El artista mexicano Ángel Bobadilla pinta al óleo sobre madera siguiendo la técnica clásica, pero con un estilo particular. El joven creador usa las vetas de la madera siguiéndolas de forma natural, logrando que emerjan de ellas figuras humanas.
Sus piezas podrán ser vistas en Aliento de la tierra, latidos del cuerpo, exposición individual que se presenta en Galería Arte XXI, en donde se muestra su trabajo más reciente.
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En entrevista con MILENIO, el artista adelanta que este sábado a las 12:00 horas, durante la inauguración de su muestra, sorteará una obra de arte que realizó ex profeso para esta ocasión, así que los asistentes a la galería ubicada en la calle Newton 32, en Polanco, podrán participar y ganarse una pintura.
Sobre su proceso único de creación, Bobadilla (México, 1984) asegura que ha logrado capturar la esencia de la naturaleza, a la que describe como su cómplice, pues a través de ella logra que surja una obra de arte. En ese sentido también ha decido utilizar hojas de plantas de grandes dimensiones, como la Xanthosoma robustum.
Para transformar las hojas en lienzos, indica que las somete a un tratamiento y las prepara para ser utilizadas con la técnica al óleo: “Adhiero las hojas a un lienzo, entonces las puedo pintar al óleo, al mismo tiempo que utilizo las nervaduras de la hoja y de ahí emerge una figura humana; uso la idea de comprenderme y recurro a las figuras humanas en diferentes poses.
“Entonces logro hacer que la naturaleza vaya emulando una obra, cada vez más se casa la figura humana con las vetas o la textura de la hoja, porque pinto esos espacios de las nervaduras, que son esos conductos por donde circula la savia”.
El artista plástico de la Colección Milenio Arte tiene el privilegio de tener contacto con la naturaleza porque vive en Tepoztlán, en Morelos.
No sólo entiende a su entorno, además lo hace propio. Bobadilla relata que cuando se diseñó una de las carreteras de la zona se tiraron muchos árboles, y él acudió a ese sitio para pedir los troncos de los árboles caídos.
“Algunos de ellos eran árboles endémicos de esa zona. Lo sorprendente es que mí me los dieron y con ellos pude hacer hasta muebles, pero también que me sirvieron como soporte para mis obras de arte. Con ellos empecé a trabajar de una manera muy especial porque sigo los patrones de la naturaleza, pues al pulir las maderas pude prepararlas para el óleo y, por ejemplo, si el tronco es circular, pinto esa veta y hago una figura humana”.
Bobadilla describe que el resultado de su creación es un trabajo muy exquisito, porque lleva muchos detalles que son pintados con pinceles muy finos, pues su idea es descubrir la figura humana y hacer lo posible para que salga de ese fondo preestablecido que le ha regalado la naturaleza.
PCL