Raúl García Sangrador, nuevo director del Museo de Arte Contemporáneo de Querétaro, apuesta por un programa incluyente, multicultural, transdisciplinario, que dé la voz a la sociedad, a los artistas consagrados y a los que estén en vías de consolidación de su carrera.
“Mi interés al frente de este recinto, gracias a la confianza de la secretaria de Cultura de Querétaro, Marcela Herbert Pesquera, es generar nuevos diálogos. Este nombramiento es un honor y una responsabilidad, sobre todo porque entiendo lo complejo y la importancia del pensamiento del arte contemporáneo actual, tomando en cuenta que muchas veces el grueso de la población tiene resquemor y no sabe cómo acercarse al arte contemporáneo. Yo apostaré porque las personas que acudan al museo tengan una grata experiencia artística, donde los registros sociales sean también una prioridad”.
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El artista visual, investigador y académico dice en entrevista con MILENIO que cuatro ejes guiarán su proceder como director del Museo de Arte Contemporáneo de Querétaro y está citando este 2 de febrero a toda la comunidad artística que quiera acercarse y contribuir al enriquecimiento de este nuevo proyecto; la reunión será a las 19:00 horas.
Ese día hará la presentación oficial de su propuesta en la dirección, con la finalidad de detallar cómo se manejarán los proyectos artísticos y cómo funcionarán los programas de inclusión, ya que promete un equilibrio entre los artistas de peso global para lograr colaboraciones con ellos, pero también con los artistas que apenas empiezan pues dice su idea es que todo mundo esté representado.
Adelanta que el primer aspecto a considerar es consolidar la investigación desde el museo. “Entenderlo no solo como un lugar de disposiciones sino como un espacio que genere el pensamiento y en donde se puedan crear archivos que sirvan de documentación y banco de información. Reconozco que estoy muy inspirado en el proyecto de investigación que realicé en 2017 en el Centro de Estudios y Documentación del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona. Esa experiencia nos podría servir en Querétaro para generar estudios, diplomados y talleres para acercar los lineamientos teóricos al público en general”, comenta el artista cuya obra forma parte de la Colección MILENIO Arte.
El eje número dos, detalla García Sangrador, contempla trabajar con el tema del museo extramuros, con la pretensión de llevarlo a todos los rincones de la ciudad de Querétaro y de la periferia.
“En breve entraré en contacto con los distintos delegados y delegadas para ponerme a sus órdenes y generar nuevos y enriquecedores proyectos para descentralizar las actividades del museo”.
El rubro número tres tiene que ver con la responsabilidad social que debe tener el museo con su entorno, ya que se encuentra en el Barrio de la Cruz, el cual desde su fundación es uno de los centros culturales medulares de la ciudad; también está el barrio de San Francisquito, donde dice que tendrán mucho por hacer.
“La apuesta es que la población en general piense y sienta al museo como un espacio propio y no como un ente extraño, será una gran ventana para que participe y reflexione sobre su propio entorno”.
El último rubro se relaciona con la política de las exposiciones que se llevarán a cabo, en las que todos deberán sentirse representados.
“Quiero pensarlo como un ecosistema de pensamiento, ese término me gusta porque puede ser muy descriptivo de lo que pretendemos”, declara.
Raúl García Sangrador, nuevo director del Museo de Arte Contemporáneo de Querétaro (MACQ), apuesta por un programa incluyente, multicultural, transdisciplinario, que dé voz a la sociedad, a los artistas consagrados y a los que estén en vías de consolidar su carrera.
“Mi interés al frente de este recinto, gracias a la confianza de la secretaria de Cultura de Querétaro, Marcela Herbert Pesquera, es generar nuevos diálogos. Este nombramiento es un honor y una responsabilidad, sobre todo porque entiendo lo complejo y la importancia del pensamiento del arte contemporáneo actual, tomando en cuenta que muchas veces el grueso de la población tiene resquemor y no sabe cómo acercarse al arte contemporáneo”.
García Sangrador (Querétaro, 1972) dice que apostará porque las personas que acudan al museo tengan una grata experiencia artística, en la que los registros sociales sean también una prioridad”.
Los ejes
El artista visual, investigador y académico dice a MILENIO que cuatro ejes guiarán su trabajo como director del MACQ, está citando este 2 de febrero a la comunidad artística que quiera acercarse y contribuir al enriquecimiento de este nuevo proyecto; la reunión será a las 19:00 horas.
Ese día hará la presentación oficial de su propuesta en la Dirección, con la finalidad de detallar cómo se manejarán los proyectos artísticos y cómo funcionarán los programas de inclusión, ya que promete un equilibrio entre los artistas de peso global para lograr colaboraciones con ellos, y también con los que apenas empiezan pues dice su idea es que todo el mundo esté representado.
Adelanta que el primer aspecto a considerar es consolidar la investigación desde el museo.
“Entenderlo no solo como un lugar de disposiciones sino como un espacio que genere el pensamiento, en donde se puedan crear archivos que sirvan de documentación y banco de información. Reconozco que estoy muy inspirado en el proyecto de investigación que realicé en 2017 en el Centro de Estudios y Documentación del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona. Esa experiencia nos podría servir en Querétaro para generar estudios, diplomados y talleres para acercar los lineamientos teóricos al público en general”, comenta.
El eje número dos contempla trabajar con el tema del museo extramuros, con la pretensión de llevarlo a todos los rincones de la ciudad de Querétaro y de la periferia.
“En breve entraré en contacto con los delegados y delegadas para ponerme a sus órdenes, y generar nuevos y enriquecedores proyectos para descentralizar las actividades que realiza el museo”.
El rubro trata sobre la responsabilidad social que debe tener el museo con su entorno, ya que se encuentra en el barrio de la Cruz, que desde su fundación es uno de los centros culturales medulares de la ciudad; también está el barrio de San Francisquito, donde el director dice que tendrán mucho por hacer.
“La apuesta es que la población en general piense y sienta al museo como un espacio propio y no como un ente extraño. Será una gran ventana para que participe y reflexione sobre su propio entorno”, agrega el artista cuya obra forma parte de la Colección MILENIO Arte.
El último rubro se relaciona con la política de las exposiciones que se llevarán a cabo, en las que todos deberán sentirse representados.
“Quiero pensarlo como un ecosistema de pensamiento, ese término me gusta porque puede ser muy descriptivo de lo que pretendemos”, comenta.
El también doctor en Arte por la Universidad de Guanajuato y maestro en Arte y sociedad por la Universidad Autónoma de Querétaro dice que la censura no tendrá cabida en el recinto.
“Por supuesto que no, es algo en lo que hemos hecho mucho énfasis con la secretaria de Cultura Marcela Herbert. También ha dado indicaciones y todos coincidimos por eso hemos conformado un muy buen equipo en esta nueva administración del museo”.
Resalta que deben ofrecer una apertura total, donde tengan cabida también los debates sobre las cuestiones de género, incluidas las personas que se consideran del esquema binario.
“¿Por qué no pensar también que podríamos construir nuevos esquemas artísticos? Podemos en diálogo, con las estructuras que hoy por hoy existen, construir otras nuevas y no solo estar supeditados al esquema actual, creo que es responsabilidad de estas nuevas generaciones hacerlo, buscar otras rutas, entender lo estético así como otros universos y ampliar la experiencia artística desde la producción, la difusión y desde el consumo de los públicos a los cuales nos estaremos dirigiendo”.
hc