenas lo eran todo; y un pasado posterior a la Conquista, colonial, moderno, donde se supone que los indígenas ya son nada y la historia nacional la hacen otros actores, como los españoles o los mestizos. Los indígenas han sido siempre protagonistas de la historia de México, de hecho, en el momento de la Independencia, en 1810, los indígenas eran entre el 60 y el 70 por ciento de la población del país y la mayoría no hablaba español, ni siquiera era la lengua mayoritaria.

Racismo y prejuicios impiden conocer la Conquista

Una de las urgencias en México es reconocer que esta división entre lo prehispánico y lo posterior a la Conquista es falsa, y que hay una historia de México que ha sido mayoritariamente indígena hasta finales del siglo XIX, una historia que no conocemos justamente porque el racismo y los prejuicios nos han impedido conocerla.

Lo que llamamos Conquista de México es un proceso mucho más largo y complejo que la caída de México-Tenochtitlan. Esa guerra fue fundamental, porque estableció las alianzas que permitirían la conformación de la Nueva España y que los españoles entraran a Mesoamérica y jugaran un papel político creciente en la creación de la Nueva España, pero es solo una primera campaña, en la que participó un ejército 99 por ciento indígena y menos de uno por ciento español, donde estaban enemigos jurados de los mexicas, como los tlaxcaltecas, y también antiguos aliados suyos, como los gobernantes de Texcoco que, de ser los principales aliados de los mexicas, se volvieron los principales aliados de los españoles.


La Conquista de los pueblos indígenas no terminó realmente ni en 1519 ni en 1540, ni en el siglo XVI. Hay pueblos que no fueron sometidos sino hasta el siglo XX, como es el caso de los lacandones, en la selva de Chiapas. Cuando hablamos de Conquista no solo hablamos de lo que sucedió hace 500 años, nos referimos a un proceso que ha continuado hasta hoy en día.

lnb

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