‘Mi mamá es memoria’: Jorge F. Hernández

‘Un bosque flotante’

“Le entré al oficio de historiar con la amorosa intención de que mi madre esté bien, que hay cosas que no se deben de olvidar, y que quiero que no se olviden”, dice el escritor mexicano radicado en Madrid sobre su obra más reciente.

La obra “es la primera parte de una autobiografía que me debo a mí mismo”, dice el autor. Archivo
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

La literatura de Jorge F. Hernández tiene mucho de autobiografía. No precisamente porque en sus historias esté su vida como tal, sino porque se nutre de una memoria personal y un tanto colectiva al acercarse a territorios que le son propicios para mostrar sus fantasmas, sus obsesiones o sus querencias.

“Hoy, lo único que nos está salvando es mantener vivo el recuerdo de los que se van. Mientras eso suceda, no se pierde el bosque”.

Una historia sobre memoria que, a su vez, parte del olvido, es lo que se encuentra en Un bosque flotante, la más reciente novela del colaborador de MILENIO: el viaje a la infancia, a un bosque cercano a Washington D. C., pero al mismo tiempo, el acompañamiento en la recuperación de la memoria de su madre, María de Lourdes o May.

“La publiqué totalmente consciente de que es la primera parte de una autobiografía que me debo a mí mismo y a quien le interese saber por dónde he transitado”.

La infancia de un narrador mexicano que aprendió, primero, a leer y a escribir en inglés, y que encontró en el lenguaje de sus padres una manera de reencontrarse no solo consigo mismo o con su identidad, sino con otra manera de contar al mundo.

“Mi mamá es memoria. Le entré al oficio de historiar con la amorosa intención de que mi madre esté bien, que hay cosas que no se deben de olvidar, y que quiero que no se olviden. Mi padre, en realidad, es la alegría: fue vida pura. Imitador de voces en la XEW, torero bufo, se volvió serio para ligarse a mi mamá: muy amigo de José Alfredo Jiménez, de Agustín Lara, y tenía esa doble vida que por andar imitando en otros idiomas se hizo muy amigo de Bobby Kennedy”.

Una novela que habla de la trombosis de su mamá, quien perdió la memoria, el habla, su conocimiento de las lenguas, por lo que resultaba indispensable ayudarle a recordar nombres; por coincidencia, cuando salió de imprenta la novela, Jorge F. enfrentó un problema similar, lo que también se convirtió en una forma de luchar contra los sentimientos de culpa por aquellos años de infancia y de relación con su madre.

“La que me ayudó mucho a no ser una mala persona fue una maestra, Mrs. Elaine Grabsky. En realidad, fui muy majadero con mi mamá, porque cuando se le venían encima los olvidos, me parecía que lo hacía adrede y yo le decía en inglés los nombres, hasta que mi maestra me dijo: ‘Toma en consideración que lo que se le olvida a ella no es por su propia voluntad y hay que ayudarla a recordar’, pero yo no sabía cómo se llamaban la cosas en español”.

De acuerdo con el actual director del Instituto de México en Madrid, la historia de Un bosque flotante ya la conoce doña May, se la leyeron en voz alta, por lo cual, si en algún momento el escritor sintió culpa por su relación con su madre, ya desapareció: “Lo que nos ayuda a armar la memoria es aquello que no queremos olvidar”.

“México era nada más para las vacaciones y para pasarla con la familia. En Washington yo era bastante libre en el bosque, porque hacía travesuras y decía que le había pedido permiso a mi mamá, y como estaba en Saturno abusé mucho de las ausencias de mi mamá”.

En el proceso, recuerda, logró inventar un plan de evasión con la literatura y la biblioteca pública de su comunidad, pero en especial tenía un bosque a su disposición, al que conoce de memoria. 

Una lengua, otra identidad

Un bosque flotante se escribió en inglés, la versión que publica Alfaguara es una traducción al español. ¿Por qué la escribió primero en inglés? Podría decirse que fue su lengua materna y, por lo tanto, había elementos de la historia que “solo funcionan en inglés. Recuerdo que debía esperar a mi papá para que me ayudara con algunas palabras en español, sobre todo para decírselas a mi mamá”.

LAS MÁS VISTAS